Lanzini lanzado a la remontada, un derbi caliente y unos villanos que son héroes

La máxima competición futbolística de las islas británicas nos deparaba un buen menú para disfrutar del fin de semana, y qué mejor que abrir el programa con un derbi histórico entre dos gigantes del balompié inglés.

La fiesta de los derbis

Everton y Liverpool se encontraban en Goodison Park en el derbi de Merseyside en posiciones altas de la clasificación. Los toffees venían en buena forma, pero los reds se quitaron el mal sabor de boca de su anterior derrota por 7-2 contra el Aston Villa, ya que Mané abrió el marcador a los pocos minutos de empezar. Sin embargo, no todo estaba dicho, y es que los muchachos de Carletto pusieron las tablas gracias a un tanto del central Keane. Este encuentro fue un vaivén de ocasiones, las cuales sí pudieron certificar Salah con una potente volea y Calvert-Lewin con un poderoso cabezazo para poner el empate final. Cuando todo estaba casi decidido, saltó la polémica, y es que un gol de Henderson en el descuento fue anulado por el VAR por un fuera de juego por milímetros de Mané. La nota negativa la dejó Pickford, quien le hizo una entrada salvaje a van Dijk en el primer tiempo que no fue castigada, pero que dejó al defensor holandés fuera del terreno de juego lesionado.

Otro de los grandes atractivos de la jornada era el Chelsea contra Southampton. Los blues saborearon el primer gran gol de Timo Werner en la Premier League, con una arrancada que dejó tirados a los defensores y batió a McCarthy. De la misma manera, el alemán puso el 2-0 con una vaselina que remató él mismo, sin embargo, Ings fue el más listo de la clase y batió regateando a Kepa. El guardameta español volvió a la titularidad por la ausencia por lesión de Mendy, pero no estuvo acertado en el empate de Che Adams y las críticas vuelven a caer sobre él. Para su tranquilidad, Kai Havertz anotó a placer tras una asistencia de Werner, pero los del sur se llevaron un punto de Stamford Bridge gracias a un gol de Vestergaard en el descuento.

El plato fuerte del día llegó a media tarde, con la visita del Arsenal al Manchester City, en un duelo de entrenadores, de maestro y discípulo. Pep Guardiola recibió al que fuera su mano derecha en el banquillo cityzen, Mikel Arteta, quien no se achantó ante el gran equipo al que se medía. El City se adelantó con un tanto de Raheem Sterling, que aprovechó el rechace de un tiro de Foden. Esta fue la única ocasión en la que el esférico tocó el fondo de las redes, pero se vieron grandes detalles, como las jugadas por la banda izquierda de Riyad Mahrez o las paradas de Bernd Leno en ocasiones manifiestas de gol.

Para cerrar el sábado de fútbol, el Newcastle chocaba contra el Manchester United en horas bajas por su dura derrota la anterior jornada. No parecía mejorar la cosa con el gol en propia puerta de uno de los señalados de la plantilla a los dos minutos, Luke Shaw, pero Maguire pudo resarcir el espíritu mancuniano en un remate de cabeza para poner el empate. Los últimos minutos daban esperanza a las urracas para sacas un punto, no obstante, Bruno Fernandes empezó el festín goleador que acabó con sendos goles de Wan-Bissaka y de Rashford para el 1-4 final. A pesar de que los rojos se llevaron el botín del St. James’ Park, su estrella lusa falló su primer penalti en la liga (10/11 en acierto), aunque, más bien, fue una gran atajada de Darlow, quien puede dar batalla en la titularidad a Dúbravka.

Un domingo para soñar

La jornada dominical nos regalaba otro día más de goles en las islas británicas. Para abrir apetito el Sheffield United recibió al Fulham, ambos con necesidad de sumar puntos tras un paupérrimo arranque de temporada. El balón fue objeto de los londinenses, algo bastante normal en los equipos a los que se enfrentan los de Chris Wilder, apostando por un juego más directo. Sin embargo, esta apuesta no le salió bien a los blades, ya que el extremo izquierdo del club recién ascendido, Lookman batió a Ramsdale para ponerse por delante. Esto ponían en apuros a los locales, que forzaron la máquina y sacaron el empate a través de un penalti que convirtió el ‘gordito de Sheffield’, como es apodado cariñosamente Billy Sharp.

Las cámaras se centraron tras este choque en la capital, más concretamente en Selhurst Park, la casa del Crystal Palace. Los capitalinos acogían a uno de los conjuntos en auge, el Brighton & Hove Albion, quienes dominaron todo el partido con ocasiones manifiestas de gol. Pero esto es fútbol, y no siempre se es justo, ya que Zaha anotó el primer tanto del partido desde los once metros. Las gaviotas intentaron por cielo y tierra meter el esférico en la portería de Guaita, y nunca mejor dicho, ya que Dunk sufrió su primera expulsión directa en su carrera deportiva al intentar rematar dentro del área con los tacos por delante, llevándose consigo la pierna de Kouyaté. Los que no se esperaba durante los minutos finales era que el argentino Mac Allister lanzará un zapatazo directo a las mallas para sacar un punto del feudo de las águilas londinenses.

Los silbatos de los colegiados no paraban en la capital, y es que en el norte de Londres arrancaba el Tottenham Hotspur contra el West Ham, un derbi con el aliciente del posible debut de Gareth Bale. No obstante, estos nervios por volver a ver al galés correr la banda de los spurs se fueron rápidamente al ponerse 3-0 arriba con goles de Kane por dos y Son. Todo parecía muy diáfano para los de Mourinho, que puso al citado extremo en el campo, pero lo que no se veía ni por asomo fue la gran remontada del West Ham mediante los goles de Balbuena, Sánchez en propia puerta y el golazo de la jornada, un disparo inalcanzable de Lanzini en el tiempo de descuento para desatar la locura. Ambos se fueron con un punto que dejó un mal sabor de boca en los spurs, pero buenas sensaciones para los hammers.

Tras el colofón de la remontada del West Ham, era el turno del Leicester City y del Aston Villa. Los villanos venían de ganar de manera histórica al Liverpool por 7-1, y querían rematar el buen estado de forma con otra victoria. Los foxies no lo pusieron nada fácil, y cuando todo hacía parecer la equis en la quiniela, llegó Ross Barkley en el minuto 91 para conceder los tres puntos a los visitantes y poner al Aston Villa como el único equipo de la Premier League que cuenta sus partidos por victoria en esta campaña, y que o sitúan segundo, al acecho del Everton.

El lunes que sí fue lunes

De esta manera finalizó el fin de semana de balompié, pero no era todo, ya que teníamos dos encuentros más para el lunes y que fuera menos pesado el inicio de la semana. En The Hawthorns esperaba el West Bromwich Albion al aguerrido Burnley. La contienda fue muy igualada, hasta el punto de que fue el primer empate sin goles de toda la campaña, pero con algo más de poderío de los locales. Las buenas paradas de Nick Pope le hicieron salir de la cancha con un punto bajo sus guantes y a Sean Dyche ser de nuevo el que cambia toda la dinámica de la liga.

Para cerrar todos los partidos llegaría la visita de los Wolves al Leeds United de Marcelo Bielsa en Ellan Road. Los lobos contaron su salida por victoria gracias al gol de Raúl Jiménez, el de siempre, aunque con bastante fortuna. Sin embargo, los whites no se dieron por vencidos en ningún momento, y dominaron la recta final, provocando muchos saques de esquina, pero sin el acierto rematador que sí tenían en sus combinaciones de pases. Los de Nuno respiraron con el silbato que indicó el final de la batalla y se alzaron con tres puntos más que valiosos que les sitúan sextos con 9 puntos.