De vuelta a la senda del ridículo

El Sevilla FC cae 1-2 frente al Celta de Vigo en un partido donde, posiblemente, no merecía ni el único gol que anotó y, lejos de sentenciar, permitió que su contrincante remontase de forma merecida.

De vuelta a la senda del ridículo
Youssef En Nesyri tras anotar el gol del Sevilla FC | Foto: Gettyimages
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Por Aaron Luna González

El Sevilla, una vez más, pierde un partido crucial en la temporada y vuelve al camino que parecía abandonar. Como el Lunes pasado, se encontró un gol sin merecerlo y en vez de aprovecharlo y hundir a sus rivales, dio más alas al Celta, que demasiado tardó en meter el gol que estaban buscando. Para culminar, el trabajo del banquillo sevillista ha sido muy pobre, muy cuestionable, con cambios casi nulos, inexplicables, y decisiones incomprensibles que, de forma merecida, le han dado la victoria al Celta de Vigo.

Inicio de dominio celeste

Ambos conjuntos salían con un esquema idéntico, pero con ideas distintas. El celta quería el balón el Sevilla se lo concedía, esperando aprovechar alguna recuperación que le diese peligro y ocasiones de gol. Sin embargo, los locales lo enfocaron de una forma equivocada y no sólo estaba concediendo el balón, también estaba permitiendo al celta sentirse muy cómodos y la presión sevillista apenas era efectiva. Esto conllevó una imagen del conjunto gallego bastante superior al de su rival, que de hecho tuvo una al poco tiempo de empezar en las botas de Iago procedente de un fallo grave de Lucas Ocampos, que intentó regatear casi en área propia y casi le cuesta un gol a los suyos. A partir de ahí, el Celta empezó a enlazar pases, la gran mayoría acertados, con un Sevilla que lo único que podía hacer era correr detrás de los jugadores celestes.

Así la situación, el Sevilla sólo podía recurrir a un recurso, los balones en largo. Así pues, comenzó a enviar balones arriba para que bien Isaac Romero o Bien En Nesyri, con sus potenciales en velocidad y por arriba, tratasen de ganar alguna. En uno de esos envíos, el delantero marroquí caía en el área y pedía pena máxima, pero el árbitro no concedía nada en una jugada en la que quizá el atacante sevillista pudo hacer más antes de buscar el castigo de los once metros. Sin embargo, tan sólo medio minuto después, un pase raso de Lucas Ocampos perfecto al internacional con Marruecos acaba con el mencionado delantero cara a cara con el portero del Celta de Vigo, con un control defectuoso previamente de Unai Nuñez que permitió que En Nesyri estuviese en dicha situación. No falló el sevillista, que chutó fuerte abajo del portero, donde el guardameta no podía hacer nada para detener el balón. Contra todo pronóstico, el Sevilla se adelantaba en el marcador.

Desde entonces, el conjunto anfitrión se empezó a sentir más cómodo, haciendo daño en las jugadas rápidas con balones aéreos a las espaldas de la defensa mientras atrás se hacían fuertes para frenar las ofensivas celestes. Poco después, otra ocasión con un control impecable de En Nesyri terminaba con el delantero por los suelos dentro del área y, aunque no podía ser penalti ya que el contacto fue fuera del rectángulo de pena máxima, sí que era una falta bastante clara y peligrosa, que el árbitro, que no hizo su mejor actuación, no señaló.  

El Celta de Vigo no se rendía y trataba de recuperar el protagonismo perdido desde el gol encajado. Y, con tiempo y esfuerzo, lo logró. Sobre todo a través del balón parado, pues la defensa sevillista rechazó la gran mayoría de balones a córner y ahí el equipo del norte centró varios balones peligrosos. Además, los pases filtrados le dieron oportunidades muy claras a los visitantes que, no obstante, marcharon al descanso por debajo en el marcador por culpa de un gran Orjan Nyland, que en varias ocasiones tapó la meta de gol a la perfección. 

Youssef En Nesyri celebrando el gol anotado | Foto: Gettyimages
Youssef En Nesyri celebrando el gol anotado | Foto: Gettyimages

Segunda parte en la misma línea, y remontada gallega

El Sevilla, lejos de ofrecer un nivel distinto al visto en la primera parte con el que sólo logró el gol casi sin buscarlo, decidió mantener la pésima imagen ofrecida. Sumado a que perdonó lo imperdonable, provocó lo que todos se temían: gol de los visitantes en el 71 de partido. En Nesyri, desde el banquillo, debía estar mordiéndose la lengua, pues previamente se había vivido un episodio donde terminó encarándose con el entrenador sevillista y con motivos, pues se escapa al entendimiento de cualquiera que cambiase al mejor delantero del partido hasta el momento y, encima, se acercase a recriminarle su enfado. De nuevo, una gestión un tanto decepcionante por parte del técnico madrileños.

El conjunto gallego estaba buscándolo más, estaba luchando muchísimo más que sus oponentes y lo único que le faltaba era abrir el marcador personal que le diese más confianza en últimos metros. 

Así fue y, casi al momento del empate, llegó la remontada con un gol de Larsen que le daba a su equipo una victoria importantísima y hundía al Sevilla aún más, después de no lograr la victoria tampoco en Almería, logrando sólo un punto de seis posibles y volviendo a la senda del pesimismo. En vez de revertir en los minutos que quedaba la cara mostrada, el Sevilla volvió a ser el Sevilla que ningún sevillista quiere ver, y sólo se pudo resaltar un posible penalti que, tras ser revisado, era justamente anulado.

El Sevilla FC pierde así otra oportunidad de alejarse de los puestos más bajos. Esta vez, además, contra un rival directo, en casa, y dejando escapar la oportunidad de ponerse a nueve puntos del Cádiz. Este equipo actualmente no es capaz de competir ni en casa contra aquellos que debe hacerlo, y en ocasiones, parece que eligen cuándo luchar, y si no se enfrentan a un Atlético de Madrid o una Real Sociedad, deciden arrastrarse y jugar a verlas venir. Podría haber maquillado la temporada pero, lejos de eso, ha decidido retornar a la cueva de la que parecía que estaba saliendo, pero nada más lejos de la realidad.