Aubameyang, una renovación que vale más que un título

El Arsenal es aquel club capaz de lo mejor y de lo peor. De acostumbrarnos a temer a sus jugadores, a verlos como indisciplinados y protagonizar actos impropios de profesionales, pero la renovación hasta 2023 de su principal activo por 350.000 libras semanales, mantiene las esperanzas en sus aficionados.

Aubameyang, una renovación que
vale más que un título
Aubameyang celebrando un gol en el Emirates Stadium. Vía: arsenal.com
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Por Mario Galán Granado

Pierre-Emerick Emiliano François Aubameyang, un chico nacido en Laval, un municipio francés cercano a Nantes, con madre española, pero nacionalizado gabonés por su padre, comenzó como profesional en el Dijon, en la segunda división francesa. Pasó sin demasiado éxito por el AC Milán, y también recaló en el Lille, el Mónaco o el Saint-Étienne, pero fue en el Borussia Dortmund cuando mostró su verdadero potencial.

‘Auba’ es uno de los jugadores clave para su conjunto, y aporta una cantidad de opciones muy buenas en el frente de ataque. Así fue cómo el Arsenal se fijó en este delantero y acabó recalando en las filas ‘gunners’ en el invierno de 2018 por 63,75 millones de euros.

Este fue el movimiento más costoso para el equipo londinense en aquel momento (superado un año después por Nicolas Pepé y sus 80 millones al Lille), y el Borussia de Dortmund recibió encantado aquella fortuna. En ese momento podía parecer que el cambio de la liga alemana a las islas británicas suponía un salto bastante alto y que tardaría en adaptarse. Nada más lejos de la realidad para Aubameyang.

En el país bávaro promediaba un gol por cada 109 minutos de juego, además de 3 tiros por encuentro. Las estadísticas indican lo numérico, pero en lo intangible, se movía por la posición de delantero centro, algo que podía chocar con su estilo de juego, pues es un atacante que destaca en su movilidad, velocidad punta y la presión alta. Una vez visto su rendimiento en la élite absoluta, y enfrentarse a rivales en la competición continental por excelencia, la Champions League, y lograr ser el máximo goleador de la campaña 2016/2017 en la Bundesliga (31 goles), llegó su oportunidad.

Con el Arsenal realizó su debut en un partido contra el Everton, un 3 de febrero, pero no solo se puso la elástica ‘gunner’ por primera vez, sino que marcó en el minuto 37 y ganó por 5 a 1. Aquella puesta en escena del gabonés dio a Arsène Wenger la razón de que habían fichado a una estrella. Esa primera mitad de temporada en la plantilla de los de Londres acabó con un balance de 10 goles y 4 asistencias en 14 citas, por lo que su participación se notaba cada vez que saltaba al campo en su todavía demarcación de delantero centro.

Pasó el verano de 2018, y el 12 de agosto comenzó una nueva campaña, esta vez de manera completa con sus compañeros y un entrenador diferente. Sería Unai Emery quien estaría al mando en una prometedora temporada en el norte de la capital inglesa. No fue hasta la cuarta fecha cuando nuestro protagonista marcó su primer tanto, pero una vez empezó, no paró.

En ese año pudo convertir 22 tantos en 30 titularidades y 6 suplencias, además de 5 asistencias, lo que le convirtió en el máximo anotador del campeonato liguero, empatado con Mohamed Salah y Sadio Mané, en lo que sería un tridente goleador completamente africano en la Premier League, demostrando así la internacionalización de la competición. Esto permitió al Arsenal llegar a la quinta plaza, a un solo punto del último puesto Champions, ocupado por el Tottenham Hotspur.

Los primeros 50 goles de Aubameyang con el Arsenal. Vía: arsenal.com
Los primeros 50 goles de Aubameyang con el Arsenal. Vía: arsenal.com

La opción de la Liga de Campeones se escapó vía nacional, sin embargo, quedaba una bala en la recámara, la Europa League, donde Auba puso 8 goles y 3 asistencias de su parte. En la final europea esperaba un rival conocido, un vecino, el Chelsea, que se impuso con superioridad por 4 a 1, lo que condenaba a los de Emery a repetir participación en dicha competición.

La temporada siguiente, los aficionados del Arsenal no tenían muchas esperanzas puestas e iban cada domingo al Emirates Stadium con la idea de bajar un puesto más en la clasificación al término de la jornada. Así fue, y es que no eran capaces de superar a rivales supuestamente inferiores, como Sheffield United, Wolves o Leicester. Finalizaron la campaña en octava posición, con 56 puntos, un rendimiento paupérrimo que hizo que los dirigentes del club mandasen a Unai Emery a su casa e impusieran de manera interina a Fredrik Ljungberg, hasta que llegó Mikel Arteta.

El que fuera uno de sus jugadores hasta el 2016 se convirtió en el entrenador más joven de la liga, previo aprendizaje de la mano de Pep Guardiola, al ejercer como su segundo en el Manchester City. Aquí se produjo un cambio de dirección en el Arsenal, y Auba pasó a una zona más apartada de la portería en el terreno de juego, es decir, se posicionó en la banda izquierda.

El cambio se hizo notable en el torneo con más antigüedad, la FA Cup, donde el gabonés no jugó hasta las semifinales, contra, precisamente el ex-equipo de Arteta, el City. En mitad de una pandemia mundial, sin público en las gradas y en un Wembley silencioso, ‘únicamente’ con la presión de que millones de espectadores te están viendo por la televisión, P.E. marcó los dos goles para mandar a su equipo a la final.

Unos viejos conocidos le esperaban, y nada parecía cambiar. El Chelsea se adelantó a los cinco minutos y aparecían los fantasmas del pasado. Aubameyang no estaba de acuerdo, y remontó con otros dos tantos para levantar el trofeo (o lo que quedaba de él) como capitán, dando así su primer trofeo como ‘gunner’ a Arteta.

Aubameyang levanta la FA Cup por primera vez. Vía: arsenal.com
Aubameyang levanta la FA Cup por primera vez. Vía: arsenal.com

La consecución de este torneo permite participar en la Community Shield, contra el ganador liguero, el Liverpool en esta ocasión. Un parón entre medias, el merecido descanso para los jugadores tras una larga temporada, y el tiempo suficiente para preparar un año más, un total de 28 días (nótese la ironía). Llegó el día, y el de Gabón no falló a la cita, anotando en el tiempo reglamentario. Ahí no se detuvo, ya que mandó el esférico a las redes en el penalti decisivo y repitió escena en el mismo estadio, esta vez sí, con el trofeo de una pieza.

Esta es una historia a la que le quedan muchas páginas por escribir. Un jugador esencial para el sistema de juego del entrenador español y el club del norte de Londres. Juntos, sueñan con revivir los días en los que Henry levantaba de sus asientos a los aficionados en el ya extinto Highbury.