La pizarra: De etiqueta

El Barcelona endosó una manita al Villarreal en un partido donde Dembélé fue absoluto protagonista con dos goles

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El equipo azulgrana continúa invicto esta temporada | Imagen: Noelia Deniz, VAVEL.com
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Por Francisco Polo

El Barcelona continúa en modo apisonadora en el campeonato nacional de liga. El encuentro frente al Villarreal, donde la teoría podía indicarnos que el equipo de Valverde podría relajarse tras haber conseguido ya La Liga de forma matemática, nos regaló una exhibición catalana donde brilló por primera vez esta temporada Ousmane Dembélé.

Experimentos, los justos

Pese a ser un partido entre semana el técnico de  Viandar de la Vera no quiso andarse con demasiados rodeos a la hora de confeccionar una alineación competente y por ello, los retoques mostrados en un once compuesto por Cillessen; Semedo, Piqué, Vermaelen, Digne; Paulinho, Sergio, Iniesta; Dembélé, Messi y Coutinho, destacaban sobre todo en defensa, con la salida de Jordi Alba o la baja de Umtiti. El resto, pese a las ausencias llamativas de Rakitić o Suárez, podría considerarse como un equipo del todo fiable para encarar un encuentro ante todo un Villarreal. 

Intensidad por bandera

Mal extendido está el mito de que el equipo que aboga por un juego de toque no corre del mismo modo que aquellos conjuntos con un juego más clásico. Y el partido de esta noche es un claro ejemplo. 

El Barcelona de Valverde salió con la conjura clara de ser intenso en la presión para poder tener el balón y anular de este modo a un Villarreal que vive de el toque de pelota casi por completo. Y de esa manera la squadra barcelonesa ejerció una fuerte actitud defensiva con la que dejó en jaque todo el planteamiento de un Calleja que no encontró la forma de que su equipo mantuviera la posesión todo lo necesario para dañar al FC Barcelona. Así pues, el equipo groguet se vio obliga a realizar un fútbol algo menos estilizado y con errores que con el pasar de los minutos, provocaron el desenlace final, todo ello pese a tener una teórica superioridad en el centro del campo, donde jugó con una línea de cuatro, formada por Rodri, Trigueros, Chéryshev y Castillejo por la línea de tres centrocampistas que alineó el Barça  de inicio con Busquets, Paulinho e Iniesta.

Dembélé

El hombre de la noche. Ousmane Dembélé realizó su partido más completo desde que es jugador del conjunto azulgrana con una actuación llena de matices, todos ellos dignos de ser mencionados y sobretodo de ser analizados en profundidad.

El primero de ellos fue la lucidez en el regate. El futbolista francés hasta el momento siempre había intentado imponer su filosofía diabólica y mágica sin embargo, no ha sido hasta esta noche cuando nos ha demostrado que es capaz de encarar y marcharse de todo un Jaume Costa sin apenas esfuerzo. Quizá la mentalidad en esta jornada haya acompañado más que en otras veces pero lo que está claro es que por esto por lo que la dirección deportiva del Barça decidió invertir tanto dinero en el joven jugador. 

El segundo punto clave y que esta noche ha quedado evidenciado es la velocidad. Muchos habían visto destellos de Dembélé, tanto en el Dortmund como en el propio Barça pero lo que es una realidad es que ese punto de rapidez que muchos le suponen, no había sido demostrado por el jugador hasta la noche de hoy, donde hizo y deshizo como quiso a la defensa amarilla con cada arrancada por la banda diestra. Una virtud que sin duda es una de las armas más poderosas del fútbol y que al jugador azulgrana parece que le sobra. 

Gol. Ese es el tercer aspecto y quizá el más sorprendente detalle que nos ha dejado en la noche de hoy Dembélé, su olfato de cara al marco. Si bien es cierto que el primero de los goles que marca es a portería casi vacía tras una jugada excelente de un Ivan Rakitic que entró en la segunda mitad, su segundo tanto es una verdadera obra de arte y además cobra especial importancia por el minuto en que sucede, el último del encuentro. Momento en el cual Ousmane arranca prácticamente desde el área contraria para acabar derribando a toda la defensa del Villarreal y definir con una vaselina maravillosa. Sin duda un ejemplo de físico, elegancia y calidad en una misma acción. 

El Villarreal llegó tarde

Ya hemos comentado el buen planteamiento de Valverde para el encuentro, con una presión intensa y el particular juego de toque que siempre acompaña al Barcelona. Sin embargo el Villarreal salió al césped sin una idea demasiado clara.

Un equipo con poca ambición, ahogado a la hora de sacar la pelota y sobretodo inocente en la definición fue lo que nos dejó un Villarreal que cuando quiso reaccionar con el gol de Sansone a los cincuenta y cuatro minutos de encuentro, ya había recibido tres tantos y tenía el partido prácticamente perdido. 

Pese a ello la segunda mitad del conjunto de Castellón fue algo mejor. Creo alguna que otra ocasión al Barcelona y obligó a intervenir en alguna acción a Cillessen. Sin embargo esto no fue suficiente para inquietar al campeón de liga, que en ningún momento vio peligrar el resultado a su favor. 

Lo que pudo ser

Y tras treinta y seis jornadas de liga, el Barcelona de Valverde continúa sin perder un solo partido en este campeonato. Es curioso analizar lo que puede suponer tener un partido malo a este nivel competitivo y es que el Barcelona no hará una de las mejores campañas de su historia por la pájara que sufrió ante la Roma. De haber realizado un partido común en la vuelta de semifinales de la Copa de Europa, podríamos estar hablando de un equipo campeón de Copa, posible ganador de la Champions y que ha ganado un campeonato nacional de liga, sin haber sucumbido hasta la fecha en ni un solo partido. Algo a la altura de muy pocos y que realmente estuvo en la mano del equipo catalán.