El RCDE Stadium vuelve a sonreír. Después de caer en Copa del Rey y ver como de los últimos cinco partidos ligueros ha perdido cuatro, los de Rubi superaron, con sufrimiento pero de forma merecida, a un conjunto que también está de lleno en la lucha por la permanencia.
Al RCDE Stadium llegaba un Rayo Vallecano en un gran estado de forma, y aunque venía de perder su último partido liguero -la única derrota que ha sufrido en todo el 2019 hasta aterrizar en la ciudad condal- el conjunto visitante demostró que está en un momento dulce, sobre todo de efectividad. Y aunque se marchó al descanso con ventaja, una gran segunda mitad de los pericos hizo que el Espanyol sumara unos tres puntos más que merecidos.
Un marcador injusto
El resultado con el que acabó la primera parte no fue justo. Es cierto que el Rayo gozó de oportunidades, como cuando ya en el minuto cuatro de juego Raúl de Tomás puso a prueba a Diego López con un chute raso, o con un disparo de Álex Moreno que se estrelló en el palo, pero los locales también tuvieron opciones claras.
La primera llegó a los cinco minutos, con un centro de Rosales que no encontró rematador. Melendo volvió a destacar pos su gran visión del juego y control del esférico, y aunque los primeros minutos de partido fueron de tanteo con dos conjuntos realizando presiones altas y buscando crear peligro mediante las bandas, el Espanyol empezó a dominar el encuentro a partir del primer cuarto de hora.
Fue entonces cuando, con el permiso de algunas ocasiones visitantes, las llegadas pericas fueron continuas. Primero Sergi García y sobre todo Darder, que consiguió marcar, pero el VAR anuló su gol por fuera de juego, fueron algunos de los pericos más activos en el ataque. Pero hubo una jugada que lo cambió todo: la lesión de Piatti.
Fue en el minuto 30, cuando tras un choque el jugador perico tuvo que retirarse del césped con las manos en la cara. Y fue dos minutos más tarde cuando llegó el gol visitante. Abdoulaye Ba remató con mucha precisión un centro y nada pudo hacer Diego López, aunque se estiró. El RCDE Stadium se lamentaba y es que, visto lo que se vio en el terreno de juego, lo justo hubiera sido un empate. Y tras cumplirse los tres minutos de añadido, el colegiado envió los jugadores a vestuarios.
Una segunda mitad para enmarcar
La segunda parte empezó con un Espanyol que quería dar la vuelta al marcador, y ya en el minuto 53, Darder probó suerte con un potentemente disparo que hizo emplearse a fondo a Dimitrievski, que se mostró muy seguro durante todo el encuentro. De hecho, tan solo tres minutos más tarde, el portero visitante tuvo que volverse a lucir al despejar un remate local a mano cambiada. Tan solo se habían jugado seis minutos, pero en el RCDE Stadium se respiraba la sensación que el Espanyol era otro.
Aun así, el Rayo también lo intentó. Tras unos primeros minutos donde el Espanyol fue dueño y señor del partido, el conjunto visitante también volvió a intentar poner a prueba y aumentar su ventaja. Pero en esta ocasión, la defensa perica estuvo impecable.
Después de unos minutos con pocas aproximaciones, aunque la posesión fue perica, llegó la jugada polémica. En el minuto 71, un jugador local cayó en el área visitante y aunque en un primer instante el colegiado no decidió pitar nada, después de revisarlo con el VAR, decidió castigar la acción con la pena máxima. Y aunque Dimitrievski acertó el lado, Borja Iglesias transformó el penalti y colocó el 1-1 en el marcador.
El gol local hizo que el partido se volviera a abrir y cuando faltaban cuatro minutos para finalizar el partido, llegó otra polémica. Sergi Darder puso el 2-1 en el marcador para desatar la locura del RCDE Stadium. Pero si en el 1-1 fue el VAR el que dio penalti, también fue el VAR el que anuló el gol perico por fuera de juego.
Los ánimos se calentaron en un estadio que lamentó que el gol de la victoria de su equipo fuese anulado, pero a los pericos todavía les quedaba una alegría más. Ya en tiempo de descuento, y cuando algunos aficionados pericos ya desfilaban, Sergi Darder consiguió enganchar una volea imparable para, esta vez sí, colocar el 2-1 en el marcador final. El RCDE Stadium saltó de alegría al ver como un partido que su equipo empezó perdiendo, finalizó con victoria. Y lo más importante: aunque parece ser que evitar el descenso es la cruda realidad perica, los aficionados del Espanyol volvieron felices a casa.