Un nuevo Mundial se abría paso y Argentina iba dispuesta a llevárselo. Con los mayores exponentes históricos del fútbol argentino en el verde de los campos de Sudáfrica, todos esperaban un Mundial inolvidable. Messi en el terreno de juego y Maradona en el banquillo podían hacer una mezcla explosiva.

No obstante, la dudosa fase de clasificación llevada a cabo por el combinado argentino, en la que fueron cuartos, por detrás incluso de Paraguay, hacía no tener plena confianza en la selección nacional.

El camino de los rivales

Los surcoreanos entraron en liza en la tercera ronda de clasificación del al AFC, quedando emparejados en el Grupo 3 con Corea del Norte, Jordania y Turkmenistán. Corea del Sur se clasificó para la siguiente ronda junto con sus vecinos norcoreanos. En la cuarta ronda quedaron en el Grupo 2 con Irán, Arabia Saudita, Corea del Norte y Emiratos Árabes Unidos. Volvieron a gobernar el grupo y obtuvieron plaza directa para Sudáfrica.

Los griegos fueron los que más sufrieron para llegar a Sudáfrica

Los griegos tuvieron un camino algo más complicado. En la fase de grupos se enfrentaron a Israel, Moldavia, Suiza, Letonia y Luxemburgo. Tras la disputa de los diez partidos el combinado griego quedó segundo, por detrás de Suiza, y tuvo que esperar a la repesca para asegurarse su plaza mundialista. En la mencionada repesca se las vieron maduras para deshacerse de Ucrania. Un empate 0-0 en Atenas y un triunfo 0-1 en Donetsk le valieron el Mundial a Grecia.

Por último, los nigerianos empezaron su andadura en la primera fase de grupos de clasificación. En un grupo conformado, además, por Guinea Ecuatorial, Sudáfrica y Sierra Leona, los jugadores de Nigeria se hicieron fuertes y lograron el pase a la siguiente ronda. Emparejada en el Grupo B de la última fase, Nigeria lideró un grupo en el que se tuvo que enfrentar a Mozambique, Túnez y Kenia obteniendo así su plaza en el Mundial que jugarían en su continente.

Grupo asequible para la albiceleste

Una vez sorteados los grupos, la afición argentina no podía estar descontenta con el resultado. Tres selecciones claramente por debajo del nivel de la albiceleste y que no debían suponer ningún problema.

Esas eran las previsiones, y así transcurrió la primera fase del Mundial. En la primera jornada los pupilos de Maradona se medían a la selección de Nigeria. Una buena primera mitad le bastó a los argentinos para deshacerse de las Super Águilas con un gol de Heinze en el minuto seis. En la segunda parte los africanos pudieron haber empatado el encuentro al igual que Messi pudo haber ampliado la ventaja argentina de no haber sido por la buena actuación de Enyeama.

Foto: Taringa
Foto: Taringa

Ante Corea del Sur y Grecia, Argentina demostró su potencial

En la segunda jornada tocaba verse las caras con Corea del Sur. Dominando y mostrando todo su potencial, sobre todo en la combinación entre Messi, Di María e Higuaín, Argentina se deshizo de los surcoreanos con un gol en propia de Park Chu Young y un hat-trick de Gonzalo Higuaín. El gol de Lee Chung Yong en el añadido del primer acto no sirvió para atemorizar a la albiceleste.

En la jornada definitiva Argentina buscaba el liderato y el pleno de puntos en la fase de grupos. La albiceleste volvió a ejercer su dominio imperante sobre su rival y se llevó el encuentro por un claro 0-2 que, eso sí, no llegó hasta los minutos finales. Dos tantos anotados por Demichelis y Palermo en el último cuarto de hora bastaron para sellar el pase de Argentina a octavos de final y confirmar la eliminación de Grecia.

Análisis del grupo

En un grupo en el que, a priori, los favoritos eran los argentinos y los griegos, hubo una selección que quiso darle un toque diferente al Grupo B. Corea del Sur emergió como la “sorpresa” del grupo y logró la clasificación para octavos de final, dejando fuera a una selección europea.

Foto: Todos Somos DT
Foto: Todos Somos DT

Corea del Sur hizo valer su triunfo ante Grecia

Sin embargo, es cierto que el hecho de ganar en la primera jornada los surcoreanos a los griegos, complicó bastante la clasificación de los europeos, ya que uno de sus enfrentamientos restantes era frente a Argentina, y era bastante complicado sacar algo positivo de ese encuentro.

En el otro lado del grupo estuvo Nigeria. Los africanos no aprovecharon que jugaban en su continente, en África, y tan solo pudieron sumar un punto en la última jornada ante Corea del Sur, en un partido prácticamente intrascendente para ambas.

En definitiva, fue un grupo en el que los goles los puso Argentina (aunque tampoco de una manera escandalosa) y la emoción la pusieron Corea del Sur y Grecia. Y, como siempre, el toque exótico lo puso el combinado africano.