El Real Betis afrontaba el encuentro de ida de la Copa del Rey ante el Athletic  como un bálsamo que le sirviera para empezar a revitalizarse y para intentar coger confianza para la Liga. Y aunque le costó imponerse a un buen conjunto vasco, los heliopolitanos consiguieron que su afición volviera a disfrutar, viendo una victoria en su estadio. 

Ambos equipos saltaron al césped del Benito Villamarín con muchos cambios con respecto a su último compromiso liguero. Los de Garrido, agazapados y encerrados en su campo para intentar salir al contragolpe, siguen sin dar muchos síntomas de mejoría, pero el gol del delantero canario les sirve para coger moral y confianza. En cambio, los vascos salieron con muchísima intensidad y teniendo el control absoluto y total del choque, pero no supieron materializar la infinidad de ocasiones de las que dispusieron

El Betis pone la efectividad

Los primeros diez minutos de juego fueron un asedio de los de Ernesto Valverde ante la meta de Andersen, que se mostró bastante seguro bajo palos y realizó algunas paradas que salvaron a los suyos. Iker Morán, Kike Sola, Mikel Rique o San José, la tuvieron de todos los colores, pero fallaron demasiado y quien perdona lo acaba pagando.

Rubén Castro anota el tanto de la victoria

No fue hasta el minuto diez cuando el Betis empezó a quitarse algo la presión y los primeros aplausos sonaron en el feudo bético, aunque esos momentos eran más un espejismo que una realidad, pues los verdiblancos no conseguían crear peligro y prácticamente ni se acercaban a la portería defendida por Herrerín. A la media hora de juego, un error defensivo de los visitantes, propició que Rubén Castro recuperara la pelota cerca del área. El canario dribla al cancerbero vasco y asiste a Cedrick, pero el congoleño, que entraba de cara y con todo a su favor, envía el balón fuera de forma sorprendente. A raíz de ahí los verdiblancos sí empezaron a crear peligro real.

En esas, la tuvo Chuli, tras realizar una gran jugada individual, pero tuvo que aparecer el que todos esperaban, el jugador que años tras años ha enamorado con goles a la parroquia bética. Rubén Castro se elevó al cielo para rematar con un buen cabezazo un espectacular centro de Juanfran desde la derecha. El lateral realizó un partido y demostró parte de lo que se esperaba de él cuando llegó procedente del Castilla. 

Y es que los goles son la esencia del fútbol, son los que hacen que la botella del bálsamo revitalizante empiece a hacer efecto. De pronto los aficionados verdiblancos perdonaron a sus futbolistas todo lo ocurrido en los minutos anteriores y los despidieron entre cánticos y aplausos.

La suerte se alía con los verdiblancos

El descanso sirvió de poco para el Athletic y mucho para el Betis. Los de casa cambiaron el miedo por la lucha e intensidad y nada más reanudarse el encuentro Chuli pudo ampliar la ventaja en el luminoso tras recibir dentro del área un pase de Cedrick, que realizó una gran jugada, pero Balenciaga sacó el balón bajo palos, al igual que Salva Sevilla lo hizo en la primera mitad para los heliopolitanos.

A Valverde no le gustaba lo que veía sobre el terreno de juego y sacó a Ander Herrera e Íker Muniaín por Susaeta y Mikel Rico. Y uno de los primeros balones que tocó Herrera dio un pase en profundidad que dejó solo delante de Andersen a Kike Sola, que volvió a fallar otra ocasión más. Después, también retiró a Beñat, que se marcho entre aplausos, por Óscar De Marcos. Pero los cambios de nada valen, cuando la falta de acierto y la fortuna no está de tu lado. 

La fortuna la tuvo el Betis

El entrenador del Betis, lejos de intentar equilibrar algo su equipo para amarrar el resultado, retiró del campo a Cedrick y dio entrada a Jorge Molina. Un mejor centro del campo de los vacos y unos centrocampistas béticos muy cansados, hicieron que los visitantes volvieran a acercarse de nuevo con peligro. Aunque esto lo solucionó Garrido quitando a Chuli por Lolo Reyes, para replegarse atrás y defenderse con uñas y dientes, intentado aprovechar alguna contra.

Los vascos lo intentaron de todas las formas posibles, entre ellas, un balón al palo de Kike Sola, pero este noche la magia de la copa devolvió la suerte al cuadro sevillano, que también enviaron el esférico al travesaño en el último minuto de partido. Los futbolistas verdiblancos terminaron exhaustos, aunque esta vez el esfuerzo mereció la pena. Al igual que seguro que le merecieron la pena los pocos minutos que el debutante Ignacio Abeledo estuvo sobre el césped. 

Con esta victoria, el Real Betis afronta con ventaja el partido de vuelta del miércoles, día 15 de enero, en San Mamés, un estadio donde los `leones´ rugirán junto a su público para no ser apeados de su competición favorita. 

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