La velada de espectáculo comenzó con el gran atractivo de Alexis Sánchez regresando a Emirates Stadium en un contexto muy diferente al que podría haber soñado el delantero chileno, puesto que se marchó del Arsenal en pos de buscar nuevos desafíos, más acordes a sus aspiraciones de ser campeón y marcar una página en el fútbol europeo, pero bajo el mando de José Mourinho estuvo demasiado lejos de conseguir tal anhelo.

Con el arribo de Ole Gunnar Solskjaer a la conducción técnica del Manchester United, el propio entrenador noruego admitió que uno de sus objetivos sería recuperar a la mejor versión del chileno, esa que brilló por algunas etapas en el Arsenal y durante su paso en Barcelona. Tras una larga inactividad debido a una lesión, Alexis Sánchez regresaba completamente a la actividad como titular en este trascendental encuentro.

El primer cuarto de hora se marchó entre temerosos intentos por parte de dos equipos que no querían arriesgar demasiado desde el principio, a sabiendas del poder ofensivo de ambos y cómo podían llegar a sufrir de contragolpe. Sin embargo, las malas noticias no estuvieron exentas de aparecer para Unai Emery en los primeros instantes del encuentro, ya que Sokratis debió ser sustituido tras doblarse su rodilla en un salto en el mediocampo, debiendo ser reemplazo por Mustafi.

El héroe menos pensado

Pero la alegría se desató para el Manchester United en un vendaval de fútbol que se llevó puesto a un frágil Arsenal, cuyo aspecto defensivo quedó visiblemente disminuido con la salida de Sokratis. Primero fue Alexis Sánchez quien, tras un pase de precisión quirúrgica en los pies de Romelu Lukaku, regateó a Petr Cech y logró definir contra su ex equipo, a pesar del ángulo cerrado. Unos minutos más tarde, nuevamente el belga escaló por la derecha y se vistió de asistidor para dejar mano a mano a Jesse Lingard, quien definió sutilmente a la izquierda del guardameta checo, subiendo al marcador una diferencia de 2-0 para los visitantes en apenas minutos después de la media hora de juego.

Aun así, los Gunners no se rindieron y fueron en búsqueda del descuento, el cual consiguieron en una jugada muy afortunada dentro del área chica del United, que finalizó con Pierre Emerick Aubameyang empujando el balón a gol a pocos minutos del final de la primera etapa.

El complemento comenzó con un Arsenal mucho más volcado al ataque, en especial por la necesidad imperiosa de un rápido empate y así no sufrir en los últimos minutos ante un Manchester United que, presumiblemente, iba a cerrarse y esperar de contragolpe para liquidar el pleito.

Otra baja para Emery

Pese a ello, Emery tuvo que lamentar otro lesionado debido a un pisotón de Romelu Lukaku sobre Laurent Koscielny, que acabó con el defensor francés siendo reemplazado en el campo por Matteo Guendouzi, mientras que el entrenador decidió agotar todas las posibilidades en ese mismo momento, enviando al campo a Mesut Ozil para darle un poco más de conexión al mediocampo y opciones de media distancia a un equipo que, a la desesperada, iba en busca del empate.

Solskjaer, lejos de conformarse, envió al campo a Marcus Rashford y Anthony Martial, buscando cerrar completamente el marcador, en especial ante una defensa con hombres no demasiado veloces, en comparación con los jóvenes futbolistas del United. Con esa confianza, el francés no decepcionó y solo unos minutos después de su ingreso, marcó el tercero para su equipo, ahogando por completo las esperanzas locales.

Finalmente, los últimos instantes del encuentro pocas emociones añadieron a un marcador que había quedado sentenciado con el tercer tanto. De esta forma, Manchester United avanza a los octavos de final de la FA Cup, habiendo superado a un fuerte rival como Arsenal, el segundo de Londres al que vence en sólo una semana, y demostrando que el cambio de Solskjaer ya está dando grandes frutos.