Los de Nervión consiguieron una abultada victoria en este primer encuentro de la fase de grupos de la Europa League. Se impuso al Standard Lieja por 5-1, y pudieron ser más si no fuese por varias paradas de Ochoa. Arranca la Europa League (sin contar las tres rondas previas) de la mejor manera posible para los sevillistas.

Los primeros minutos fueron para el Sevilla. Los locales tenían el balón y se sentían cómodos. Por ello, los de Machín tenían cierto control y dominio, que no se traducían en ocasiones de gol. La primera mitad no se caracterizó por contar con numerosas llegadas claras. No obstante, nos fuimos al descanso con tres goles en el marcador. Esto se debió al balón parado, a través del cual ambos equipos generaron más peligro, y por una genialidad del Mudo Vázquez.

Obús de falta directa

El primer tanto llegó en el minuto siete. Banega mandó al fondo de la red un maravilloso disparo de falta directa.  Unos minutos antes ya avisó el argentino a través de otra falta directa desde una posición muy similar que se marchó alto.

El Sevilla continúa con su mala suerte con las lesiones. A Mercado y Escudero se suma Amadou, con una lesión en el codo fruto de la caída del futbolista sevillista cuando le disputaba el balón a Carcela. Son tres los futbolistas del club hispalense lesionados en el brazo, algo inaudito.  

Llegó el empate

Pasada la media hora de juego, el Standard dio un paso adelante. Comenzó a tener más presencia en campo sevillista, aunque sin exigir demasiado a Vaclik. Aún así, llegaría el gol del empate, también fruto del balón parado.

Los visitantes sacaron de esquina y una prolongación dentro del área hizo que el balón le cayera  Djenepo. El extremo izquierdo maliense definió solo y sin marca alguna. La falta de concentración sevillista supuso la igualada.

La magia del Mudo

El empate duró poco: tan solo dos minutos. Se encargó de ello Franco Vázquez. Navas le cedió el balón. El argentino controló en la frontal del área, se acomodó el esférico y soltó un latigazo imparable para Ochoa. Su disparo tocó la madera antes de introducirse hasta el fondo de la red. De esta manera, los de Machín se fueron a vestuarios por delante en el marcador.

Made in Ben Yedder

Nada más comenzar la segunda mitad, los de Machín aumentaron la ventaja. Una buena jugada iniciada desde atrás obtuvo la recompensa del gol. Ben Yedder jugó con Banega, quien abrió en banda para Arana. Este centró y fue el propio Ben Yedder el que, con la puntera y dentro del área pequeña, puso el tercero en el marcador. Un gol muy propio de la firma del franco-tunecino, de ‘killer’ del área.

El Sevilla, ya con dos goles de ventaja, quería amarrar la victoria. Los locales tenían el balón y jugaban en campo contrario. El Standard realizó cambios, que no tuvieron la respuesta deseada. En el minuto 70, llegaría el cuarto gol. Banega presionó la salida de balón rival y recuperó. Jugó rápido con Ben Yedder, quien pisó área y definió tras dos toques, mandando el balón al fondo de la red.

La manita

En el minuto 74, tan solo cuatro minutos después del segundo gol de Ben Yedder, llegó el quinto tanto sevillista. Franco Vázquez fue derribado dentro del área y el árbitro señaló penalti. Banega puso el balón en el punto fatídico y consiguió su doblete. A pesar de que Ochoa adivinó la intención del argentino, no pudo detener el disparo, que fue muy ajustado al palo izquierdo.

En los últimos minutos del encuentro, el Sevilla pudo incluso aumentar aún más la goleada. La más clara la tuvo Nolito, a quien se le hizo de noche ante  Ochoa.