Gaizka Garitano se marchó con un sabor amargo tras su estancia en el Eibar. Ya lo ha reconocido en varias ocasiones, y es un hecho que el técnico hubiese preferido marcharse de otra manera, aunque los resultados por aquel entonces no acompañasen. Fue destituido en el tramo final de la temporada 14/15, desde entonces, ha pasado por tres equipos más.
Su primer destino fue el Real Valladolid. Se le contrató como una buena solución para volver a Primera División, pero las cosas no salieron nada bien. Ni los resultados ni el juego acompañaron, el pobre bagaje del técnico expucelano en el banquillo fue de tan sólo dos victorias, tres empates y cinco derrotas. Se tomó como medida su destitución, pues el equipo se situaba ya en zona de descenso a Segunda División B.
Tras estar un tiempo parado, el Deportivo de la Coruña se hace con sus servicios. Allí tampoco tiene suerte, los resultados no acompañan y el paso de las jornadas va enfureciendo a una afición que pedía mucho más de un equipo que fue campeón de Liga. Lo cierto es que se vivió una situación parecida a la que se vive en el presente, con un equipo al que nadie conseguía dirigir cuyos problemas pagaban los técnicos. Es destituido tras conseguir sólo cinco victorias en veintisiete encuentros, antes de encontrar estabilidad.
Esa misma estabilidad llega en la temporada 17/18. El ex jugador se asienta como entrenador del Bilbao Athletic, el filial del Athletic Club de Bilbao. Un irregular arranque hace dudar al club de su capacidad, pero con el paso de las jornadas y la permisividad para dejarle trabajar, los resultados llegan. Las victorias trajeron consigo puntos, puntos que actualmente colocan al equipo en quinta posición de su grupo dos.
Gaizka tratará de seguir con el buen momento por el que pasan sus futbolistas y él mismo, para así lograr entrar en zona de Playoff a finales de temporada y poder pelear por el ascenso a la Segunda División española.