El Manchester City se coronó como primer finalista de la Liga de Campeones, imponiéndose por 2-0 a un Paris Saint-Germain que caería dignamente eliminado. La efectividad de los 'Skyblues', unidas al infortunio de un PSG sin Mbappé y que vio como Ángel Di María fue expulsado, propiciaron la victoria de los hombres de Guardiola, quienes llegaban al encuentro favorecidos por un resultado de 2-1 en el encuentro de ida.

El encuentro estuvo pasado por hielo, lo que lo haría un partido mucho más físico y de contacto, pero sin cambiar el guion con el que se presentaba un PSG con claras intenciones de dar la vuelta a un resultado global que se le presentaba desfavorable. Pudo ser en el arranque del encuentro cuando los de Pochettino se colocaran a un paso de la ventaja, cuando la decisión arbitral señaló un penalti a favor, pero el VAR no lo quiso así. Björn Kuipers vio una mano donde lo que golpeaba, era el hombro de Zinchenko, a lo que los 'skyblues' reaccionaron con alivio. Y vaya si reaccionaron, pues antes incluso de que pudieran asimilar el inesperado giro del VAR, el Manchester City abrió la lata con una verdadera obra de arte que iniciaba Ederson desde su área. El guardameta brasileño sacó en largo para Zinchenko, quien corrió la banda hasta colocársela a De Bruyne. El rechace al tiro del belga le cayó a Mahrez, que desde la derecha recogió un balón para batir a Keylor. Parte del mérito del primer gol se le atribuye a Ederson, pero el brasileño estuvo por ganarse la gran culpa de conceder el empate a los parisinos. Un error en la entrega le proporcionaría a Di María poco espabilado una suntuosa ocasión a portería vacía, pero el 'fideo' desaprovechó la generosidad de su rival. 

Foto: Manchester City
Foto: Manchester City

Toda acción tenía respuesta por parte de su rival y, en lo que respecta a los de Pochettino, estaban por llegar sus ofensivas. Así, Ederson pudo oler el peligro al ver de cerca cómo un testarazo de Marquinhos se estrellaba con el larguero y a continuación, estaría por sufrir numerosas aproximaciones del cuadro galo liderado, para sorpresa de nadie, por un Neymar a quien Mbappé, por prudencia, observó desde el banquillo durante todo el encuentro. 

Poco a poco, el Manchester City estaba consiguiendo lo que quería. Pudo imponerse en el juego, de una forma discreta, sí, pero efectiva, porque la insistencia del Paris Saint-Germain podría no haber hecho más que volverse en contra cuando eran los 'skyblues' los que asediaban con contraataques rápidos y efectivos. Por otra parte, el coqueteo precipitado del combinado de París con el gol, siempre instigado por un Neymar solo contra el mundo, repetía una y otra vez el mismo patrón, en el que la perseverancia dejaba entrever algunas fallas en defensa. Por muy bien planteada que estuviera la ofensiva y aunque los parisinos pretendieran hacerse dueños del encuentro, la robusta defensa  de Guardiola le negaría la mayor.  Y no solo le llegó la mayor, porque cuando se saca partido de la eficiencia en su máxima expresión, defensiva y ofensivamente, aparece nuevamente Mahrez para darle muerte al rival. Con un imparable contraataque, el City se plantó en apenas tres toques en el área rival para endosar el segundo al Paris Saint-Germain. De Bruyne-Foden-Mahrez, lo necesario para hacer añicos a un equipo que para entonces, necesitaba tres goles para sobrevivir en la competición. 

Phil Foden y Fernandinho celebrando | Foto: UEFA
Phil Foden y Fernandinho celebrando | Foto: UEFA

Si aquel gol no fue el final del cuadro de París, la sentencia estaba por llegar. Ángel Di María, en uno de sus días más negros, tomó la inoportuna decisión de agredir a Fernandinho endosándole un pisotón, una clara agresión de la que el argentino no pudo escapar a la decisión arbitral de salir expulsado con cartulina roja. Para entonces el hielo desapareció, quizá por el gran calentón de un encuentro prácticamente sentenciado. Con uno menos en el campo, al PSG solo le bastaba con aguantar el resultado, temblando ante la grandeza de Foden, de Kevin de Bruyne y de Mahrez, grandes pretendientes a aumentar la ventaja y de este City tan poderoso. En la otra cara de la moneda se encontraba un Paris Saint-Germain que no tiró entre los tres palos en todo el segundo tiempo pero que, sin embargo, defendió cuanto pudo su honor, pues el resultado no se movió. 

Con un resultado global de 4-1, el Manchester City es, por primera vez en su historia, el primer clasificado para la final de la UEFA Champions League y se acerca aún más a la gloria. A un paso de conquistar la Premier League, el equipo de Guardiola se coloca como primer finalista de la máxima competición continental aplastando a un Paris Saint-Germain que defendió su honor de principio a fin.