Ante este tipo de partido el Barcelona siempre es claramente favorito en conquistar el título. Un equipo que tiene mucho mayor potencial que el Sevilla de manera indiscutible hace pensar que el equipo hispalense vuelva desde Tánger con las manos vacías, pero en la historia se ha visto partidos que no todo lo que parece será en la realidad, y los sevillistas saben muy bien que en una final el equipo suele darlo todo por ganarla. La Supercopa de Europa del año 2006 es una prueba más de cómo el fútbol es impredecible y es ese el partido que los jugadores han de fijarse para hacer una hazaña y volver a construir un Sevilla grande que maravilló a toda Europa.

El Sevilla le ganó al Barcelona en la final de la Supercopa de Europa en el año 2006

El partido tuvo fecha el 25 de agosto del año 2006 en el estadio Luis II de Mónaco. El Barcelona llegaba a la cita con la vitola de campeón de Champions League tras ganarle a la final al Arsenal por 2-1. Los de Rikjaard enamoraron a Europa con un juego atractivo de la mano de Ronaldinho, Messi, Eto'o, Xavi e Iniesta. Pero enfrente tenían a un Sevilla que dejó atrás la historia de 60 años sin ganar absolutamente nada y se dejó los complejos para luchar de tú a tú a un equipo acostumbrado a llegar a las finales. Sin embargo, esa sería la primera Supercopa de Europa con los sevillistas disputaran tras conseguir vencer a la final de la Copa de la UEFA ante el Middlesbrough inglés por 4-0.

Un Sevilla de la mano de Juande Ramos llegaba también con un técnica y visión de juego preciosista en todos los ámbitos. Además, gozó con, probablemente, la mejor plantilla de la historia del club. Kanouté, Luis Fabiano, Poulsen, Renato, Dani Alves, Jesús Navas o Adriano fueron elementos de una plantilla de ensueño que Monchi construyó a base de esfuerzo y una visión sólo propia de él. El Sevilla grande de Europa ya estaba carburando y el Barcelona fue una víctima más en un partido difícil de olvidar para los sevillistas.

La alineación del Sevilla en este partido fue: Palop; Dani Alves, Javi Navarro, Escudé, David Castedo; Jesús Navas, Poulsen, Renato, Adriano; Luis Fabiano y Kanouté. También salieron desde el banquillo Maresca, Martí y Antonio Puerta. Por su parte, el Barcelona salió con Víctor Valdés; Belletti, Rafa Márquez, Puyol, Sylvinho; Xavi, Thiago Motta, Deco; Messi, Ronaldinho y Eto'o, pero también jugaron Iniesta, Gudjohnsen y Giuly.

Antonio Puerta fue importante en este partido. Foto: Getty Images.

El Sevilla empezó aquella temporada como acabó la anterior, barriendo en todos los partidos y siendo superior a cada rival que se le pusiera por el camino, fue cuando desde el principio se pensó que era candidato a ganarlo todo, y de momento empezó la temporada destrozando las casas de apuesta. Y es que desde el principio se vio a un equipo más compenetrado y ordenado dispuesto a ir a por el gol que defendía la portería de Víctor Valdés. Y fue así, ya que en el minuto siete del encuentro Renato hizo el primer gol de los sevillanos gracias a una buena jugada de un Luis Fabiano que ya estaba encontrando el gusanillo del gol en Sevilla.

Tras el gol, el Barcelona intentó reaccionar, pero se topó contra un equipo bastante inspirado estando cada jugador en su mejor momento de sus carreras. Palop fue un auténtico muro ante los intentos fallidos de Eto'o y Ronaldinho, que se angustiaron por no ver gol. Y antes de que el árbitro pitara el final de la primera parte, el Sevilla consiguió anotar el segundo gol del encuentro tras un córner que los culés defendieron mal con un cabezazo de espaldas de Kanouté. Un gol psicológico que llegó al descanso con ventaja doble para los sevillistas.

Ya en la segunda parte, los de Rikjaard buscaron con ahínco la portería sevillista, pero apenas crearon ocasiones, y conforme iban pasando los minutos, el Sevilla se sentía más cómodo ante las prisas de un Barcelona ansioso que no supo que hacer nunca. Y ya en los minutos finales del encuentro, el árbitro pitó penalti tras un derribo de Puyol a Puerta dentro del área que Maresca transformó con un latigazo difícil de parar por parte de Valdés. El título ya era rojiblanco. Cabe recordar la maravillosa jugada que Antonio Puerta realizó en la segunda parte al regatear a medio equipo culé que buscó el gol sin fortuna.

El Sevilla ganó tres a cero en su primera final de la Supercopa de Europa, siendo la única vez que conquistó el título, pues después la perdería con el Milan, dos veces con el Real Madrid y otra vez con el Barcelona. Así pues, el Sevilla ya sabe lo que es ganarle a un Barcelona que por aquel entonces ya brillaba Messi en el fútbol mundial. Ahora tiene la oportunidad de encontrarse con la historia en un territorio neutro y con ganas de venganza.