«El fútbol sudamericano no es táctico», «no es atractivo», «se juega de forma desprolija». Éstos son algunos de los tabúes que se tienen en el viejo continente respecto al fútbol del América del Sur.

Básicamente, todo lo que venga de este lado del mundo parece ser inferior y muy de «tercer mundo». Quizá sea por la inestabilidad política y social, quizá.

Pero, en materia futbolera hay demasiados preconceptos prejuiciosos y poco y nada de análisis. El fútbol de sudamérica, además de apasionado, es muy enriquecedor desde la táctica; así lo demuestran los dos finalistas de la Copa Libertadores: River Plate y Flamengo.

Equipos con muchas similitudes, pero con diferencias marcadas

Hablando desde el punto de partida, tenemos un denominador común: el 4-4-2, implementados desde ambos lados. Pero con la variante de plasticidad y articulación según la altura donde se tenga el balón (varían a 4-2-2-2 o 4-1-3-2, por ejemplo). El movimiento de las piezas es una marca registrada de ambos conjuntos.

Cara a cara. Probable XI y disposición táctica ambos equipos para la final:



Del lado de River, tenemos a dos laterales de perfiles distintos. Un Montiel que de MC y posterior central pasó a reconvertirse en lateral derecho y un Casco que es de lo más destacado de esta Copa.

Milton, que es ambidiestro, lo que le da un plus sobre sus rivales. Puede orientarse hacia el centro como fijar marcas desde la banda. Montiel es menos peligroso en fase ofensiva, pero muy rendidor en faceta defensiva. Laterales regulares y sólidos.

Del lado de Flamengo, tenemos a dos laterales de primer nivel. Ambos, refuerzos lujosos. Filipe Luis y Rafinha, ex Atleti y Bayern Múnich respectivamente. Los laterales de Flamengo son extremadamente importantes en la estructura del Mengão, sobre todo en faceta ofensiva, donde surge la figura de «lateriores», a quienes también se les suele llamar «interiores sorpresivos». Y es que los laterales del Flamengo constantemente pasan de su punto de partida a posicionarse en pasillos interiores, ya sea en conducción o para ofrecerse como una opción de pase sin que aparezcan en esa lista de marcas de los rivales.

Cuando la jugada se gesta por izquierda, Filipe fija en la raya; mientras que Rafinha se pone en posición de interior (se centraliza). Y viceversa de la derecha. Movimientos automatizados que pocos equipos implementan en este lado del mundo. River lo hace, pero en menor medida; y otro conjunto que usa esta arma ofensiva es el actual campeón de Copa Sudamericana, Independiente del Valle.

Así se mueven Filipe y Rafinha según la jugada dicte:

La lucha en el medio

Arão y Gerson contra Enzo Pérez y Ezequiel Palacios. Los dos primeros del Flamengo, de características diferentes a los de River; pero con roles similares. Arão es un sostén, un mediocentro que está destacando con luces propias en un puesto condenado a la infravaloración. Gerson es más jugón: un conector entre el medio, los atacantes, volantes y laterales. Su figura representa lo que es la identidad del Mengão: dinamismo, buen toque, gambeta, movimientos, posesión y juego posicional. En él se apoyan todos y él se apoya en todos.

Del otro lado, un Enzo Pérez en modo masterclass. El mediocampista ex Benfica y Valencia (donde ya fue dirigido por Jorge Jesús en Portugal) dejó de ser ese interior con función de box to box a ser un organizador nato, posición donde curiosamente Jorge Jesús le dio la oportunidad de jugar y reconvertirse como futbolista en su etapa en Benfica. Las vueltas del fútbol. En este River todos los caminos conducen a Enzo Pérez. Después de la marcha de Ponzio, Enzo tuvo que tomar la responsabilidad de ejercer ese puesto más posicional con un rol que exige mover los hilos y dictar el tempo del equipo. Hasta ahora, lo realiza en plan deluxe.

Palacios tiene una función similar a la de Gerson, pero con mayor rodaje y despliegue. A Exequiel se le exige en todas las facetas posibles: Recuperación, pressing y llegada. De los medios, él es que el tiene la obligación de filtrar pases y romper en combinación (paredes, triangulaciones) o en conducción. Y debe hacerlo no solo por función, sino por calidad y características. Sin dudas, uno de los grandes atractivos de esta final será ver cuál de los medios logra imponer condiciones.


El rol de los volantes

Nico de la Cruz y Nacho Fernández, los encargados de transformar las posesiones y los ataques en ocasiones de gol. A Fernández hay que valorarlo desde su inteligencia y polivalencia para adaptarse a diferentes contextos. Su calidad no solo está en sus pies y su conducción en velocidad, sino en su cabeza. El jugador que mejor representa a Marcelo Gallardo dentro del campo. Una figura que además aparece en las grandes citas, el que cambió el trámite en Madrid ante Boca, el que apareció en Mendoza, el que ahora es protagonista de un film que le merecía un papel de este calibre.

Nacho Fernández compadece ante los medios de prensa / Foto: Twitter oficial Copa Libertadores
Nacho Fernández compadece ante los medios de prensa / Foto: Twitter oficial Copa Libertadores

El uruguayo De La Cruz es la irrupción. Del cuestionamiento excesivo a ser uno de los mimados por la afición. Su proceso se asemeja –y mucho– al del Pity Martinez (salvando las distancias, por supuesto). De La Cruz tiene el punto de partida desde la izquierda, con el perfil invertido, dónde además de generar supremacía por carrileros interiores tiene la obligación de ayudar a su lateral (Casco). Lo mismo pasa con Nacho del otro lado.

Movimientos del River de Gallardo en ofensiva: movilidad constante de los interpretes en zona de impacto. Diagonales de los volantes y desmarques en ruptura de los delanteros.

Arrascaeta y Everton Ribeiro, el desequilibrio del Fla

El uruguayo y el brasilero son los encargados de «martillear» su función es dinamizar la posesión. El Mengão apuesta por ataques posicionales, buscar con paciencia la oportunidad de acelerar y de hacer daño. Para esto, la lectura de Arrascaeta y Ribeiro es fundamental. Saber cuándo centralizarse, cuándo ir por banda y, sobre todo, cuándo entrar en acción causando revuelo y sorpresa en los rivales mediante sus desmarques y diagonales. Son algunas de las tareas que tienen los volantes en el equipo de Jorge Jesús.

Por Copa Libertadores, los números de ambos son muy buenos: Ribeiro participó en seis goles de forma directa, tres goles y tres asistencias. Arrascaeta, por su parte, marcó un gol y dos asistencias, pero, en el Brasilerão, ha anotado once tantos. Jugadores fundamentales.


Gabigol y Bruno Henrique contra la dupla de River Plate

En el Mengão no hay dudas de quién será la dupla de ataque, a menos que ocurra algo trágico (una lesión a última hora). Gabriel Barbosa y Bruno Henrique conformarán la dupla de ataque del conjunto de Jorge Jesús.

En River la situación cambia, porque con Gallardo no se sabe qué puede pasar. Incluso el cambio de esquema es factible. Así que, si hoy se anima a proyectar un Santos Borré con Mati Suárez de arranque, mañana Scocco y Pratto pueden sumar posibilidades. Entones, es muy complicado diagnosticar no solo quiénes serán los delanteros sino cuál predisposición y figura táctica elegirá el Muñeco para medirse al Flamengo y buscar un título más a su palmarés.

Marcelo Gallardo saliendo del micro / Foto: Copa Libertadores
Marcelo Gallardo saliendo del micro / Foto: Copa Libertadores


En esta línea es sin dudas dónde más diferencia hay, porque el estado de forma de Gabigol y Bruno Henrique está en otro nivel. Imparables. Los números hablan por sí solos: 

Por Copa Libertadores, Bruno Henrique marcó cinco goles y repartió cinco asistencias en 12 partidos. En el Brasilerão, en 30 encuentros, marcó 18. Y no es delantero nominal, es el acompañante de Gabigol.

Gabriel Barbosa, anotó siete y dio una asistencia en 11 partidos disputados por Libertadores. En el Brasilerão, jugó 26 cotejos y ¡marcó 22 tantos! Una locura. La dupla del torneo y del año en América sin dudas.

Gabriel Barbosa lanza lujos en los entrenamiento del Fla / Foto: Copa Libertadores twitter oficial
Gabriel Barbosa lanza lujos en los entrenamiento del Fla / Foto: Copa Libertadores twitter oficial

Pinola, Martínez Quarta y el mismo Marcelo Gallardo tendrán la difícil tarea de detener a esta dupla de ataque. Los brasileiros son rápidos, habilidosos, deciden muy bien en zona de impacto y tienen un gran sentido para el desmarque y la asociación. Nada fácil.

Existe una anécdota de Valdano sobre Cruyff que puede caber en este caso. Resulta que el Barcelona de Johan iba a jugar ante el Atlético de Madrid, equipo donde jugaba Manolo Sánchez, un jugador reconocido por su gran desmarque y capacidad goleadora. Como en la pizarra de Cruyff previo al duelo ante el Atleti no figuraba alguna marca especial para Manolo, a Johan le hicieron notar ese “error”, a lo cual la leyenda holandesa sentenció con una lógica irrefutable: - «¿Cuál es la principal cualidad de Manolo?» pregunta Johan – «El desmarque», coincidieron la mayoría–. «Entonces es mejor no marcarlo», remarcó Cruyff. ¿Y si la fórmula para parar a Gabigol y Bruno es con una de estas “locuras cuerdas” de Cruyff?

De las similitudes a las diferencias marcadas

Ya se puede apreciar que River y Flamengo no son tan distintos como se presume. De hecho, nombre por nombre y en varios matices de su funcionamiento se parecen mucho. Pero, sin embargo, hay notorias diferencias que no están en tela de juicio: juego de posición contra dinamismo y juego directo.

Si bien es cierto que el River de Gallardo implementa ataques posicionales, lo del Millo es mucho más dinámico y directo que el estilo del Mengão. A Gallardo y su equipo poco le importan la posesión si puede generar ocasiones con un pressing alto y la verticalidad como premisa. La posesión es una gran arma, porque con ella impones condiciones, pero tampoco es la única vía.

Por el otro lado, el Flamengo sí pone en práctica el juego de posición, y es innegociable. El Mengão siente el juego posicional y, por ende, la posesión. Son pocos los equipos que le han podido robar el balón al equipo de Jorge Jesús, y esto se debe a dos cosas:

1. No pueden. La calidad de los jugadores del Flamengo más la sólida estructura armada por el técnico portugués hacen de este conjunto una máquina de imponer condiciones y someter rivales mediante ataques posiciones.

2. Por planteamiento. Hay equipos conscientes de sus limitaciones y eligen competir de una forma más realista según sus fortalezas e intentando detectar algunas de las falencias que tenga el equipo de Jorge Jesús.

Jorge Jesús, director técnico del Flamengo / Foto: Twitter oficial Copa Libertadores
Jorge Jesús, director técnico del Flamengo / Foto: Twitter oficial Copa Libertadores

Y aquí es donde entra la principal disyuntiva de esta final: ¿qué le conviene a este River Plate? ¿Intentar quitarle el balón al Flamengo o buscar otra forma de hacerle daño sin la necesidad de disputar directamente la posesión? He ahí la cuestión, he ahí el dilema; diría el Muñeco mientras piensa en la final del sábado con el agradable clima que hace en Lima por estos días.

Si algo tiene a su favor el Millonario en esta final es su capacidad de adaptación para diferentes contextos, algo que es directamente proporcional a la capacidad de su técnico para encontrar soluciones. Gallardo no es Jorge Jesús, son muy diferentes, desde su forma de entender el fútbol – así se ve desde la lejanía al menos – hasta su trayectoria. Gallardo no ha armado un equipo como Jesús, no. Marcelo armó toda una institución. Son varios años al frente de un club, y vaya años; los más históricos y trascendentes internacionalmente hablando de la historia de River.

Marcelo Gallardo, un emblema de River Plate / Foto: Twitter oficial River Plate
Marcelo Gallardo, un emblema de River Plate / Foto: Twitter oficial River Plate

Este proceso implicó ida de piezas claves contra tiempos extra cancha, bajones futbolísticos, etc. A todo esto, Gallardo le dio la vuelta una y otra vez, y justo en esta edición de Libertadores quizás se está presenciando la versión más terrenal de Gallardo: eligiendo mal los cambios en la Bombonera, perdiendo tácticamente el primer tiempo ante Russo en la Nueva Olla, no pudiendo encontrarle la vuelta a Cruzeiro. Y si a alguien necesita a River este domingo es a la versión más lúcida de su emblema institucional, tanto en el planteamiento como en la predisposición del equipo. River necesita al mejor Gallardo para el sábado.

Repaso del favorito

Si bien los más imparciales y objetivos marcan un 50/50 (razón no les falta para pensar así) es muy difícil no poner como candidato a un equipo que lleva sin perder desde el cuatro de agosto, con 25 partidos invicto; ganando 20 de ellos; marcando 56 tantos, recibiendo 15 goles y dejando 14 veces su portería en cero. Un auténtico disparate.

Jorge Jesús hizo del Mengão una máquina de ganar con buen fútbol. Fichajes top para esta parte del mundo que no solo se adaptaban perfectamente a su intención e idea de jugar, sino que por el simple hecho de tenerlos en el plantel te otorgan un salto de calidad y jerarquía importantísima al equipo (caso de Rafinha y Filipe, por ejemplo).

El proyecto del Fla se confeccionó desde el trabajo en las juveniles, con jóvenes talentos que fueron vendidos por grandes sumas al viejo continente. Luego, con fuertes inversiones, lograron armar un plantel que encontró un punto de equilibrio entre la experiencia, juventud, talento y jerarquía comandada por un técnico de primer nivel.

38 años tuvieron que pasar para que el Mengão vuelva a una final de Libertadores. Casi cuatro décadas, una eternidad. El fútbol, además, no pudo elegir otro protagonista mejor para adversario, como si tuviera el libreto ideal para esta primera final en el nuevo formato. El multicampeón internacional River Plate. Final histórica y soñada.

Foto de la afición del Mengão despidiendo a su equipo antes de partir a Lima / Foto: @Flamengo
Foto de la afición del Mengão despidiendo a su equipo antes de partir a Lima / Foto: @Flamengo

A esperar la batalla táctica y la final soñada

El fútbol es un deporte hermoso, no importa si es en Wembley o en la cancha de tu barrio, donde te juntas con tus amigos los fines de semana luego de una fatídica y cansina semana.

Es más que un deporte, sin dudas, algunos lo consideran un estilo o forma de vivir; otros, una filosofía; y para muchos, es su vida enteramente. Vaya que suena redundante, pero es así.

Y el fútbol tiene la particularidad de poder unir millones y millones de corazones, ojos y pensamientos en 22 hombres en un rectángulo verde, con un esférico que se mueve por doquier; mientras dos personas los dirigen al costado del engramado. Esto normalmente es asociado con los grandes eventos: final de Champions, Mundial, Copa América y Eurocopa.

Este sábado, a la Copa Libertadores le toca trascender fronteras; así como en Madrid el año pasado, así como en sus mejores años. Los dos mejores equipos del continente estarán frente a frente, por un lugar en la historia, en un estadio neutral y a partido único.

El panorama está echado, el análisis fue explicado; pero lo contradictorio – o mejor dicho – lo emocionante e intrigante de esto es que todos estamos obligados a rendirnos contra el misterio futbolero. Ese que no te permite descifrar ni animarte a predicar con la certeza de que acertarás. Esta es la esencia, el misterio, la incógnita; y, por supuesto, la pasión que generan las noches de Copa Libertadores.  Señoras y señores, a disfrutar del show.