La Eurocopa, clave para el Balón de Oro de Cristiano

El primer título a nivel de selecciones que ha conseguido Portugal en toda su historia llegó en la Eurocopa de Francia y lo hizo con Cristiano Ronaldo como líder. El delantero del Real Madrid, pese a que una lesión le hizo perderse buena parte de la final, realizó actuaciones ante Hungría, Croacia, Polonia y Gales que fueron claves para que Portugal llegara a la gran final de París.

La Eurocopa, clave para el Balón de Oro de Cristiano
nehemias-dorta
Por Nehemías Dorta

Las votaciones para el Balón de Oro siempre han dado lugar para el debate y la discordia desde que el fútbol pasó de ser un simple deporte a convertirse a un espectáculo de talla mundial. Más aún desde que este trofeo que entrega la revista gala France Football tiene la disyuntiva Cristiano-Messi. En este 2016 la gloria ha sido para el portugués, que ha llegado incluso a doblar en votos al astro argentino.

Desde que se confirmó el divorcio entre France Football y la FIFA, el lector ya debe saber que los votos para este Balón de Oro no han sido por parte de seleccionadores y capitanes, sino que los periodistas se han convertido en este particular jurado. Y llegados a este punto, ¿cuál es el argumento principal que justifica esa diferencia tan holgada entre los dos mejores futbolistas del planeta? La respuesta en esta ocasión es muy sencilla: títulos.

Teniendo en cuenta que el Balón de Oro tiene esa etiqueta de "trofeo a nivel individual", es indudable que si Cristiano no hubiera cosechado los éxitos de esta temporada tanto con el Real Madrid como con Selección Portuguesa, el resultado de las votaciones hubiera sido bien distinto. La Champions de Milán conseguida ante el eterno rival, el Atlético de Madrid, y sobre todo la Eurocopa de Francia se han convertido en los dos grandes motivos de la coronación de Cristiano.

Antes de la Eurocopa, el debate ya estaba abierto sobre el vencedor del Balón de Oro

Tras haber conseguido la undécima Copa de Europa, el debate sobre el Balón de Oro no tardó en abrirse. El Barcelona, con Messi a la cabeza, había logrado hacerse con el título de Liga, además de la Copa del Rey. Conseguir el que para muchos es el campeonato liguero más complicado del planeta, además del torneo del KO más importante de España fueron argumentos que no hicieron más que alimentar el debate. ¿Qué tenía más mérito, ganar la Champions o conseguir el famoso doblete? La selecciones tendrían la respuesta.

Argentina - Portugal antes de la Eurocopa y la Copa América Centenario

1. Los favoritos. Mientras que la Albiceleste era uno de las claras favoritas a hacerse con la Copa América Centenario, la Seleção apenas entraba en las quinielas como candidata a la Eurocopa. De hecho, en las casas de apuestas el combinado luso aparecía muy abajo, en las cuotas más elevadas. Francia, Alemania, Italia, España e incluso Inglaterra y Bélgica eran más favoritas que Portugal. En el caso de que tanto Argentina como los lusos hubieran ganado los dos campeonatos, la opinión pública hubiera dictado que había más mérito para los lusos que para los argentinos.

2. Valor de equipos. Tan sólo basta con mirar los valores de mercado que existen en la prestigiosa web alemana Transfermarkt. En la última convocatoria de Portugal, el valor del equipo era de 447 millones de euros; en la última lista de Argentina, los números ascendían hasta los 495,95 millones. En cuanto a valor de jugadores, la Albiceleste tenía y para muchos sigue teniendo una mejor plantilla que la Seleção.

3. Importancia de la competición. Pese a que Argentina era la gran favorita para hacerse con la Copa América y además tenía mejores jugadores, el gran inconveniente para Messi y compañía era que el Centenario era un trofeo con un componente más conmemorativo que competitivo. La Copa América oficial y la que contaba para la FIFA era la que se había celebrado en Chile el año anterior. No ocurrió así en la Eurocopa, donde el torneo sí que era el oficial y el que realmente contaba para los organismos internacionales.

Comienzos dubitativos para Cristiano en Francia

La gran ventaja para Cristiano es que siempre jugó sus partidos con Portugal siempre sabiendo lo que había hecho Messi. La Eurocopa dio comienzo el 10 de junio y terminó justo un mes después. La Copa América Centenario, sin embargo, había dado su pistoletazo de salida el 3 de junio y la final se disputó el día 26. Es por ello que antes de saltar a la gran final de París, Cristiano sabía que Argentina había vuelto a perder la final contra Chile desde el punto de penalti. Conocía además que Messi fue el segundo máximo goleador del campeonato y que había sido incluido en el once ideal del torneo.

Eso sí, la Eurocopa no fue precisamente un camino de rosas ni para Cristiano ni para Portugal. Pese a que los lusos estaban encuadrados en un grupo a priori cómodo (Islandia, Austria y Hungría), el equipo dirigido por Fernando Santos no dio con la tecla en sus primeros partidos. Tras tres empates consecutivos, la Seleção tuvo la suerte de clasificarse como una de las mejores terceras de grupo.

Tanto Portugal como Cristiano arrancaron la Eurocopa son serias dudas

Durante los dos primeros partidos del torneo, Cristiano estuvo más en las portadas de la prensa deportiva por sus actuaciones fuera de los terrenos de juego que por su fútbol. Sus declaraciones tras el empate contra Islandia, donde calificó al equipo nórdico de "tener una mentalidad pequeña" o el encontronazo con un periodista portugués pocos días después abrió el debate sobre si su actitud era a más apropiada.

Lo cierto es que durante estas primeras jornadas, Cristiano no fue ni mucho menos el más destacado de Portugal. Ante la falta de gol del jugador del Real Madrid, detalles  como los goles de Luís Nani, las intervenciones de Rui Patrício o la madurez adelantada de Renato Sanches eran los que evitaban que la nave lusa se hundiera. La primera gran oportunidad para que Cristiano brillara en la Eurocopa la tuvo desde el punto de penalti en la segunda jornada frente a Austria. De marcarlo, hubiera certificado la presencia matemática de Portugal en los octavos de final. Sin embargo, el astro luso erró desde los once metros, consumándose su pequeña crisis goleadora.

Cristiano se lamenta de una ocasión en el Portugal-Islandia | Fotografía: Jean Catuffe | Getty Images
Cristiano se lamenta de una ocasión en el Portugal-Islandia | Fotografía: Jean Catuffe | Getty Images

Hungría 3-3 Portugal: el despertar de la fuerza

La primera gran actuación de Cristiano en la Eurocopa fue en la tercera jornada de la fase de grupos. Tras los dos primeros empates, Portugal no tenía margen de error si quería seguir viva en la competición. Para colmo de todos los males, fue Hungría la que se adelantó en el marcador y puso contra las cuerdas a los lusos. Tal y como estaban los marcadores, la Seleção estaba virtualmente eliminada. Apareció entonces Cristiano por primera vez. Al borde del descanso, el jugador del Real Madrid filtró un excelente pase interior a Luís Nani. No fallaría el jugador del Valencia en la ejecución, por lo que el 1-1 imperaría en el marcador antes de la segunda parte.

Los segundos 45 minutos fueron por obra y gracia de Cristiano. Hungría volvió adelantarse hasta en dos ocasiones, pero poco de eso importó. El astro luso puso el 2-2 con un remate de tacón al alcance de muy pocos; el 3-3 llegaría de una forma muy habitual en el siete: remate de cabeza imperial tras un centro lateral. Dos goles que salvaron a Portugal de la eliminación y que hicieron que Cristiano recibiera el premio al jugador más valioso del partido.

Cristiano celebra uno de sus goles ante Hungría: Fotografía: Michael Steele | Getty Images
Cristiano celebra uno de sus goles ante Hungría: Fotografía: Michael Steele | Getty Images

Croacia 0-1 Portugal: líder en 120 minutos

Pese a que Portugal logró el billete para los octavos de final, estos tres empates hicieron que el país luso estuviera en la parte del cuadro menos amable del torneo, junto con España, Italia, Francia, Alemania o Bélgica. Tocaba eso sí jugar contra Croacia, equipo que había destronado a España de su grupo. Cristiano sabía que un día después del partido con el cuadro balcánico, Argentina y Chile disputarían la gran final de la Copa América Centenario. No había margen de error y era la hora de volver a demostrar los galones que tenía en el vestuario.

Más aún ha medida que fueron pasando los minutos. El partido estuvo más cargado de tensión que de ocasiones, con los dos equipos con un miedo más que evidente a la eliminación. Sólo cuando Croacia se decidió a ir por el partido fue cuando Portugal dio el golpe definitivo. Tras un balón al poste de Perisic, Renato Sanches iniciaba el contragolpe; cedía el balón para Nani y éste dejaba completamente solo a Cristiano en el mano mano con Subasic. El disparo del siete fue ajustado, pero el meta croata lo paró y dejó el balón muerto. Toda Portugal se estremeció por un instante. Era la mejor oportunidad para Cristiano en todo el partido y la había desperdiciado. Por suerte para él y la Seleção, Quaresma apareció en segunda línea y no perdonó en el rechace.

Polonia (3) 1-1 (5) Portugal: once metros que lo cambian todo

Los cuartos de final se decidieron para Portugal y Cristiano de una manera más agónica que contra Croacia. Y es que después de los goles de Lewandowski para Polonia y Renato Sanches para los lusos, el Portugal-Polonia no tenía otro destino que la tanda de penaltis. La igualdad fue siempre la tónica dominante y era la suerte de los once metros sería la que decidiría el seminfinalista.

Y aunque el lector lo vea como algo más trivial, esta tanda de penaltis significó algo más que una victoria para Cristiano. El astro portugués, a diferencia de la tanda contra España en la última Eurocopa, decidió asumir la responsabilidad de lanzar el primero. En su mente, en penalti fallado con Austria en la fase de grupos y sobre todo el que erró Leo Messi días antes en la final contra Chile. No podía fallar, cargaba con un país entero a sus espaldas. Y no falló. Anotó el primero y allanó el camino para lo que vendría después.

El penalti transformado por Cristiano abrió una serie de lanzamientos donde Portugal estuvo especialmente inspirada. Anotó todos sus disparos, desde João Moutinho hasta el decisivo de Quaresma pasando por Renato Sanches y Luís Nani. Rui Patrício también tuvo su noche y paró el cuarto penalti a los polacos, sellando el pasaporte luso a las semifinales.

Cristiano celebra su penalti ante Polonia | Fotografía: NurPhoto | Getty Images
Cristiano celebra su penalti ante Polonia | Fotografía: NurPhoto | Getty Images

Portugal 2-0 Gales: volando hacia París

Las semifinales entre Portugal y Gales fueron las de ver para creer. En un cuadro del torneo donde estaban los favoritos, ver a británicos y lusos luchar por un puesto en la final no dejó indiferente a nadie. Para Cristiano era una oportunidad única. Tras la eliminación contra España, volvía a jugar unas semifinales de Eurocopa y en esta ocasión tenía enfrente a su compañero de fatigas en el Real Madrid. Gareth Bale, el líder indiscutible de la selección galesa, medía fuerzas con Cristiano en un partido con algo más que una final en juego.

Y es que muchas eran las voces las que afirmaban que la verdadera estrella del Real Madrid y la que había allanado el camino de la Undécima había sido el propio Bale y no Cristiano. Ahora, líderes de sus selecciones, tocaba ver quién era el que conseguía dar un golpe sobre la mesa. Bale lo intentó hacer en el terreno de juego, pero Cristiano decidió ir un paso más. El portugués lo hizo desde el aire.

Ya tiene acostumbrado a sus aficionados a marcar goles de cabeza al alcance de muy pocos, pero su testarazo ante Gales lo acreditó como uno de los mejores cabeceadores del planeta fútbol. Un salto potente, a gran altura y un remate con la testa inapelable. Pocos minutos después, disparo desde fuera del área y Nani se tiraba en plancha para cambiar la trayectoria del portero y poner el segundo. Así, al comienzo de la segunda parte, Cristiano llevaba en volandas a Portugal a la final.

Cristiano en el momento de su gol ante Gales | Fotografía: Stu Forster | Getty Images
Cristiano en el momento de su gol ante Gales | Fotografía: Stu Forster | Getty Images

Portugal 1-0 Francia: lesión y gloria

La gesta ya estaba conseguida. Portugal llegaba a la final de la Eurocopa por primera vez desde la hecatombe de 2004 y lo hacía nada más y nada menos contra la gran favorita y curiosamente la anfitriona. Todos coinciden que la Eurocopa de Francia sólo tenía el color bleu de los galos. Más aún con la lesión de Cristiano al poco de comenzar el partido. El astro luso intentó forzar y parar el cambio, pero sus piernas dijeron "basta" y Fernando Santos no tuvo otro remedio que hacer el relevo.

Sin Cristiano, Portugal esperó con paciencia su oportunidad. Aparecieron los pequeños salvadores para los lusos: Rui Patrício, evitando con sus intervenciones el gol galo; Pepe, elegido MVP de la final por su férrea actuación defensiva. Incluso el milagroso poste, que evitó el tanto de Gignac en el tiempo de descuento. Parecía que la diosa fortuna sonreía al fin a los lusos. Y fue ahí, en la prórroga, donde llegó el milagro.

Éder, la salvación encarnada en jugador

Es más que curioso que el gol que le dio el Balón de Oro a Cristiano no lo marcara precisamente el jugador del Real Madrid. Es también curioso que el tanto más importante en la historia del fútbol portugués no lo anotara ni Eusébio, Cristiano, Luís Figo ni esa larga lista de goleadores lusos como Pauleta, Maniche, Nuno Gomes, Simão Sabrosa y compañía. La salvación para Cristiano la firmó un tal António Macedo Lopes, conocido en el vestuario luso como Éder. El jugador del Lille era el único nueve puro en la convoctoria de Portugal y entró en la segunda parte. Su gol, aquel derechazo desde fuera del área que sorprendió a Lloris y a Francia entera, significó el primer título para Portugal en toda su historia.

Cristiano junto a Éder en la celebración de la Eurocopa | Fotografía: Miguel Medina
Cristiano junto a Éder en la celebración de la Eurocopa | Fotografía: Miguel Medina | Getty Images

Pasarán las semanas y los meses y el Balón de Oro 2016 seguirá poniéndose en duda. Muchos afirmarán que Messi hizo más méritos a nivel individual, que el trofeo no debe tener en cuenta en tanta medida los logros a nivel colectivo. Eso sí, lo único que es seguro es que sin esa Eurocopa, Cristiano no habría conseguido el trofeo que entrega cada año France Football. Y mucha antención porque en este 2017 que se avecina el jugador puede seguir ilusionando a Portugal entera. En el horizonte, la Copa Confederaciones que se disputará el próximo verano en Rusia.