Tener una estrella mundial en el equipo no asegura nada, de hecho son muchos los equipos que o bien por depender demasiado de un crack o bien por no saberse articular en torno a él, han fracasado en diferentes torneos. Pero con Cristiano Ronaldo, el margen de riesgo se reduce al mínimo. El luso no entiende de torneos menores, y parece que se ha puesto como objetivo ganar el próximo Balón de Oro, para lo cual la Copa Confederaciones, uno de los pocos torneos que le faltan en su palmarés, es el billete casi necesario.

Gol de Cristiano nada más empezar

Parece injusto hablar solo de Ronaldo en un partido entre dos grandes selecciones como son Rusia y Portugal. Pero nada más lejos de la realidad, a los ocho minutos ya ganaba Portugal con un tanto de Cristiano. El combinado luso había salido a dominar, sabiendo que el partido se antojaba complicado para Rusia, y un buen centro de Rafael Guerreiro al segundo palo lo conectó el jugador del Madrid con la red de cabeza.

Portugal no se contentó con el gol. Los chicos de Fernando Santos, comandados con un gran Bernardo Silva, desplegaron todo su fútbol. Sin crear ocasiones claras, los portugueses controlaban el juego a su antojo, desarbolando claramente a Rusia. Cristiano volvería a disfrutar de un par de ocasiones, una tras un lanzamiento de falta que no sorprendió a Akinfeev y otra tras tratar de batir por bajo al meta ruso, que intervino magníficamente para mantener a los suyos con vida.

Cedric y Guerreiro seguían llegando con peligro por las bandas. De hecho, la primera ocasión como tal para Rusia se produjo en el minuto 41. Golovin llegó al área de Rui Patricio pero el pase recibido por Smolov, muy desconectado de su equipo, se quedó en nada.

Rusia mejoró contagiada por el ambiente

En la segunda mitad, Rusia se lanzó levemente a por la victoria. A punto estuvieron de repetirse las sensaciones de la primera jornada, en la que Rusia encontró la victoria casi por inercia y en la que Portugal se fue apagando conforme avanzaban los minutos.

Pero no fue así en los primeros minutos, donde Portugal pudo sentenciar y acabar con las esperanzas locales de sumar la segunda victoria en dos partidos. André Silva se plantó delante de la portería rusa en dos ocasiones con cierto peligro, pero el partido se iba a mantener con ese marcador pese a las acometidas de una y otra selección.

A partir de aquí, Portugal se desdibujó y Rusia comenzó a crecer, sobre todo en los veinte últimos minutos. La lesión de Rafael Guerreiro hizo mucho daño a Portugal, que dejó de encontrar esa profundidad por el lado izquierdo. Además, esta sustitución coincidió con la entrada al campo de Poloz, uno de los mejores de Rusia frente a Nueva Zelanda, uno de los sacrificados por Stanislav Cherchésov para este choque. Rusia empezó a tocar en campo contrario, acumulando más hombres por dentro y por fuera, pero no hubo manera. La más clara la tuvo Georgiy Dzhikiya ya en el tiempo de descuento, pero los tres puntos se quedaron en el bando visitante.

Portugal, muy cerca de las semifinales

Poco a poco, los lusos se van acercando al ‘doblete’ (Eurocopa y Copa Confederaciones) haciendo gala de ese gen competitivo que exhibieron en la pasada competición veraniega. En la última jornada se medirán a Nueva Zelanda, el rival más asequible del grupo, por lo que está muy cerca de entrar entre los cuatro mejores. Más complicado lo tendrá Rusia, que se medirá a México en ese último duelo de la fase de grupos. Sea como fuere, parece que todos llegarán con opciones de pasar a semifinales en esa última jornada, aunque dependerá también de cómo finalice el choque entre México y Nueva Zelanda. Los argumentos ya están sobre la mesa.