Los días pasan, las jornadas de alta montaña y las etapas con emboscadas en forma de muros al final han dejado las piernas de los hombres rápidos muy tocadas, por lo que lo visto en la primera semana, con llegadas masivas que terminaban con el mismo vencedor e intentos de escapada que no fructuaban, podía cambiar por completo a escasos días de concluir la ronda española. Con el liderato en manos del colombiano Nairo Quintana con más de tres minutos de ventaja sobre Chris Froome, y habiendo ganado Jean-Pierre Drucker y Mathias Frank la penúltima y última etapa disputadas hasta el momento, hacía que la carrera llegara a la decimoctava jornada, quedando por delante tan solo cuatro.

Jornada larga, de kilometraje que días después termina pesando en las piernas de los favoritos, pero sobre todo etapa de transición, previa a las últimas dos batallas antes del festejo final en Madrid. Ni más ni menos que 200.6 kilómetros a recorrer entre Requena y Gandía, teniendo como escollos tan solo el Puerto de Casa del Alto (2ª categoría) y el sprint intermedio de Ontinyent, para un final con rotondas, curvas cerradas y nerviosismo propio de una llegada masiva que favorecerá sin duda a los grandes dominadores de la carrera en los sprints. Gianni Meersman, Nikias Arndt, Jean-Pierre Drucker, Magnus Cort Nielsen o Daniele Bennati eran cuatro de los hombres a tener en cuenta, además de estar de por medio una posible fuga que tuviera las suficientes fuerzas para llegar hasta la línea de meta.

La mente de los mejores escapados de la ronda española estaba totalmente puesta en dos puntos: los rodadores, en recargar las pilas para la contrarreloj del viernes, y los escalados en la penúltima etapa con final en Aitana, en el Ejército del Aire, lo que provocaba que en la escapada del día se filtraran los siguientes cinco corredores: Fumiyuki Beppu (Trek-Segafredo), Quentin Jauregui (Ag2r-La Mondiale), Louis Vervaeke (Lotto-Soudal), Pierre Rolland (Lampre-Merida) y Mattia Cattaneo (Lampre-Merida). El entendimiento entre ellos era idóneo, rodando acompasados dando relevos para obtener una renta de seis minutos de adelanto sobre el pelotón, donde la calma imperaba tras más de cien kilómetros de etapa, intentando gastar el menor número de fuerzas posibles.

El hecho de que los cinco corredores rodaran entendiéndose en cabeza de carrera, obligaba por detrás a que equipos como Giant-Alpecin, Bora - Argon 18 o IAM Cycling tuvieran que trabajar para evitar que la diferencia que tenían los fugados fuera creciendo a pasos agigantados. Con menos de cincuenta kilómetros para la conclusión dos eran los minutos que el pelotón había conseguido recortar a los escapados, siendo Louis Vervaeke (Lotto-Soudal) el encargado de pasar el sprint intermedio de Ontinyent en primera posición, para que la llegada del viento y la entrada del Etixx-Quick Step fuera minando las fuerzas de los escapados, y sobre todo el tiempo del que estos disponían, quedando en tan solo un minuto a treinta kilómetros del final.

La aventura de los fugados se termina

Por detrás el grupo mayoritario comía tiempo rápidamente a los escapados, lo que provocaba nerviosismo entre ellos, siendo Jauregui y Vervaeke los encargados de intentar irse en solitario en un repecho, siendo capaces Rolland y Beppu de aguantar el envite para continuar rodando los cuatro juntos, perdiendo anteriormente contacto Cattaneo. El último empujón que le faltaba al pelotón para neutralizar la escapada era la entrada de un nuevo equipo, por lo que al relevar el Tinkoff Team al frente del grupo, la aventura de los fugados terminó muriendo con 10.000 metros por delante. A pesar de ser una llegada para hombres rápidos, los equipos encargados de estar en la cabeza de carrera eran los de los hombres de la general: Orica, Movistar y Sky, además del Astana Team, quien relevaba el trabajo de los anteriores equipos.

Un repecho a tan solo tres kilómetros de la línea de meta era el territorio perfecto para que Jan Bakelants fuera el encargado de poner en jaque al pelotón, puesto que con el ritmo vertiginoso que llevaba el grupo realizar un movimiento sin duda demostraba una gran potencia, logrando diez metros de ventaja para ser cazado fácilmente por el pelotón. Curvas cerradas, público animando y muchos corredores cerca, propiciaban una llegada peligrosa, pero sobre todo abierta, puesto que muchos eran los ciclistas que se podían meter en la lucha por el triunfo. Desde lejos Jean-Pierre Drucker fue el primero en lanzar la llegada, pero las fuerzas del corredor del BMC Racing Team fueron poco a poco decayendo, hasta que el danés Magnus Cort Nielsen tomaba la delantera del sprint, calculando al milímetro sus fuerzas, para alzar los brazos por delante de Nikias Arndt, quien se quedó a escasos metros de firmar una espectacular remontada, dejando el trabajo de su equipo en una mera anécdota.

Resumen de la decimoctava etapa

Clasificación tras la decimoctava etapa