La afición bética sufrió en la noche del jueves otro varapalo más, que se uno a los muchos que ya llevan en los últimos años. El Real Betis Balompié volvía a ser eliminado de la copa en dieciseisavos de final, esta vez ante en Cádiz.

Una competición ilusionante para los equipos se vuelve a convertir en tragedia para los heliopolitanos. El equipo dirigido por Setién venía de Cádiz con una ligera ventaja al conseguir anotar dos goles en el Carranza, por el único tanto que anotó Alex Fernández para los cadistas. Y en la noche de ayer tenía una oportunidad única para conseguir el pase a octavos y enganchar a una afición que se ha ido quemando poco a poco a base de palos.

Pero no supo aprovechar esta oportunidad. Ya al comienzo del partido se empezó a ver la fragilidad defensiva que lastra el equipo verdiblanco. El Cádiz era consciente de ello y sabía que podía meterse en la eliminatoria de aprovechar los errores de la zaga bética. Y no tardó en hacerlo.

Apenas tres minutos desde el pitido inicial, el equipo visitante fue capaz de convertir en gol la primera oportunidad que tuvieron. Barral fue el encargado de abrir el marcador. Con un balón perfecto a la espalda de los centrales, el delantero camiseta batía a Dani Giménez e instauraba el nerviosismo en los jugadores béticos. Que supieron reaccionar a la perfección anotando pocos minutos despues el empate en el marcador con un tiro de falta de Boudebouz, que botó ante un Yáñez que nada pudo hacer.

Corrían los minutos y eran los visitantes los que crecían. Y volvieron a imponer su juego al de los béticos. Desde el córner, uno de los grandes lastres del Betis esta temporada, el ‘22’ cadista peinó un balón al segundo palo para que Romera rematara sin oposición e igualara la eliminatoria. El Betis volvía a reponerse y Tello, una de las únicas noticias positivas, ponía el segundo en el marcador con un espectacular lanzamiento desde la esquina del área. El Betis seguía nervioso y consciente de ello su rival buscaba el tercero.

La banda derecha bética era lo más parecido a un coladero. Y por ahí llegó el siguiente, un mal pase de Rafa Navarro al portero acabó en penalti y el tercero para el Cádiz. Tan solo había pasado 26 minutos y los visitantes habían remontado la eliminatoria.

El resto habla por si solo. Antes del descanso, Romera anotaba el cuarto que dejaba al Betis aún más lejos de conseguir la hazaña.

A la vuelta de los vestuarios, el equipo de Setién reaccionó. Dos cambios fueron importantes para ello: Barragán y Guardado por Navarro y Nahuel, los dos grandes crucificados en la noche de ayer. Los béticos mejoraron, pero no fue suficiente. Lo intentaron y sabían que de marcar un gol podrían aproximarse a la épica.

Y lo anotaron, Tello volvío a poner en las redes un gran balón de Boudebouz, otra de las buenas noticias, y el Betis estaba a tan solo un gol de los octavos. Pero el Cádiz no se vino abajo y anotó el quinto.

El resto de la historia todos la conocemos. Un Betis que pierde en dieciseisavos ante un equipo aparentemente inferior y una afición muy quemada con el que, a principios de temporada, parecía ser el equipo revelación de la Liga. Un espejismo de los que ya se vieron por el Villamarín en otras ocasiones.