El mejor partido de la jornada de Liga Endesa tenía como protagonista a los dos finalistas del curso pasado. El Real Madrid tenía la moral alta tras ganar en Euroliga, mientras que el Valencia quería conseguir ocupar la segunda plaza de la tabla. Ambos equipos sabían de la importancia del duelo, y salieron con mucha intensidad. El pívot Bojan Dubljevic empezó avisando anotando dos triples seguidos, aunque más adelante, se fue diluyendo con el paso de los minutos. El primer cuarto fue un intercambio de golpes en los que ninguno parecía estar cómodo. Ambos entrenadores, Laso y Vidorreta, gesticulaban exigiendo defensas más férreas. Concluyó el primer periodo con un soberbio dos más uno de Tavares tras un movimiento en el poste impropio de él.

El Valencia estaba jugando bien sus cartas

El Valencia quiso poner remedio al buen nivel de Tavares y empezó el segundo cuarto con un parcial de 2-8. Luka Doncic consiguió romper esa inercia peligrosa con un robo que provocó la falta antideportiva de Sergi García. El esloveno realizó varias acciones destacadas, con robos, asistencias y mates, pero no mantuvo ese nivel durante todo el partido y fue bastante intermitente, como le achacan algunos a su temporada. Volvía la igualdad aunque con cierta superioridad valencianista, que disfrutó de varias canastas de Will Thomas para cerrar el cuarto y la primera mitad con un marcador de 38-45. El Madrid estaba espeso, jugando por impulsos más que por lógica y así lo reflejaba sus porcentajes de tiro (1/12 en triples) denotando falta de criterio. Pero esto cambió por completo en el siguiente cuarto.

En el tercer cuarto, se decidió gran parte del duelo

Pablo Laso debió de formular las palabras mágicas de un conjuro, porque el Real Madrid ofreció una nueva versión mucho más aseada, lúcida, cabal y en definitiva, muy superior al Valencia Basket. Luka Doncic volvió a dejar algunos destellos de su incalculable calidad con más robos que propiciaron canastas rápidas en transición. La más celebrada fue la de Anthony Randolph, que recibió pase tras robo, corrió, recibió falta pero anotó supuso el empate a 54 puntos. En esos minutos, y en el resto del partido, destacó otra vez Facundo Campazzo, con otro partidazo, para seguir demostrando que es la brújula de este Madrid. Aun así, lo peor aún estaba por llegar para Valencia, con un parcial mortal de 11-0 que colocó el 65-54, que fue maquillado por un triple de Erick Green para poner la diferencia de ocho puntos al terminar el tercer periodo, pero que indicaba un parcial en dicho cuarto de 27-12, una auténtica paliza de los blancos que suele significar la derrota para cualquier rival. Valencia Basket intentó levantarse de este golpe en el último periodo, pero si dejas que el Real Madrid te coloque ese parcial, rara vez deja que se lo devuelvas.

Parcial insalvable

Los visitantes intentaron responder e incluso consiguieron ponerse a seis puntos (69-63) con un triple de Alberto Abalde. Sin embargo, ese acercamiento en el marcador fue un espejismo y el Madrid no tuvo clemencia, endosando un parcial de 7-0, a lo que hay que sumar una falta técnica señalada al entrenador taronja, a Txus Vidorreta, que colocó el 81-67 a falta de menos de 3 minutos, y que finiquitó definitivamente el duelo entre el primer y tercer clasificado de la Liga Endesa.

El Valencia ofreció una muy buena imagen en el cómputo global del encuentro, y no dio la sensación de ser inferior al Real Madrid, pero cedió esos siete-ocho minutos que el Real Madrid aprovecha para desequilibrar el marcador. Nueva victoria madridista ante el actual campeón de liga para afianzar más su liderato en la tabla, aunque debe mejorar e intentar ser más constantes en los partidos.