Tras la tanda de amistosos en los que las selecciones europeas se vieron implicadas, el sábado se puso en marcha la competición creada por la UEFA para aumentar la expectación tanto del aficionado como de los propios futbolistas. Aunque el concepto nos proporciona gozar de partidos dignos de una fase final mundialista, el rendimiento dista mucho del que se espera ver en la próxima Eurocopa. Sin nivel, pero con los primeros aficionados alentando desde las gradas. No todo fue negativo en esta jornada. También Erling Haaland, que continúa postulándose como el killer de la próxima década.
España venció sin excesiva brillantez a Suiza (1-0), pero en esta ocasión el foco se sitúa en sus grandes rivales: Holanda, Francia, Croacia, Italia, Alemania, Portugal, Inglaterra y Bélgica. Algunas favoritas, otras aspirantes, pero todas ellas estarán en la lucha por la corona europea este verano.
Alemania recupera sensaciones
Los germanos, situados en el grupo de España, se reencontraron con la victoria tras una cadena de errores ucranianos que les permitieron superar el trámite y reengancharse a la lucha por el liderato. Tras el saco de goles del que salió de Francia el combinado ucraniano (7-1), el corto resultado que lució el electrónico en Kiev constató lo lejos que está Alemania de aquella apisonadora que se hizo con el Mundial allá por 2014.
A los 20 minutos, Rüdiger se colocó el traje de delantero para revolverse, surcar el borde del área y lanzar un balón que fue fusilado por Ginter, previo taconazo de Gnabry. Tras un festival de paradas, Bushchan colocó un parentésis, dejando en bandeja el balón a Goretzka para el 0-2. Remaron los ucranianos con insistencia ante una Alemania incapaz de batir de nuevo al arquero ucraniano. Sin amedrentar a su rival, llegó el penalti que cobró la tensión al encuentro. Malinosvky lo transformó, aunque los hombres de Joaquim Löw sostuvieron su ventaja sin excesiva brillantez y se hicieron con los tres puntos.
El grupo 4A deja a España como líder con siete puntos, seguida de Alemania con cinco, Ucrania con tres y Suiza con uno.
Croacia se impone, Suecia mira al abismo
El grupo de la muerte aglutina a Francia, Croacia, Portugal y Suecia. El fantasma del descenso acechaba a los escandinavos, que a punto estuvieron de dar el golpe frente a los subcampeones del mundo. La partida de ajedrez que tuvo lugar en Zagreb arrancó con los balcánicos apoderándose de la posesión del balón. Luka Modric dirigía al resto de peones frente al intenso aguacero que caía del cielo balcánico. Vlasic golpeó primero, tras un endiablado giro de Brekalo en el área que le birló de oposición alguna. La ausencia del VAR en estos encuentros, factor incomprensible, impidió al colegiado revisar unas manos de Lovren a escasos centímetros de su portería. Sin intención alguna, pero acción digna de revisar, y más con el reglamento vigente, que condena cualquier acción con las extremidades del cuerpo.
Los segundos 45 minutos llevaron la igualdad al terreno de juego. Los suecos tiraron de corazón y encontraron en los pies de Berg la recompensa. Un regalo de Forsberg a su compatriota llevó la esperanza a los escandinavos. Sin embargo, cuando las tablas parecían imponerse, Jansson mutiló a los suyos con un error fulgurante. Perisic se impuso en la pugna y brindó a Kramaric el 2-1 definitivo.
Cero puntos en tres jornadas sepultan a los nórdicos en el descenso.
Ninguno se atrevió a ganar
Los otros dos integrantes del grupo 3A se limitaron a evitar el fuego enemigo. El hacha de guerra quedó enterrada a pesar de las expectativas con las que el planeta fútbol esperaba este choque. El vigente rey europeo visitaba al rey mundialista con sus mejores hombres: Bernardo Silva, Joao Félix, Bruno Fernandes y Cristiano. Comenzó con mejores sensaciones Portugal, armándose bien atrás ante los fallidos intentos de Mbappé y Griezmann por encontrar portería. El 7 portugués participó poco en el juego del equipo, pero el peligro que despierta cuando merodea el área y engatilla el disparo sigue siendo enorme.
Francia volvió a pecar en la primera mitad de un juego excesivamente plano, mientras que los lusos trataron de imprimir velocidad en su salida de balón para desatascar el marcador. El guion dio un vuelco de 180 grados en la segunda mitad. El respeto inicial desembocó en pulso de ida y vuelta constante que animó el partido. Mbappé se desató de su encierro en la izquierda moviéndose por todo el frente de ataque en busca de un contragolpe con el que lucirse. Un Griezmann mucho más inspirado y participativo le nutrió de balones al espacio permanentemente, pero la sociedad Ruben Días-Pepe le negaba otear el arco de Rui Patricio. El longevo zaguero portugués (37 años) dio un auténtico recital defensivo en el State de France. Aguantó en velocidad, cuerpeó y rebañó el balón a la joven promesa gala en una acción que dejó boquiabiertos a aquellos que se habían olvidado de él. Escasos centímetros le dejaron sin el protagonismo en el otro área. Remató en fuera de juego una falta botada por Bruno Fernandes, lo que hubiera supuesto la guinda a su noche.
Pogba se agigantó con el devenir del encuentro, dejando detalles que recordaron a aquel todoterreno con el que soñaba toda Europa. Encontró en El Principito el socio perfecto para tutelar el juego del equipo, pero un tímido disparo del futbolista del Manchester United fue lo único que pudo rascar Francia. Portugal dio rienda suelta a la creatividad de los campeones, pero no dejó de lado sus intenciones. Un potente zarpazo de Cristiano en el 92 pudo cambiarlo todo. Lloris despejó el baló con contundencia y el 0-0 inicial saldó un encuentro decepcionante entre dos de las grandes selecciones del planeta.
Polonia resiste el ataque italiano
Los italianos azotaron al cuadro polaco con una vehemencia insuficiente para derrumbar el muro edificado por Jerzy Brzęczek. Los transalpinos, alejados del catenaccio, han instalado con Roberto Mancini en el banquillo un fútbol vistoso, mimando el balón y rezando siempre al mítico contragolpe. Desde el arranque Polonia fue embotellada en las inmediaciones de su área, encomendándose únicamente al ingenio de Robert Lewandowski. El delantero de Baviera buscó sin acierto la forma de percutir en la zaga italiana. Se lanzaba a la guerra con una piedra frente al arsenal que protegía la portería de Donnarumma.
El asedio italiano perduró hasta el pitido final, con un Chiesa inspiradísimo en el frente. Su valentía le llevó a dirigir el ataque, pero sin atinar en sus numerosos intentos. Estuvo a punto de liarla Linnety en los últimos compases del encuentro. El polaco rozó la victoria y dejó con el susto a los italianos, que con el empate se mantienen liderando el grupo 1A tras el pinchazo de Holanda. Solo faltó el gol
El dominio azurri solo necesitó del acierto en los metros finales para corroborar las buenas sensaciones que despierta el cuadro de Mancini.
Holanda añora a Koeman
Holanda llegó con el actual técnico culé a la final de la pasada UEFA Nations League. Cayeron frente a Portugal, pero la brillante generación que salía a la luz auguraban años ilusionantes en los Países Bajos. Sin embargo, tras la marcha del histórico central, el equipo se ha perdido en el campo. Frank de Boer encadena tres partidos sin ver puerta, y el nerviosismo se instaura tras el empate ante una Bosnia que tuteó en más de una ocasión a la orange.
La contención de los futbolistas bosnios frente a las ocasiones de los neerlandeses les dio para lanzarse en busca del gol. La tuvo Pjanic, al igual que su compañero de equipo Frenkie De Jong en los últimos minutos de partido. Luuk De Jong y Babel también tuvieron en sus botas la posibilidad de llevar la victoria a casa. La mala puntería y la inspiración defensiva de Bosnia consintieron que el marcador acabara 0-0.
No carbura Holanda, y espera Italia el próximo miércoles. Lo que suceda, decretará el devenir del grupo, que mantiene a los Azurri como líderes con cinco puntos, mientras que los neerlandeses se sitúan con cuatro empatados con Polonia, y Bosnia colista con dos.
Inglaterra rompe la imbatibilidad belga
Un desolado Wembley recibía a británicos y flamencos, cuartos y terceros de la pasada cita mundialista en Rusia. Bélgica se colgó la medalla de bronce, y arrancó un meteórico proceso hasta el primer puesto del ránking FIFA. La imbatibilidad, vigente desde noviembre de 2018 y gran culpable de su liderato, fue rebañada por los Ingleses. Este choque también generaba unas expectativas que lejos quedaron de ser cumplidas. Bélgica propuso un fútbol menos dominador, pero más incisivo, con Kevin De Bruyne, Carrasco y Lukaku como referencias, siendo un dolor de cabeza para la zaga de Southgate. Dier y Trippier, situados en la izquierda, tuvieron que hacer frente a un soberbio Lukaku, que combinando su explosividad al espacio y portento físico logró rascar un penalti al futbolista spur. El delantero del Inter ejecutó el lanzamiento y adelantó a los suyos. Carrasco y De Bruyne tuvieron en sus botas la sentencia.
Los Diablos Rojos no cesaron en su ofensiva hasta que Meunier despertó a los Three Lions. Un innecesario agarrón sobre Henderson permitió a Rashford anotar desde los once metros. Errática en su juego, Inglaterra cobró vida en detrimento de una Bélgica que perdió el dominio de la situación. La posesión de los británicos fue lenta y sin garantías de llegar a más. Sin embargo, el segundo tramo dio rienda suelta a un ida y vuelta que permitió a Rashford y compañía desplegar su velocidad. En una triangulación nació el gol de Mason Mount. El balón cogió una parábola endiablada tras tocar en Alderweireld, entrando por la escuadra de Mignolet.
El balón parado fue otra de las armas a la que acudió con insistencia Inglaterra. Aspecto limado y dominado por los de las Islas, a través del cual Kane rozó el tanto. Carrasco tuvo el empate tras un pase de fantasía de De Bruyne, pero su picadita careció de precisión.
Se llevaron los tres puntos los locales. Sin convencer, aunque liderando el grupo B con siete puntos, por seis de los belgas, cuatro de Dinamarca y uno de Islandia. Rompió su racha Bélgica, que no perdía desde el 18 de noviembre de 2018 frente a Suiza (5-2).
A pesar de no ser una potencia futbolística, merece una mención especial el combinado noruego, que maravilló gracias al desempeño de Haaland y Odegaard por subsanar la eliminación de la próxima competición continental.
Haaland y Odegaard se resarcen
El varapalo recibo el pasado jueves despertó a Erling Haaland y Martin Odegaard. Serbia les venció, dejándoles sin opciones de disputar la próxima Eurocopa. Un bloque joven e ilusionante veía como tenía que esperar otros cuatro años para demostrar el potencial que atesora su nueva generación. Rumanía pagó los platos rotos. El delantero puso los goles, y el centrocampista los creaba. Se desató el borusser anotando el primer hac-trick con su país. Seis goles en seis partidos con Noruega. 51 en 48 partidos a nivel de clubes. Con 20 años. Una auténtica locura. Su voracidad con los nórdicos es alimentada por Odegaard, que le brindó dos balones en forma de regalo. En la fiesta de los dos se coló Sorloth, que anotó el 2-0. El resto, obra de la estrella, que trituró a Rumanía con su zurda desde fuera del área (4-0).
Se exhibieron los noruegos, situándose líderes del grupo 1 de la Liga B. La Euro no será su escaparate, pero la madurez que persigue su juego les situará en pocos años en la élite europea.