Contra todos los pronósticos. Cuando todos en las horas previas lo daban como favorito, bajo esa chapa llegaba River a encontrarse con Patronato por un lugar en las semifinales del certamen federal y pensando que de este lado del cuadro venía Boca o Quilmes (jugaban en el último horario del miércoles) ante la posibilidad de tener en la próxima ronda el clásico más importante del fútbol argentino. En el estadio Carlos Augusto Mercado Luna, en un encuentro que tuvo varios condimentos entre esos, un penal no sancionado para el club de Núñez por una mano de un defensor entrerriano, Fernando Espinoza decidió no sancionar la pena máxima.

Sin embargo, en el segundo tiempo, el equipo conducido por Facundo Sava se adelantó en el marcador por el gol de Jonathan Herrera, el ex atacante de Independiente aprovechó una nueva distracción en el fondo del “Millonario” y definió cruzado al palo opuesto de Ezequiel Centurión. Seis minutos duro la alegría del “Patrón”, hasta que una inteligencia de Juan Fernando Quintero, el volante cafetero que encendió las alarmas en el último entrenamiento por un fuerte golpe en su ojo se lo pudo ver morado y con un parche, ejecutó un tiro de esquina soñado.

En complicidad con Facundo Altamirano, el futbolista que retornó a principios de año tras su paso por el fútbol chino estampo el dos a dos y después convirtió su penal en la definición desde los doce pasos. ¿Cuándo fue su último grito con la camiseta de la “Banda”?

Desde el Campeonato de 1952, River no anotaba un gol olímpico, el último caso había sido Felix Loustau ante Boca. Aquel espectáculo, la "Banda" ganó 3-1 sobre su adversario de toda la vida.

 

La última emoción del ex Porto, entre otros, fue en abril pasado por la Copa de la Liga y se produjo en el triunfo ante Argentinos Juniors 4-2 en este cotejo que se llevó acabó en el Más Monumental. Fue a los veinte minutos del complemento, selló el transitorio tres a dos, luego de un penal cometido por Miguel Torren y definió al palo derecho de Federico Lanzillota.