Tanto UD Las Palmas como el Real Betis con una sensación de depresión completamente comprensible; ninguno de los dos llevaba una dinámica lo suficientemente buena como para sonreír, algo que les llevaba a presentar dos onces con prácticamente lo mejor de cada casa. Con esa premisa, los primeros en dar un golpe sobre la mesa fueron los verdiblancos y comenzaron a hacer daño a un conjunto, el grancanario, que parecía haber salido con la caraja. Los de Sánchez del Amo estaban con las pilas puestas y se presentaban en campo contrario con facilidad, aunque Roque quiso probar suerte con un disparo lejanísimo que se marchó por encima del marco de Adán.

Las Palmas no estaba cómoda y se notaba. No tenía sensaciones buenas, no conseguían conectar entre ellos y la pelota estaba en pie de un Betis que estaba más entero. Las Palmas empezó mal, se recuperó y volvió a perderse  A pesar de eso, con el paso de los minutos los hombres de Setién fueron recuperando terreno y consiguieron encontrarse los unos a los otros. En ese sentido, la figura de Viera empezó a hacerse notar y eso ayudaba a la UD Las Palmas a quitarse de encima al rival. Ese dominio se tradujo en una gran ocasión en la que Boateng estrelló la pelota en el cuerpo de Adán, pero evidenciaba la mejoría clara respecto a los primeros minutos del choque. 

Aun así, los visitantes también querían tener voz y voto dentro del encuentro. El Betis intentó recuperar ritmo y a punto estuvieron de sorprender a los amarillos por la banda derecha en la que sólo el fuera de juego de Álex Martínez impidió que una mala salida de Raúl se convirtiera en el primer tanto de la tarde en el Gran Canaria. El juego de los sevillanos mejoró con creces y le volvieron a quitar la pelota a su rival, encadenando llegadas notorias al área en las que se olía el peligro a kilómetros. Otra vez, Las Palmas estaba media perdida.

Aplatanamiento generalizado, pero...

Después de mostrar durante algunos minutos una clara mejoría en el juego, Las Palmas volvió a una versión bastante más plana y pobre. Los pupilos de Setién no daban una, ya no llegaban al área rival con peligro y el lenguaje corporal se asemejaba bastante a lo visto en los partidos anteriores de esta misma semana. La falta de energía se reflejaba en un aplatanamiento generalizado en el que no se daban dos pases buenos seguidos, no se combinaba de la mejor manera y, sobre todo, el equipo no mostraba la capacidad suficiente como para dominar el partido.

El Betis por su parte esperaba una ocasión para hurgar en la herida que la propia Unión Deportiva estaba haciéndose. Los fuera de juego los estaba matando, pero la realidad era que los andaluces habían sido capaces de generar más  y eso le daba alas para creer en lo que estaba haciendo. No obstante, el fútbol da demasiadas vueltas y el conjunto hispalense lo comprobó. Un centro al área de Adán que Boateng peina hacia portería terminó con Vicente Gómez lanzándose a por el balón para mandarlo al fondo de las mallas. Las Palmas se encontraba con un gol sin haberlo merecido y lo hacía al borde del descanso con lo que eso significaba.  

Una vez pasado el descanso, el Betis tenía que recuperarse de alguna manera a pesar del mazazo del gol y no lo iba a tener fácil, ya que a las primeras de cambio le caería otro jarro de agua fría. Con la defensa de los verdiblancos un tanto descolocada, Jesé encontró el espacio para que Boateng reventara la pelota para terminar batiendo a un Adán que, a pesar de contactar con el balón, no pudo hacer nada para evitar el tanto del ghanés. Las Palmas volvió a golpear con fuerza y parecía dejar un tanto groggy a los sevillanos en un momento muy importante.

Los fantasmas empezaron a aparecer para un Betis que tenía la sensación de vivir un Deja-Vú de resultados que les obligaba a mirar por el retrovisor. Víctor Sánchez del Amo intentó cambiar la situación con la entrada de Joaquín, pero el técnico verdiblanco no contaba con la aparición de Viera.  Otro gol poco después del descanso terminó de hundir al Betis El de La Feria primero se inventó un uno de dos de libro, luego buscó colar la pelota entre dos defensas y ésta salió rebotada justo hacia donde el veintiuno se dirigía, quedándose solo justo delante de un Adán que volvió a tocar el balón sin poder evitar el tanto. Viera, que había tenido problemas físicos después de una semana cargada de minutos para el mediapunta, se sumaba a la fiesta con un gol en un partido en el que, quizás, no había brillado tanto como le hubiese gustado.

El Betis se revolvió un poco y durante casi un minuto generó peligro constante sobre la portería de Raúl, pero el guardameta de El Carrizal resolvió bien en dos ocasiones para dejar a los andaluces sin premio. El encuentro de la Unión Deportiva no había sido brillante, pero habían sido capaces de ver portería en dos momentos muy duros psicológica y futbolísticamente hablando. Eso le había ayudado a hacerse con el dominio del encuentro, dado que su rival había demostrado más cosas hasta el momento del primer tanto. Aunque, eso sí, el equipo se mostró más seguro en defensa que en otras ocasiones y que en otros partidos donde los amarillos habían sido mejores sin conseguir el triunfo.

Sin embargo, no todo eran cosas bonitas en el seno de Las Palmas. Bigas se marchó lesionado, mostrando claros gestos de dolor en su rodilla, y Boateng lo hizo con molestias. De esa manera, Setién gastó todos los cambios que tenía a quince minutos del final.

El Bichito pone la guinda

Con el paso de los minutos el Betis volvió a mostrar signos de mejoría y se acercó a la meta de Raúl con peligro. Los verdiblancos no querían irse del Gran Canaria sin pelear o, al menos, sin maquillar algo el resultado, pero definitivamente no era el día de los andaluces. Un balón filtrado por Livaja hacia Jesé acabó con El Bichito en el suelo tras ser derribado por Pezzella dentro del área. El penalti era claro y el propio Jesé se encargó de tirarlo de forma perfecta e imparable para que Adán no pudiese hacer nada ante el lanzamiento.

Eso sí, el Betis se llevó algo de premio con un golazo de Rafa Navarro con el que mejoraba la imagen de los suyos. De ahí hacia el final, poco se vio en un Estadio de Gran Canaria que volvió a gozar con los goles y con tres puntos que ponen la salvación matemática muy cerca. No fue el partido más redondo de Las Palmas, pero al final salió de la depresión con goles que, en situaciones como ésta, son más que amores.