Nos tenemos que remontar a la temporada pasada, concretamente a la jornada 38 en la visita que realizó a Los Cármenes el Rayo Vallecano, para tener el último antecedente donde el conjunto nazarí empezara perdiendo el partido y acabara así de la misma manera que la que lo empezó. Era 7 de mayo y el Granada estaba dirigido por Miguel Ángel Portugal , el tercer técnico de la temporada pasada. El ahora equipo de Primera División se hizo con el partido gracias a los tantos de Bebé y Trejo y supuso la pérdida de toda opción de que el Granada ocupara plaza para disputar los playoffs.
Llegaba este viernes el Sporting de Gijón a Los Cármenes con urgencia de conseguir los tres puntos y al frente su nuevo entrenador, José Alberto López, y muy temprano se le puso el partido de cara gracias al gol de Isaac Cofie, que logró batir a Rui Silva de un buen disparo frontal desde fuera del área. La sorprendente permisividad y falta de contundencia de los defensores nazaríes en esta acción supuso que casi durante todo el partido el conjunto local fuera a contracorriente.
El Granada mezcló fases en las que jugaron con mas corazón que con cabeza, y a la ya citada permisividad defensiva se une la falta de confianza de alguno de los jugadores que han sido protagonistas en estas 15 jornadas. Vadillo y Puertas necesitan recobrar su mejor versión porque el equipo se resiente ofensivamente. Los mejores minutos de los locales fueron en el arranque de la segunda parte, donde se jugó con algo más de orden y cabeza que poco a poco se fue mermando debido al arbitraje realizado por Ocón Arraiz, que no dejaba jugar con fluidez y tomaba decisiones que psicologicamente mermaban al cuadro nazarí. El conjunto visitante también tuvo sus oportunidades para sentenciar el encuentro, ya que el Granada se volcaba en exceso en el ataque y el Sporting a la contra pudo lograr el 0-2 .
Los diez últimos minutos serían de auténtica locura para los protagonistas del partido y para todo el estadio. Adrián Ramos lograba empatar el partido al rematar una falta botada por Montoro, segundo partido consecutivo en el que el cafetero logra marcar. Desde el gol del empate al minuto 90, el trencilla con afán de ser protagonista del encuentro permite que apenas se juegue en esos minutos, pitando todo contacto y permitiendo faltas de tiempo y exageraciones por parte del conjunto visitante , culminando con el gol anulado a Ramos, que hubiera sido el gol de la victoria y el segundo del ariete colombiano. Ya en el descuento, el conjunto asturiano se lleva los tres puntos al materializar la falta lateral obra de Traver, destacando que desde que se produce la falta al lanzamiento transcurren bastantes segundos más de lo normal.
El Granada C.F. fue arropado en todo momento por una afición que se muestra esta temporada más realista y madura, comprensible con el partido que se estaba disputando, y que apoyó a sus jugadores hasta que éstos entraron al túnel de vestuarios, agradeciendo así su esfuerzo y entrega durante todo el partido aunque en esta ocasión el botín no fuera positivo por primera vez.