La baja de Sergej Milinkovic-Savic se ha hecho notar en el conjunto capitolino, y es que sin él la sala de máquinas de las águilas no vuela al mismo ritmo, la gran cantidad de balones perdidos por errores no forzados lo demuestra y es que ese ha sido uno de los factores por los que la Lazio se va del partido con un punto que sabe a muy poco para las aspiraciones del equipo. El insuficiente y sufrido punto recae de maneras distintas en los dos conjuntos. Para el Cagliari sabe a victoria y los coloca con 32 puntos en la decimocuarta posición. Para la Lazio sabe a amarga derrota y los deja cuartos, con Nápoles escapando –y a la espera de lo que haga la Roma de Spalletti- y con Atalanta y Milan recortando puntos gracias a sus victorias.

Con la confirmación oficial de los onces, todas las incógnitas fueron disipadas. Massimo Rastelli debió tener más de un quebradero de cabeza la noche anterior al partido debido a la gran cantidad de bajas con las que cuenta el equipo. salió con sus once mejores hombres disponibles destacando la titularidad del chileno Isla como lateral derecho –debido a su gran polivalencia dentro del terreno de juego- y la aparición de Marco Sau como máxima referencia ofensiva debido a la baja causada por Borriello. Decidió dejar en el banquillo a la espera de minutos a una pieza habitualmente importante en su esquema como lo es Di Gennaro y a Miangue, la promesa belga llegada desde el Inter en este mercado invernal.

Por su parte, el conjunto dirigido por Simone Inzaghi partió de inicio con un once poco sorprendente debido a la ya conocida baja del serbio Sergej Milinkovic-Savic en la medular y la del habitual portero titular Claudio Marchetti. En su lugar puso al portero albanés Strakosha y al polivalente jugador bosnio Lulic. La aparición más sorprendente dentro del normativo once fue la del rumano Radu en el lateral izquierdo en detrimento de Jordan Lukaku que, tras hacer un partidazo la anterior jornada habiendo salido desde el banquillo, parecía tener encarrilada la titularidad en este encuentro.

No todo lo que cuenta es la intención

La soleada tarde en Cagliari propició una buena entrada en el Sant’Elia, el público empezó el partido animando y enchufado al contrario que los jugadores de ambos equipos, que no lograron acercarse con peligro ni consiguieron realizar una buena jugada en unos accidentados primeros compases del encuentro. Tan accidentados fueron que Rastelli tuvo que añadir un nombre más a su larga lista de lesionados, pues en el minuto 9 de juego Dessena cayó al suelo tras un choque fortuito –como ya pasase con Bertolacci en el Milan-Génova del día anterior- y no pudo continuar jugando. En su lugar entró Faragò.

El partido seguía bastante trabado por parte de ambos conjuntos a excepción de las exhibiciones de recursos técnicos que realizaban tanto Keita como Felipe Anderson cuando se ponían en contacto con el esférico. Unos recursos que de poco servían a su equipo a la hora de dominar el juego y el esférico dadas las buenas labores de recuperación locales. Los errores en el pase de los visitantes no permitían que los biancocelesti se acercasen a la portería de Rafael, que en la primera media hora de juego solo se vio amenazada en dos ocasiones en las que Immobile no pudo llegar a rematar para abrir la lata –la primera en el 18 y la segunda en el 29 tras un saque de esquina bien ejecutado por Felipe Anderson-.

Felipe Anderson estuvo muy activo | Foto: Lazio
Felipe Anderson estuvo muy activo | Foto: Lazio

Pasada la primera hora de partido el Cagliari tuvo su primera gran ocasión con un gran balón entre líneas al que no pudo llegar Sau por centímetros ya que iba muy forzado, a partir de ahí la Lazio comenzó a presionar más arriba entorpeciendo la salida de balón del Cagliari, que quedó partido en dos con Sau como única referencia atacante mientras el resto del equipo se centraba en defender. Sería en el 42 cuando llegaría la última ocasión de la primera mitad con un doble disparo de Keita rechazado por los centrales tras la jugada colectiva mejor trazada de toda la primera mitad, pero el asedio final laziale no pudo evitar que el partido se marchase al descanso con el mismo resultado con el que empezó.

Partido roto, igualdad intacta

La charla motivadora de Inzaghi al descanso surtió efecto y su equipo salió a comerse al Cagliari en los inicios de la segunda mitad disponiendo de un aluvión de ocasiones en el primer cuarto de hora del segundo tiempo; Keita, Felipe Anderson y Parolo obligaron al guardameta local a esforzarse al máximo para sacar de dentro de su portería tres latigazos inapelables y con muy mala intención. El dominio visitante era claro y el Cagliari esperaba agazapado en busca de algún contragolpe que pudiera sorprender a la zaga del Lazio, pero los que lograba ejecutar bien nunca llegaban a buen puerto. Mientras tanto los visitantes seguían poniendo en apuros a Rafael hasta que un doble cambio –un jugador por parte de cada conjunto- en el 67’ cambió el rumbo del partido.

Por parte del Cagliari entró Diego Farias y salió Sau mientras que Inzaghi cambió el esquema al dar entrada a Djordevic por Radu. Eso potenció que la Lazio se volcase al ataque sin tener en cuenta el centro del campo –en el que acusó la baja de Milinkovic-Savic por acumulación de tarjetas-. El partido se rompió poco a poco y la desesperación comenzó a adueñarse del equipo visitante al ver que quedaban 20 minutos para el pitido final y todavía reinaba el empate a cero en el electrónico, provocando fallos de gran calibre a la hora de mover el esférico que facilitaban las cada vez más precisas y peligrosas contras del Cagliari.

Immobile, desaparecido | Foto: Lazio
Immobile, desaparecido | Foto: Lazio

El partido estaba completamente roto y así se encontraban también la gran mayoría de futbolistas por el esfuerzo que supone un partido de estas características, tanto fue así que Pisacane no pudo seguir en el terreno de juego y tuvo que ser sustituido en el 86’ por Salamon. Los últimos minutos fueron más intensos si cabe en la idea de contragolpear rápido para lograr una anhelada victoria, pero el marcador no se movió.