Muchos aficionados nazaríes pedían la salida de Oltra poco antes de que se hiciera oficial su salida, pero sería interesante conocer la opinión de los mismos a día de hoy. Tras cinco partidos con Pedro Morilla en el banco, su sustituto, el equipo ha sumado seis puntos de quince posibles y se ha alejado más del ascenso directo. Un sueño casi imposible. La mano de Morilla no ha tenido el efecto que desde la cúpula esperaban y un nuevo traspié nazarí en Huesca podría dejar muy complicada la promoción para los rojiblancos.

El ascenso directo, misión imposible

El objetivo prioritario en las oficinas del Nuevo Los Cármenes en agosto era claro, el ascenso directo. No se podía pensar en ningún otro final de temporada que no fuera ocupando una de las dos plazas que dan retorno de manera rápida a la máxima división del fútbol español. Ocho meses después el panorama es muy diferente. Los nazaríes han dejado escapar demasiados puntos como para pensar que a falta de siete jornadas es posible recortar diez puntos a aviones como Rayo y Sporting. Misión imposible.

La afición reprochaba a Oltra la mala situación del equipo cuando el valenciano era el capitán del barco nazarí. El antiguo entrenador se marchó del cargo dejando al equipo en puestos de playoffs. Más concretamente, el Granada era quinto en la tabla, a ocho puntos del ascenso directo. Cinco partidos después, los rojiblancos han ido a menos y han acabado de renunciar a las dos primeras plazas. Siete finales por delante y, a 25 de abril, el Granada no disputaría ni la promoción de ascenso. Un fracaso mayúsculo.

El Granada de Morilla, un equipo muy irregular

Cuando entró Morilla como entrenador del primer equipo había la esperanza de que el técnico de la casa enderezara el rumbo, pero no solo no ha sido capaz de eso, sino que ha torcido un poco más la dirección del barco. Los resultados con Pedro Morilla al mando son de equipo de la zona baja. Seis puntos de quince posibles son un balance demasiado pobre para un conjunto que quiere pelear por ascender a Primera División. Pero eso no es lo más grave, lo peor es observar los equipos con los que se ha dejado puntos el Granada. Los de la zona baja.

La victoria ante el Numancia y el empate conseguido ante Osasuna son los dos únicos resultados que podríamos considerar positivos con Morilla al frente. El balance de los otros tres encuentros es nefasto. Una derrota ante un Lorca descendido, un empate ante un Sevilla Atlético con pie y medio en Segunda B y un empate ante la Cultu cuando el partido acababa con victoria. Siete puntos perdidos ante equipos de la zona baja que han alejado de manera definitiva el sueño del ascenso directo.