El segundo proyecto de la era Bruno de Carvalho –permanentemente en guerra contra todos los estamentos del fútbol portugués desde su llegada a la presidencia del Sporting- arrancó con muchas caras nuevas, pero una línea general continuista y de cierta estabilidad en la plantilla. Al contrario de lo que le sucede a sus grandes rivales, el Sporting mantiene la columna vertebral del equipo de la temporada pasada con la excepción de la polémica salida de Marcos Rojo en dirección a la Premier League. Esta baja, sin embargo, se ha visto compensada con el regreso de Luis Nani a la que es su casa, y el luso-caboverdiano no ha tardado en asumir el liderazgo del equipo.

De hecho, el cambio más evidente ha tenido lugar en el banquillo, donde Leonardo Jardim, responsable de la reinvención del equipo leonino la pasada temporada, ha dejado su sitio al entrenador de moda de la Primeira Liga, el ex técnico del Estoril Marco Silva. Con la incorporación del joven técnico lisboeta, la dirección deportiva del Sporting buscaba mayor irreverencia ofensiva, pero manteniendo el orden y la disciplina táctica habituales en cualquier equipo por el que pasa el actual entrenador del Monaco.

Al igual que la pasada campaña, el inicio liguero del Sporting ha sido notable, con la dificultad añadida de que este año sí está jugando en Europa, donde ha competido con mucha seriedad. A esto hay que añadirle el mérito de haber eliminado al FC Oporto en el mismísimo Estadio do Dragão en la Taça de Portugal, por lo que el nivel de exigencia competitiva se ha multiplicado y el equipo ha dado la talla en todos los frentes.

Leonardo Jardim dejó al Sporting para firmar por el Mónaco

No se distingue mucho este Sporting del que creó Leonardo Jardim; un equipo ordenado, bien posicionado y solidario en el esfuerzo. Marco Silva pretende subir la presión en campo rival y un despliegue ofensivo más dinámico, aprovechando la velocidad de sus extremos y la clase de Nani, que es el jugador capaz de romper cualquier esquema. Por el contrario, el déficit del equipo radica en su parte defensiva, ya que ninguno de los centrales tiene la suficiente jerarquía para dominar el área, unos por ser demasiado jóvenes (Sarr y Paulo Oliveira) otros, como Maurício, porque no están al mismo nivel del pasado año. De hecho, en los medios de comunicación portugueses se da como segura la contratación de un central en el próximo mercado de invierno.

Una portería sin discusión

Nadie duda en Portugal que Rui Patrício es el mejor portero portugués. “O Marrazes”, llamado a ser el sustituto natural de Vítor Baía desde que Paulo Bento le dio la alternativa en el Sporting contra viento y marea, ha demorado un poco en ganarse la confianza unánime del fútbol portugués, pero actualmente es el referente en la portería. Buena parte de su éxito la tiene el hecho de haber permanecido en el Sporting pese a los continuos rumores sobre su salida del club cada vez que se abre el periodo de traspasos. En Alvalade ha conseguido la estabilidad y confianza necesarias para progresar y asentarse.

En el banquillo, una temporada más, espera su oportunidad Marcelo Boeck, un caso muy parecido al de Fabiano en el FC Porto –de hecho ambos se incorporaron a sus equipos casi a la vez-, pero que no ha tenido todavía la oportunidad de jugar porque Patrício lo acapara prácticamente todo.

Una defensa algo inexperta por el centro

La salida de Marcos Rojo se ha cubierto con jugadores que forman parte de la política de contrataciones del equipo ya antes de la llegada de Bruno de Carvalho a la presidencia, jugadores jóvenes, con recorrido y progresión por delante; y ahí es donde el equipo está notando la falta de un jugador con dotes de mando para que los nuevos se refugien bajo su liderazgo sin exponerse. Naby Sarr y Paulo Oliveira, cada uno con sus propias características, el portugués más fino, el francés puro físico, tienen mucho trabajo táctico por delante, sobre todo a la hora de cubrir los espacios entre ambos. Juegan demasiado estáticos, bien colocados, pero deben mejorar su capacidad de reacción lateral ante las incursiones de los jugadores rivales en zonas anexas a ellos.

Paulo Oliveira.

Maurício, que el año pasado sorprendió a todos desde la serie B brasileña, no ha empezado a su mejor nivel esta temporada. Él debería ser el central de referencia, dada su experiencia previa, pero no está teniendo la regularidad que se esperaba en este segundo año, y el equipo se resiente, quizás porque la temporada pasada tenía a un compañero de talla mundial como Marcos Rojo.

El Sporting ha notado mucho la baja de Marcos Rojo

Después de un tiempo tanteando su fichaje, por fin este año se confirmó la llegada del egipcio Remi Rabia, que viene con fama de ser un central aplicado y solvente pero al que todavía no se le ha visto. Junto a ellos deberían aparecer canteranos a los que se espera desde hace años y que tampoco acaban de romper, como Nuno Reis, capitán de todos los equipos inferiores del club, que después de varias cesiones está ante el último año de su afirmación o no en el primer equipo, Tobías Figueiredo, un jugador de corte muy similar al anterior y Fabrice Fokobo, que la pasada temporada parecía que podría tener minutos pero finalmente no encontró continuidad en el equipo ni en su rendimiento dentro y fuera del campo, todo sea dicho.

Los laterales aparecen claramente definidos para Jefferson, lateral clásico brasileño, de gran proyección ofensiva, disparo potente aunque cierto descuido en su labor defensiva y un Cèdric Soares que después de años difíciles parece finalmente asentado y respetado en el equipo y en el fútbol portugués en general. Ninguno de los dos son jugadores de primer nivel, pero ambos tienen el oficio y la implicación suficientes como para cumplir con creces en el equipo y crecer con el mismo.

Jonathan Silva.

El argentino Jonathan Silva llega como un jugador poco conocido, pero entra poco a poco en la dinámica del equipo para darle descanso a Jefferson y competir con él a medio plazo. El ex de Estudiantes, jugador intenso, debe mejorar sus hábitos tácticos y duelos individuales en los que se ha visto superado en velocidad por los extremos rivales. Su primera convocatoria con la Argentina del 'Tata' Martino demuestra que va a ser un gran lateral de futuro en Europa.

Esperando una oportunidad están Miguel Lopes, finalmente readmitido tras aceptar rebajarse el salario a la mitad, y Ricardo Esgaio, excelente proyecto de jugador que tiene mimbres para ser un excelente lateral y un extremo más que aceptable, pero como tanto otros de sus compañeros de generación en la formación sportinguista necesita que se apueste decididamente por él.

André Geraldes es el enésimo caso de fichaje innecesario. Cumplir en un equipo de nivel medio en la liga portuguesa no implica ser un jugador de equipo grande y deja marcado a un jugador que, evidentemente aprovecha su ocasión para mejorar económicamente, pero no acaba obteniendo réditos deportivos de esa situación porque después de unos años en blanco deberá reiniciar su camino más o menos donde lo había dejado.

Prata da casa” en el centro del campo

William Carvalho en su versión temporada 2013/14 es un jugador de primer nivel, válido para casi cualquier equipo del mundo, pero en su versión actual falta por ver a ese jugador capaz de llenar el campo y jugar con el cuerpo como hace años no se veía en el fútbol europeo. El Sporting necesita recuperar al mejor William para controlar el ritmo del partido y cohesionar las dos mitades en las que se parte el equipo. Sin él, hay un agujero entre la medialuna del área propia y el centro del campo; con su mejor juego, él sólo es capaz de hacerse cargo de todo ese terreno.

William Carvalho ha bajado considerablemente su rendimiento

Para tapar la posible salida de William, que afortunadamente para el club no acabó por concretarse, el Sporting acudió a la MLS, donde encontró a Oriol Rosell, un chico formado en 'La Masía' que siguió un camino muy distinto al de la mayoría de los jugadores formados allí. Aunque tuvo un comienzo de pretemporada bastante prometedor, coincidiendo precisamente con los rumores de salida de William, finalmente no ha acabado por hacerse con la titularidad. Tiene buenos detalles, sobre todo a nivel táctico, pero le falta una marcha más para adaptarse al ritmo del fútbol europeo. Con la presencia de William Carvalho como totalista en su puesto, el catalán va asumiendo las rutinas del equipo poco a poco sin hacer ruido ni quemarse.Willian

William Carvalho.

Como volantes, el Sporting presenta un trío de jugadores formados en Alcochete, ya con cierta madurez adquirida después de varios años en la primera plantilla y que, finalmente, con la estabilidad que el club ha ido recuperando desde la pasada temporada, parecen haber asumido el rol que tanto se les reclamaba. El principal es Adrien Silva, habitualmente acusado de “pecho frío”, un jugador fino y elegante capaz de marcar las diferencias en el juego ofensivo del equipo, aprovechando el trabajo de su compañero en la medular, João Mário que ha dejado de ser el hermano de Wilson Eduardo hasta llegar a la selección absoluta. João Mário, mucho más dinámico que el lusofrancés, complementa y protege el juego de su compañero, llenando el centro del campo con un trabajo incansable, desde la presión hasta la conducción vertical del juego ofensivo, pero no es un trequartista, y en esa zona del campo el equipo tiene un problema de clarividencia ofensiva que debería resolver.

André Martins está relegado al 'ostracismo' en este inicio de temporada

Por detrás espera su oportunidad André Martins, cuyo rendimiento se ha enfriado un tanto después de una aparición fulgurante. André Martins es un jugador intermedio entre Adrien y João Mário, aparentemente frágil, pero muy sacrificado en su esfuerzo. Al igual que le sucedió a Adrien, “o menino de Santa María da Feira” debe explotar ya sus condiciones y asumir una jerarquía en un centro del campo muy cómodo para que se incorporen a él jugadores de calidad y que quieran el balón.

Nani y Slimani llevan todo el peso ofensivo

No hay duda de que Nani es el jugador franquicia que tanto necesitaba el Sporting. A estas alturas nadie va discutir la jerarquía del caboverdiano en el fútbol europeo y en el propio club, y a él le han sido entregados los galones, no sólo a la hora de tener libertad en el campo, sino para descargar al resto de jugadores que, obviamente, van a ser mejores jugadores a su lado. Es evidente que el extremo no será el mismo de la era post-Ronaldo en el United, pero le sobra calidad por arrobas para marcar las diferencias en la Liga Portuguesa. Sus rivales le temen, sus compañeros aprovechan su presencia en el campo. El Sporting siempre gana con su presencia en el club: gran éxito del presidente que cambió una venta polémica por una incorporación ilusionante.Nani-

Nani.

En estos momentos de la temporada, la influencia de Nani es tan importante en el equipo que, en distintas tertulias futbolísticas, comienza a plantearse la posibilidad de sacarlo de la banda y darle los tres cuartos ofensivos, convertirlo en un diez en el campo. Lo que se pretende es que el todavía jugador del United aporte la dosis de genialidad que el Sporting necesita en la frontal del área sin tener que volcar el juego a su banda, perdiendo así una posición privilegiada para distribuir el juego.

En la banda opuesta, la culebra Carrillo intenta alcanzar, por fin, continuidad en su rendimiento. El jugador formado en Alianza de Lima quiere dejar de ser un jugador de rachas y acumular una temporada completa con mayor regularidad de lo que ha hecho en las últimas. Después de varios años en Portugal debería dar un paso adelante, evolucionar en su juego y participación en el equipo.

Nani, Slimani y Carrillo son inamovibles en la zona ofensiva

Por detrás, espera su oportunidad Diego Capel, muy lejos de lo que se esperaba de él, decepcionante en su paso por una liga y un equipo que parecían venirle como anillo al dedo para sus condiciones. Esta temporada ha sido pocas veces titular, aunque siempre sale desde el banquillo.

Por detrás del almeriense está Carlos Mané, futbolista que en pocas temporadas podría ser la referencia ofensiva del equipo; hábil con el balón, un poco estático sin él. A pesar de ello, la temporada pasada con Jardim tuvo muchas más oportunidades que esta temporada con Marco Silva. Debería ofrecerse mucho más, con y sin balón, la contundencia la ganará con el tiempo, como tantas otras cosas, pero ahora debe romper la puerta de entrada, no pasar simplemente como está haciendo.

Un paso por detrás de estos cuatro se encuentra el caboverdiano Heldon, extremo interesante pero que necesita que se cuente con él de forma regular para que su contratación pueda tener sentido. Es cierto que el equipo pretendía deshacerse del elevado contrato de Capel y que el ex de Marítimo puede ocupar el sitio del andaluz, pero si no cuenta con opciones y de repente se ve superado por jugadores del B como parece que puede acabar sucediendo, no se va a comprender la necesidad de su fichaje.

Islam Slimani.

El nueve del equipo parece ser Islam Slimani, que llegó como un jugador de perfil bajo y que después del gran final de temporada pasada, Mundial incluido, se ha convertido en la referencia ofensiva. No por sus goles, ya que realmente esta temporada no ha acabado de romper en ese aspecto, sino por todo el trabajo que aporta. Slimani es un jugador de choque, de trabajo ofensivo cuando el partido se pone de cara, aunque tiende a la indolencia si se ve superado por los rivales. A Slimani le falta, al igual que a la mayoría de sus compañeros, regularidad para acabar siendo un jugador de primer nivel y no un buen delantero más. De momento está en el camino, le falta intensidad en noventa minutos.

Por detrás Fredy Montero parece haber perdido un poco de fuerza después de su explosivo aterrizaje en Portugal y, aunque este año se ha reencontrado con el gol, parece un escalón por debajo de su compañero. El colombiano es víctima de su sorprendente llegada a Europa con un porcentaje de goles superior al que jugador había acreditado en años anteriores –comparable al del mismísimo Falcao- y esta sequía que ha vivido le ha castigado en demasía, exigiéndole un rendimiento por encima de sus propias cualidades. Ni es el nuevo Falcao, ni tampoco se le ha olvidado marcar.

Islam Slimani estuvo cerca de marcharse en agosto

El japonés Tanaka forma parte de esta serie de fichajes “llamativos” del Sporting que hasta ahora no han acabado de despuntar con la excepción de Slimani, y aunque no desentonó durante la pretemporada y puede ser un jugador aprovechable para la Primeira Liga, el Sporting parece quedarle un poco grande, por el momento.

Otros fichajes ilusionantes pero con pocas oportunidades

En esta línea de fichajes en mercados menos habituales y de jugadores prácticamente desconocidos para el gran público llama poderosamente la atención la figura de Ryan Gauld, joven promesa escocesa por la que el equipo puede desembolsar casi cuatro millones de euros (si quieren hacerse con el 100% de su pase) y que, de momento, se mantiene en segunda línea, jugando con el equipo B, buscando alejarlo de los focos mediáticos hasta que esté lo suficientemente maduro como para entrar en la dinámica del primer equipo. Fue un fichaje muy sonado, ya que en Escocia era catalogado como 'Baby Messi'.

Ryan Gauld.

En una situación parecida se encuentra el búlgaro Slavchev, por el que también se pagó más de dos millones y medios de euros, y el francés Sacko por el que han pagado un millón de euros al Girondins de Burdeos y que, por el momento, juegan en la Segunda Liga, formándose, aclimatándose y creciendo con el león al pecho. Un caso aparte es el de Shikabala, que tras llegar el pasado mercado de invierno y no tener oportunidades, desde septiembre de 2014 está escondido en su país sin que su propio equipo, el club que le paga, sepa qué es de él.

Que el Sporting ha vuelto es una evidencia, ahora falta que el proyecto continúe, crezca y no acabe por convertirse en un mero escaparate para colocar jugadores en ligas extranjeras. El Sporting parece haber aprendido que el mejor camino para enfrentarse a sus grandes rivales radica en su propia esencia de cantera, y no debería olvidarlo, porque en las últimas convocatorias de las selecciones inferiores de Portugal los jugadores de Alcochete están en franca minoría frente a sus rivales.