Si la pasada semana el Polvorín se aseguraba como mínimo la segunda de las plazas de ascenso directo, ayer logró en su último partido de la temporada el tan ansiado título de campeón del Grupo I de la Liga Preferente. A pesar de completar un duelo gris, el empate a nada frente a la Agrupación Estudiantil le bastó para igualar el resultado de su máximo rival, el Paiosaco, lo que fue suficiente para mantenerse en lo más alto de la tabla clasificatoria.

El choque se disputó en el estadio del primer equipo, una práctica que ya se repitió en sendas ocasiones a lo largo de la campaña cuando el Lugo jugaba a domicilio, con la intención de premiar a los futbolistas del filial. El Vicepresidente de la Federación Gallega de Fútbol, Carlos Méndez, entregó una vez concluido el encuentro una placa en conmemoración del campeonato al Vicepresidente del CD Lugo, lo que se vio continuado con la celebración de los jugadores sobre el césped, cuando el capitán Óscar Rivas levantó el trofeo que los acredita como primeros clasificados.

La próxima campaña el equipo debutará en la Tercera División de nuestro fútbol, para lo que se espera mantener la columna vertebral de la plantilla y reforzarla con jugadores de la casa, como pueden ser los Keko, Pedrosa y compañía, que vienen de descender de Segunda B con el Cerceda. El propósito que tiene el club con el filial es el de poder garantizar a los jugadores que salen de la cantera un equipo en el que poder seguir creciendo, por lo que esto no acaba aquí, se quiere formar un grupo competitivo que continúe escalando categorías, algo que viene de la mano de la creación de la ciudad deportiva, con lo que el Lugo buscará asentar los cimientos de un proyecto a largo plazo del que espera recoger muchos y buenos frutos. Las cosas de palacio, van despacio.