Aunque ambos conjuntos llegaban con similitudes a una nueva etapa del derbi londinense, lo cierto es que tras los noventa minutos la situación es diametralmente opuesta para ellos. Si bien el Chelsea sale reforzado tras su victoria por 3-2, el Arsenal ve como aumentan aún más sus problemas para hacer frente a los grandes equipos de la Premier League. Unai Emery no ha conseguido imponer su idea, entendiendo que esa no sea la de plantar sobre el terreno de juego un conjunto con serios problemas defensivos, escaso en la creación y falto de puntería en ataque. Los gunners aún no han quitado el cero de su marcador, cuando sus principales rivales por las zonas europeas ya suman seis unidades en la tabla clasificatoria.

Se podría decir que se impuso el que más lo buscó, el que tuvo una idea y el que la llevó a cabo a la perfección. Sarri ha sabido inculcar lo que quiere a este Chelsea vertiginoso, capaz de descolocar a cualquier defensa con un pase al hueco de Jorginho, que dio un recital de fútbol. Además, ha encontrado en Kanté a un nuevo delantero llegador, uno de esos hombres que llegan cuando nadie les espera para batir con dureza al portero rival. Mientras que esto acontecía, el Arsenal seguía intentando sacar, siempre sin éxito, el balón desde atrás, con un Guendouzi no falto en esfuerzos, con desparpajo y ganas, pero al que se le hace muy ancho el terreno de juego. Sin embargo, la actitud del franco-marroquí es lo que quiere el aficionado gunner, cansado ya de la apatía de un Mesut Özil que saltó desconectado a Stamford Bridge desconectando, por otro lado, todas las líneas de su equipo.

Una primera parte de vértigo

Esa verticalidad propia de un conjunto blue que repitió el once que vapuleó al Huddersfield en la jornada inaugural poco tardó en verse sobre el rectángulo verde, pues tras una jugada de libro en la que Williams arrastra a Bellerín, Marcos Alonso se planta solo en el área para poner el balón atrás y habilitar a un Pedro que hacía el primero para su equipo a los nueve minutos de partido. Dominaba el Chelsea y lo hacía ante un Arsenal que erró una clarísima ocasión de gol a los veinte de partido, cuando Aubameyang mandó alto un esférico llegado desde la línea de fondo. El gabonés se lamentaba y lo haría aún más cuando apenas un minuto más tarde Morata duplicaba la ventaja para los suyos.

Aubameyang se lamenta tras su disparo alto | Fotografía: Arsenal
Aubameyang se lamenta tras su disparo alto | Fotografía: Arsenal

La defensa del Arsenal volvió a generar dudas

El español, que recibió un pase en profundidad de Azpilicueta, asistente de lujo para el delantero blue, se deshizo de un Mustafi lento y despistado antes de batir a Petr Cech a placer. La jugada volvía a dejar en evidencia los conceptos defensivos gunners, pues a la pasividad a la hora de presionar al pasador, se sumó la adelantada línea defensiva de un equipo que cuenta con centrales como Mustafi y Sokratis, que pueden tener muchas virtudes, pero ninguna de ellas es la velocidad. Así pues, y con el 2-0 en el luminoso, llegó la reacción visitante en unos últimos quince minutos para grabar.

Unai Emery detectó que las subidas constantes de Marcos Alonso y Azpilicueta dejaban espacios a la espalda de los laterales, lo que aprovechó para indicar a su equipo que jugaran por bandas, algo que desencadenó directamente en los dos goles gunners. Primero fue Mkhitaryan el que recogió un balón atrás de Iwobi tras una buena anticipación de Monreal para batir a Kepa con extrema violencia. Más tarde, apenas cuatro minutos, fue el nigeriano el que aprovechaba el pase del armenio para igualar el marcador antes de dos nuevos errores garrafales que podrían haber dejado en ventaja a los de Emery en el tiempo de descuento. Aubameyang, que no funciona como delantero referencia, remató con más compasión que maldad un balón en el área pequeña ante un Kepa Arrizabalaga que volvía a encomendarse a todos los santos cuando Iwobi mandaba alto la última ocasión de la primera mitad.

Iwobi celebra su gol ante el Chelsea | Fotografía: Arsenal
Iwobi celebra su gol ante el Chelsea | Fotografía: Arsenal

Una primera mitad que contó con un dominio blue durante treinta minutos, pero en la que se vio la versión más incisiva de un Arsenal que logró empatar un partido que parecía tener perdido desde el minuto veinte. Posiblemente, esta reacción sea lo único positivo que se lleve el técnico vasco de Stamford Bridge, pues la imagen de su equipo no agradó demasiado al aficionado gunner.

Primó la razón

Uno de los que contribuyó sobremanera a esa mala imagen fue un Granit Xhaka incómodo, desaparecido y perdido en el centro del campo. Guendouzi, más joven y con menos experiencia, demostró mucho más que un futbolista que ni siquiera saltó al terreno de juego tras el descanso. Su lugar lo ocupó un Torreira que ejerció como hombre ancla entre la defensa y el ataque, algo que no existía durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Esta sustitución calmó algo un partido que se fue a los vestuarios enérgico, aunque seguía siendo el equipo de Sarri el que manejaba el balón. Tras un carrusel de cambios en el que participaron Kovacic y Hazard, por parte del Chelsea, y Ramsey y Lacazette por parte del Arsenal, se llegaron a unos últimos diez minutos que volvieron a tener acción.

La salida de Hazard volvió a espolear al Chelsea

Primero fue Marcos Alonso el que levantó de sus asientos a los aficionados que se dieron cita en Stamford Bridge, pues el lateral español, en su enésima internada en el área de Cech, mandó a la red el pase atrás de un Hazard que necesita poco tiempo para cambiar el partido. Apenas cinco minutos después fue el belga el que se plantó solo ante un Petr Cech que fue el mejor de su equipo, pues además de anular el lanzamiento del recién ingresado, también mandó a córner un remate de Giroud, que ocupaba ya el lugar de Morata. Antes del final, Ramsey tuvo el empate con un disparo desde el borde del área que se marchó rozando el larguero.

Marcos Alonso celebra el gol | Fotografía: Chelsea
Marcos Alonso celebra el gol | Fotografía: Chelsea

Con esta derrota, Unai Emery tiene el dudoso honor de ser el entrenador que capitanea la primera nave del Arsenal que comienza una liga perdiendo los dos primeros partidos desde la temporada 1992/1993, cuando el Arsenal comenzó, al igual que ahora, con cero de seis puntos posibles. Tendrán que mejorar los gunners ante el West Ham el próximo sábado a las 18:30 horas si quieren empezar a sumar de tres en tres. Por su parte, el Chelsea de Sarri suma el cien por cien de los puntos puestos en liza antes de visitar al Newcastle el domingo, 26 de agosto a las 17:00 horas.