El Millonario sueña en grande y en el horizonte asoman laureles, premios, prestigio mundial y la chance de tener un 2018 plagado de competiciones y finales para sumar más títulos (como en 2015). Sin embargo, Marcelo Gallardo y sus dirigidos saben que en estos momentos de ansiedad hay que ir paso a paso y que confiarse sería un error fatal. Es por eso que el plantel concentra en Cardales (a 50 km de Capital Federal) y se enfoca en el partido de este martes ante Lanús en el Monumental, por la ida de las semifinales de la Copa Conmebol Libertadores, que es el objetivo supremo para 2017 (y donde se estrenará en Sudamérica el VAR). Así que vamos a recordar las últimas veces que La Banda afrontó las semis del torneo más prestigioso de América.

Escándalo de 1990

En la edición del ´90, River, quien venía de ser campeón del torneo local 1989/90 de la mano de Daniel Passarella, llegaba a semis de la Copa Libertadores tras dejar afuera a Defensor Sporting e Independiente. En la semifinal aguardaba Barcelona de Guayaquil, rival al cual River venció en la Segunda Ronda de la Libertadores ´86, que terminaría ganando.

El Millo había ganado en la ida en Núñez por 1-0 con gol de Ariel Beltramo, pero en la revancha en Guayaquil hubo un polémico arbitraje del peruano Carlos Moltanván, que cobró un penal dudoso que Acosta cambió por gol y con la serie 1-1, todo se definió desde los 12 pasos: en River, fallaron José Serrizuela y Rubén Da Silva, y el equipo local ganó 4-3 y pasó a la final, que perdería ante Olimpia.¿Habrá revancha millonaria en la final de 2017?

1995: Higuita fue el verdugo

En la edición del ´95, que empezó dirigiendo Carlos Babington pero luego tomó el mando Ramón Díaz, en su primer semestre como DT, River volvía a meterse entre los 4 mejores del continente tras eliminar a Universidad Católica de Chile y Vélez Sarsfield. En la semifinal tocó Atlético Nacional, el equipo colombiano donde se destacaba Juan Pablo Ángel (que luego iría a River) y Mauricio Serna (posteriormente ídolo de Boca). No obstante, la estrella del Verde era su arquero, René Higuita, que se caracterizaba por su excentricidad y por hacer goles.

En Medellín, ganó Nacional gracias a un golazo de tiro libre de Higuita. En el Monumental, fue victoria millonaria por 1-0, con festejo de Gabriel Amato. Como en el ´90, se definió por penales y en una interminable tanda, se impuso el visitante por 8-7: el único jugador en errar fue Matías Almeyda. Atlético Nacional clasificaba a la final, pero caería ante Gremio.

1996: la revancha de Almeyda

En aquel equipazo de Ramón del `96, cuyo goleador era Hernán Crespo, gambeteador Ariel Ortega y capitán Enzo Francescoli, se rompía el maleficio de la semifinal y se cumplía con la regla del 6: River siempre jugaba una final de Libertadores en años terminados en 6 (1966, 1976, 1986, 1996; se cortó para 2006) y esta no iba a ser la excepción. Luego de tachar a Sporting Cristal y San Lorenzo de Almagro, en la semifinal tocaba U de Chile, donde jugaba un tal Marcelo Salas.

La ida se disputó en Santiago y fue un empate frenético, por 2-2: Salas y Valencia marcaron para el cuadro chileno; Francescoli y Juan Pablo Sorín para La Banda. En Buenos Aires, River ganó 1-0, con un golazo de Matías Almeyda, quien se tomó revancha del penal errado el año anterior y el Millonario accedía a la gran final, la cual vencería a América de Cali y alzaría por 2º vez el trofeo más anhelado del continente.

Vasco cortó la ilusión en 1998

Tras el inolvidable 1996/1997, llegó una etapa de transición en River al año posterior, aunque a nivel continental seguía manteniéndose en la elite. En la Copa Libertadores del ´98, los de Ramón eliminaron a América de México en octavos y a Colón de Santa Fe en cuartos, para enfrentarse a Vasco Da Gama en semis.

En la ida en Río de Janeiro, el cuadro brasileño triunfó 1-0 con gol de Pantera. En la vuelta, en el Monumental, River ganaba con gol de Juan Pablo Sorín, sin embargo a nueve minutos del final, igualó Juninho para Vasco y con ése 1-1, se metió en la final para ser campeón de América al vencer a Barcelona de Guayaquil.

1999: otro brasileño derrumbó la ilusión

La Copa Libertadores le sentaba muy bien a Ramón Díaz, y quería a toda costa revalidar el título conseguido en 1996, con el apogeo de dos jóvenes tales como Pablo Aimar y Javier Saviola. River dejaba afuera a Liga de Quito y Vélez para volver a meterse en el "Súper 4" y medirse en la semifinal ante el Palmeiras de Luiz Felipe Scolari.

La ilusión de llegar a la final se alimentaba gracias a la victoria 1-0 en Núñez, con sello de Sergio Berti. Pero Palmeiras, en San Pablo, iba a darle un duro mazazo de realidad y goleó 3-0 a La Banda, con doblete de Alex y el restante, de Roque Junior. El cuadro paulista luego vencería a Deportivo Cali y ganaría esta edición.

El papelón de 2004

Una de las historias más polémicas de la historia de la Copa Libertadores se escribió en el Superclásico de esta edición, nada menos que en semifinales. River y Boca se cruzaban por un lugar en la gran final, y el Millo (quien dejó atrás a Santos Laguna y Deportivo Cali) llegaba entonado gracias al triunfo en La Boca por el Clausura local. Las semis se jugaron sin público visitante como precaución.

La ida, en La Bombonera, se ponía en ventaja Boca 1-0 con gol de Schiavi y luego hubo un caos total, ya que el partido se interrumpía debido a una trifulca a la media hora de juego: jugadores, cuerpo técnico y allegados de ambos clubes en el campo de juego empezaron a golpearse e insultarse, por lo que el árbitro Claudio Martín expulsó a Cascini en el Xeneize y a Marcelo Gallardo en el Millonario (y minutos más tarde, a Ariel Garcé). Con 9 jugadores para jugar todo el segundo tiempo, River resistió y cayó sólo 1-0. Había que definir en el Monumental.

En Núñez, el equipo de Leonardo Astrada se ponía en ventaja por un golazo de Luis González, pero al minuto 88, igualaba para la visita Carlos Tevez, quien vio la roja por provocaciones (previamente fueron expulsados Vargas en Boca y Sambueza en River). Parecía que todo estaba perdido, pero en la última pelota parada del partido, apareció Cristian Nasuti para ganar 2-1 y forzar la tanda de penales (por entonces, no existía la regla del gol de visitante). Sin embargo, el fantasma de los penales apareció una vez más y Boca ganó 5-4: no erró ninguno y el único en no convertir fue Maxi López. El "premio consuelo" fue que Boca perdería por penales en la final ante Once Caldas.

San Pablo fue demasiado

En 2005, River volvía a ser semifinalista para quitarse la espina del 2004, en un equipo donde Javier Mascherano ya asomaba como figura y con la vigencia de Gallardo y Salas. En 8vos, River tachó a Liga de Quito y en 4tos, a Banfield. En semi aguardaba San Pablo, quien se preparó con todo para ser campeón de América como en el `92 y `93. El Millo llegaba con buenos antecedentes ante los paulistas, a quienes le ganaron la final de la Supercopa 1997 y la semifinal de la Sudamericana 2003 en el Morumbí. Pero ésta sería otra historia.

La ida, en San Pablo mismo, fue victoria 2-0 para los anfitriones, con tantos de Danilo y del arquero Rogenio Ceni, de tiro libre, en el final. En la vuelta, los brasileños demostraron su superioridad volviendo a ganar, esta vez por 3-2, con firmas de Danilo, Amoroso y Fabiao; de poco sirvieron los tantos de Ernesto Farías y Marcelo Salas. Fue un global de 5-2 y en la final, San Pablo aplastaría a Atlético Paranaense y no sólo eso, porque también ganaría el Mundial de Clubes en Japón, ante el Liverpool inglés. Mejor de América, mejor del mundo. Poco para hacer para los de Astrada.

Esta vez, sí: de la mano del Muñeco (y Alario)

River clasificó a la Copa Libertadores 2015, tras seis años de ausencia en este campeonato, habiendo pasado lo peor de su historia entre 2008 y 2013. Marcelo Gallardo armó un plantel que se hizo fuertísimo en los cruces coperos (así había ganado la Sudamericana 2014 y la Recopa 2015) y con mucha fortuna para pasar la primera fase, luego eliminaba a Boca en los octavos de final (revancha del 2004) y a Cruzeiro en los cuartos (revancha histórica). Era hora de volver a pisar fuerte en este certamen, y en la semifinal aparecía Guaraní (quien eliminó nada menos que a Corinthians y Racing).

En el partido de ida, disputado en el Monumental, River demostraba que en su casa tenía que hacerse fuerte y sacar una diferencia, y así lo hizo: ganó 2-0, con goles de Gabriel Mercado y Rodrigo Mora (picándosela a Aguilar). La vuelta se desarrolló en el Defensores del Chaco, y el Aborígen se ponía en ventaja con gol de Fernández, y arrinconaba a Barovero para igualar la serie. No obstante, entraba Tabaré Viudez para asistir de cachetada a Lucas Alario, que definía por arriba del arquero y con suspenso, la pelota tocaba la red para el 1-1 final en Paraguay y el pasaje a la gran final, por primera vez en 19 años. Lo que vino después ya se conoce: Tigres, lluvia, Alario, Sánchez, Funes Mori, Napoleón y tricampeón de América.