San Pablo Burgos afrontará su partido teóricamente más complicado de la fase de grupos después de derrotar a Casademont Zaragoza con una gran actuación de principio a fin, pero en frente el Real Madrid, el vigente campeón de la liga, no tendrá compasión y buscará continuar con las buenas sensaciones mostradas ante el Herbalife Gran Canaria.

Burgos, con la ilusión por bandera

Si algo juega en favor del cuadro castellano-leonés es que no tiene nada que perder. La existencia de otras potencias más poderosas en el grupo que acaparan los papeles de favoritos convierten a San Pablo Burgos en una posible sorpresa que juega sin una excesiva presión. Tras un sobresaliente primer cuarto frente a Zaragoza en el estreno de la fase final, logró mantener la renta obtenida hasta el bocinazo final, con actuaciones destacadas de McFadden (14 puntos) o Augusto Lima (13).

No hay posibilidad de fallo para el Real Madrid

Un torneo tan corto como el presente obliga a los grandes clubes a ser fiables de principio a fin, puesto que un par de malas tardes pueden acabar con sus andaduras. Conscientes de este hecho, los discípulos de Pablo Laso salieron más que enchufados contra Gran Canaria, cuajando un primer cuarto con ocho triples anotados y una cifra anotadora cercana al récord de la liga. Con Campazzo todavía a medio gas, Laprovittola y Llull se destaparon como unas alternativas totalmente preparadas para dirigir al equipo.

Los precedentes

Remitiéndonos a los últimos enfrentamientos entre ambos combinados, el Real Madrid es todavía más favorito para llevarse la victoria. De hecho, de los últimos seis partidos en los que se han visto las caras, el San Pablo Burgos no ha conseguido derrotar a los merengues en ninguno.

Más allá de los resultados dados en la primera jornada, esta segunda prueba es la que lanzará a algunos equipos hacia los primeros puestos del grupo, o hundirá a otros dejándolos con escasas opciones de clasificar. La exigencia es máxima.