Ni el más optimista en Avellaneda hubiera pensado el arranque de cotejo que hubo en La Paternal. A los 12 minutos ya Racing perdía 2-0. En un cerrar y abrir de ojos, a los 3 minutos, Javier Cabrera rompió la paridad. Tan solo 9 minutos más tarde, y tras una desatención gigante en el área visitante, Kevin Mac Allister, de cabeza, terminó de darle un golpe de realidad a Úbeda y compañía.

El Bicho pasó por arriba a Racing desde el minuto 1 hasta el 45 del primer acto. Mayor intensidad, actitud y fútbol por parte del equipo visitante. Algo curioso fue que la totalidad de las segundas pelotas fueron del local. No hubo reacción alguna del equipo de Úbeda, corrió detrás de la pelota constantemente.

En definitiva, todo el primer acto del partido se jugó al ritmo del local. Y si había algo que podía empeorar la situación para los de Avellaneda fue lo que finalmente sucedió: Eugenio Mena, de los mejores del equipo, salió lesionado del campo de juego a los 36 minutos arrancado el partido. Todo estaba en su lugar para que fuera una tarde noche para el olvido, y la premonición se terminó cumpliendo para desgracia de los celestes y blancos.

El segundo tiempo arrancó con un Racing decidido a dar vuelta la situación, teniendo la necesidad imperiosa de convertir y ponerse a tiro en los primeros minutos para soñar con, al menos, un empate. Argentinos, tímido en los primeros minutos, se vio sobrepasado por la presión y el posicionamiento académico.

Demasiado tarde los futbolistas y Úbeda se dieron cuenta que apretando podían complicar al rival. En el primer cuarto de hora La Academia logró mayor movilidad y remates que en todo el primer tiempo. Chancalay tuvo 2 oportunidades que Chaves desactivó. Esto terminó siendo a retrospectiva todo lo que Racing amagó a realizar.

El instinto de conservación no deja suelto a nadie, y en el caso de Argentinos no fue la excepción. El Bicho estuvo en varias situaciones al acecho de un error defensivo en la defensa del equipo de Avellaneda, pero era claro un posicionamiento mas conservador.

Lentamente el partido fue perdiendo color por parte de ambos lados. Los esfuerzos de Racing fueron en vano, y la coordinación en defensa del local fue suficiente para llevarse los 3 puntos.

 

Final del partido. Ganó el equipo que tiene a un Milito de su lado. El que no lo tiene va lentamente camino a un abismo, que puede concretarse con la no clasificación a copas el año que viene. Racing debe despertar urgentemente si quiere pelear, a priori, por entrar a Copa Sudamericana. No quedan dudas que frente a Estudiantes la gente le hará saber esto a la dirigencia en el Cilindro.