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El Real Madrid pasa por encima del CSKA (97-81)

Los de Laso controlaron el partido a partir de una renta que rondó continuamente los diez puntos. Deck fue el mejor del partido.

El Real Madrid pasa por encima del CSKA (97-81)
Deck y Hilliard durante el Real Madrid - CSKA | Foto: Twitter (@RMBaloncesto)
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Por Alvar Gutierrez

El Real Madrid se vengó este viernes de la derrota en la Final Four de Vitoria y venció al CSKA de Moscú en Madrid. Pese a algunos momentos señalados, los blancos controlaron la cita sin problemas. Gabriel Deck siguió con su progresión desde que llegó al conjunto blanco y fue el más destacado.

El choque comenzó con una canasta de media distancia en suspensión del Facu Campazzo. Esta solo sería una premonición de lo que seguiría en los minutos posteriores. Con Deck y Randolph también muy acertados, los blancos se presentaron en sociedad con un 7-0. Pese a que los rusos tenían situaciones liberadas desde la esquina, no eran capaces de convertir.

Itoudis tuvo que pedir tiempo muerto para leerle la cartilla a sus jugadores y la charla funcionó. El parcial pasó a ser de 4-11 gracias principalmente a un Kyle Hines que le sacó dos faltas a Tavares. Bolomboy y Mike James empezaron a aportar acierto exterior y el marcador se igualó a once tantos tras los primeros cinco minutos.

A partir de entonces, el Madrid vio como su efectividad anotadora se fue disipando. Los rusos subieron su intensidad en defensa y se hizo más complicado sumar con facilidad. Con la entrada de la segunda unidad y un quinteto más pequeño los blancos cogieron una ventaja de cuatro puntos al final del primer cuarto.

El Madrid sufrió más en el segundo cuarto

El segundo periodo comenzó con sensaciones parecidas. La brecha fue aumentando en el primer minuto y medio hasta que el CSKA empezó a aprovechar los tiros sencillos. Del 27-19 se pasó a una diferencia de tres puntos sin que los locales sumaran. Un triple de Voigtmann, ex de la Liga Endesa y del Baskonia provocó el tiempo muerto de Laso. Este no tuvo demasiado efecto. Mientras que los merengues seguían sin acierto, sus rivales continuaban teniendo grandes ocasiones para ponerse por delante. James, con calidad y velocidad, y Voigtmann, con capacidad física, se imponían a sus defensores.

Un triple de Rudy cambió un poco la dinámica negativa en ataque para los de Laso. Llull fue el siguiente en anotar otro lanzamiento lejano. El antiguo pívot de Baskonia siguió causando estragos. Las rotaciones defensivas del Madrid llegaban siempre tarde y el alemán anotaba cómodamente y de todas las formas imaginables. Desde triples liberados o punteados -uno lo metió con Thompkins saltando en su dirección-, hasta con penetraciones que acababan en bombas o mates por línea de fondo. Pese al esfuerzo del teutón, los locales se fueron al descanso arriba en el luminoso por 52-48 gracias al acierto de Rudy Fernández.

Más ventaja para el Madrid

El tercer cuarto comenzó con los errores de ambos equipos. De hecho, ninguno de los dos fue capaz de anotar un tiro de campo en los primeros dos minutos. Solo Campazzo, con dos tiros libres, fue capaz de inaugurar el marcador. El desacierto estaba tan extendido que Voigtmann, que no había fallado hasta aquel momento, falló cuatro tiros. El único que salió bien del vestuario, desde un punto de vista anotador, fue Causeur. El francés anotó con una suspensión y una de sus bandejas típicas atravesando la zona. El francés le dio alas al Madrid para que Randolph siguiera aumentando la ventaja.

Itoudis pidió tiempo muerto después de que otro cuarto comenzara con un parcial de 9-0 en su contra. Sin embargo, en esta ocasión, sus indicaciones no surgieron el mismo efecto. Gabriel Deck, que ya había aportado tanto en ataque como en defensa, empezó a postear contra Darrun Hilliard. El alero no fue jamás oposición para el argentino, que se metió al público del WiZink Center en el bolsillo. Sus ganchos y tiros en suspensión desde el poste siempre llegaban después de girar sobre su hombro izquierdo, pero la defensa no hizo los ajustes necesarios para pararle.

El último cuarto comenzó de una forma parecida al anterior. Nadie anotaba con continuidad y el CSKA se acercó a los siete puntos. Sin embargo, a continuación, el Madrid dio un estirón con dos canastas de Llull. A falta de seis minutos, Mike James anotó un tres más uno que provocó la risa irónica del base menorquín blanco. El internacional español metió la mano cuando el americano dejó de botar. El ex de los Suns y el Baskonia anotó y los árbitros entendieron que era una jugada continuada.

En los siguientes minutos se repitieron faltas más o menos claras que desesperaron a algunos jugadores y a los entrenadores. La diferencia entre ambos equipos no pasaba de los diez puntos, pero tampoco bajaba demasiado y el margen a falta de tres minutos era de una decena para el Madrid. Los visitantes no reaccionaron y finalmente el marcador fue de 97-81.