Siempre se ha dicho que los títulos de Liga son muy laboriosos de conseguir. Son 38 partidos en los que apenas puedes fallar, no sumar significa que disminuyen las posibilidades de levantar el trofeo. En los últimos años, el duopolio de Barcelona y Real Madrid se ha visto amenazado por un club que -a base de trabajo y esfuerzo, con un admirable entrenador- ha logrado plantarles cara. Los de Simeone se colaron entre los dos titanes del fútbol español.

Pero este año, ya le tocaba al conjunto blanco volver a la gloria tras su último título en 2012. Fue la famosa Liga de los 100 puntos. Esta última, la 33, será recordada por la espléndida gestión de 'Zizou'. Su inteligencia le ha llevado al éxito, pero eso sí, no ha sido un camino sin obstáculos. Los momentos difíciles de la temporada -como sucedió en algunos partidos de febrero y marzo- también quedarán para el recuerdo de un trofeo que no tuvo nombre hasta la última jornada.

El primer escollo, resuelto a tiempo

Osasuna fue un rival digno en su propio feudo ante un Real Madrid diferente. Zidane apostó por un esquema de cinco atrás: dos carrileros (Marcelo y Danilo), el tridente de centrocampistas Casemiro, Modric e Isco y dos puntas (Cristiano y Benzemá). Sin duda, no estuvo nada acertado el técnico francés con una alineación tan defensiva contra un equipo que le cuesta un mundo hacer goles. Por suerte, la calidad de sus futbolistas pesó más que su errónea decisión. 

El encuentro empezó bien para los visitantes, Cristiano Ronaldo se encargó de ello en el minuto 24. Pero los navarros estaban jugando bien y lograron empatar minutos después por medio de Sergio León. El conjunto blanco pudo responder hasta que apareció el talento de Benzemá, James e Isco. El colombiano entró al campo para aportar más al juego y al ataque. En el 62' llegó el tanto del malagueño y no sin sufrimiento, se acabaron llevando la victoria por tres a uno. Lucas Vázquez maquilló el resultado en el último minuto. 

Bale pelea un balón ante el jugador el Espanyol I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Bale pelea un balón ante el jugador del Espanyol I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

El siguiente partido fue más cómodo. Triunfo por dos a cero ante el Espanyol en el Bernabéu, marcaron Morata y Bale. El francés retomó su 4-3-3 aunque introdujo varias rotaciones como Kiko Casilla, Kovacic, Lucas o el ariete español. Tres días antes se habían enfrentado al Nápoles en los octavos de final de Champions. Un duelo que se complicó a los ocho minutos cuando se adelantó el conjunto italiano. Pero una vez más, remontaron con autoridad con tantos de Benzemá, Kroos y Casemiro. 

Derrota en Mestalla

El Valencia es de esos que contra el Real Madrid se crece. Ya puede estar jugando una pésima competición o luchando por entrar en Europa. Esta ha sido una de las peores Ligas que se le recuerda al conjunto ché, pero cuando recibieron la visita de los blancos parecían otro equipo. Aquel 22 de febrero los aficionados valencianistas no se marcharon entre pitos o pañuelos de Mestalla, pues le habían ganado al líder. Un encuentro para olvidar en la disciplina madridista.

La efectividad de los locales se reflejó en apenas diez minutos, tiempo que tardaron Simone Zaza y Fabián Orellana en colocar un dos a cero en el marcador. Los de Zidane se vieron desbordados por todas partes, el italiano enganchó una volea ante el marcaje con la mirada de Varane y el segundo fue la finalización de una tremenda contra. Dos llegadas, dos goles.

Solamente Cristiano recortó distancias un minuto antes del descanso, pero el electrónico no se movió más. La entrada de Bale (por James, titular) y Lucas Vázquez en la segunda mitad no resultaron, el Madrid se dejó tres puntos importantes. El Barça se situó a un punto del liderato. 

Tras el pinchazo, en cuatro días tenían otro difícil duelo en El Madrigal y el partido no defraudó a las expectativas. Los blancos empezaron igual de mal, sin intensidad, sin actitud, sin juego, sin una buena defensa, sin nada positivo. En la primera parte no se vieron goles pero fue lo único que le faltó al Villarreal. Al arrancar la segunda, Trigueros y Bakambu certificaron las malas sensaciones madridistas. Dos a cero en el minuto 56. Zidane había alineado su once de gala con la BBC pero no estaba respondiendo.

El que sí respondió fue Isco Alarcón, que revolucionó el partido para alegría del francés. Fue saltar al césped en el 58 y dos minutos después, Bale marcó el primero. Después, penalti que transformó el portugués y a siete minutos para el pitido final llegó la remontada blanca. Balón que robó el mago malagueño, pase para Marcelo y su centro lo remató Álvaro Morata a la red. Una vez más, la épica salvaba al Real Madrid de otra desgracia. 

Un punto y gracias 

El inicio del mes de marzo no sirvió para apaciguar un poco la situación del equipo blanco. Aunque lograron ganar partidos complicados, el juego que desplegaban no era el ideal para ganar una competición como la Liga Santander. Messi y compañía acechaban, no cabía otro fallo tras lo de Mestalla. Sin embargo, lo hubo y encima en el Santiago Bernabéu. Las Palmas llegó al feudo madridista con buenas sensaciones, estaba jugando un buen campeonato con Quique Setién y querían demostrar su fútbol en casa del líder. 

El colegiado muestra la tarjeta roja a Gareth Bale en el partido Real Madrid vs Las Palmas I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
El colegiado muestra la tarjeta roja a Gareth Bale en el partido Real Madrid vs Las Palmas I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

El encuentro comenzó bien para los locales. Isco puso la ventaja en el marcador en el minuto 8. Zidane había vuelto a rotar y en el once estaban el malagueño, Kovacic, Nacho y Morata. Pero fue un espejismo que duró solamente dos minutos, lo que tardó Tana en colocar el empate con un gran chut. A partir de ahí, los blancos desaparecieron en ataque y los de Setién comenzaron su espectáculo.

Los dos siguientes tantos de Viera y Boateng no llegaron hasta principios de la segunda mitad, pero Keylor ya había actuado antes del descanso. El único que intentaba algo era Isco y por si la situación no podía ir a peor, Bale fue expulsado en el 57' por dar dos patadas y un empujón a Jonathan Viera. Lamentable el galés. 

La cuesta parecía imposible de subir para el Real Madrid, pero apareció el balón de oro: Cristiano Ronaldo. Su doblete en tres minutos antes de los noventa sirvió para sumar, al menos, un punto valioso. Pero lo peor fueron las sensaciones que dejaron ante su afición. Las Palmas, enorme. 

Una goleada y dos triunfos por la mínima

'Zizou' tenía trabajo por delante tras el mal partido y logró taponar pronto la fuga de puntos, no tanto de juego. Eso sí, su política de reparto de minutos continuó intocable. Contra el Eibar, los blancos ganaron con seguridad tras una exhibición de Benzemá (doblete y asistencia) y James (gol y asistencia). Asensio también vio puerta. Victoria por cuatro a uno en Ipurúa para calmar las aguas. 

Después llegó la vuelta de Champions y el resultado fue exactamente el mismo que en la ida, Ramos abrió la cuenta y Morata la cerró. La situación parecía revertida pero en los dos siguientes duelos ligueros tuvieron que sudar mucho la camiseta para ganar.

El Betis salió enchufado en el Bernabéu y se adelantó por medio de Sarabia. Zidane apostó por un 4-4-2 con Isco y James en ambas bandas, Morata y Cristiano como puntas. El portugués empató en el minuto 40 y el capitán Ramos firmó la remontada en el 81'. Épica madridista.

Sergio Ramos celebra su gol al Betis en el Bernabéu I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Sergio Ramos celebra su gol al Betis en el Bernabéu I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

Luego tocó un estadio muy difícil, San Mamés. La BBC volvía a escena y la segunda B adelantó al Madrid. Pero en un duelo muy igualado, Aduriz empató en la segunda parte. Menos mal que a los tres minutos el gol de Casemiro aliviaba a la hinchada blanca. No se movió más el marcador, victoria por la mínima.

Finalizaba unos meses de Liga con altibajos de juego y resultados. Solo una derrota o un empate fueron las mejores noticias de un equipo confuso, pero que se encomendó a sus mejores hombres para salir de los aprietos.