Para Raúl Rodríguez Navas (Sevilla, 1988) el de este sábado será un partido muy especial porque supondrá su retorno a Ipurua, feudo del Eibar, donde militó durante tres mágicas temporadas.

Llegó procedente del Celta B para jugar como armero en la Segunda División B y ya en 2014, en Primera División, fichó por su actual club: la Real Sociedad; no obstante, disputó con la SD Eibar la siguiente temporada gracias a una cesión.

De esta forma fue uno de los integrantes de la plantilla más recordada en la historia reciente del club, la que resta en la memoria de sus aficionados y tras décadas será evocada por los equipos valientes que aspiren a ser grandes: la que catapultó al Eibar al estrellato de la máxima categoría del fútbol español en tan solo tres temporadas, una gesta narrada por muchos y al mismo tiempo inenarrable. Por eso se tiene buen recuerdo de Raúl, quien comparte el sentimiento; el propio zaguero no olvida su paso por el conjunto azulgrana, aunque ha avisado en una entrevista concedida a El Diario Vasco que "no habrá amigos que valgan" contra su ex equipo. Aunque fuera del terreno de juego guarda una gran amistad con Dani García.

De aquella estancia en el club ha destacado que el Eibar volvió a hacerle sentir jugador tras una etapa en la que estuvo cerca de abandonar la práctica del balompié: "Antes de que apareciese el Eibar estuve a punto de dejar el fútbol y por eso se lo debo todo".
Ahora juega para la Real Sociedad, equipo en el que debutó al fin el pasado miércoles con victoria (4-1) frente a Las Palmas en un encuentro que para Navas supuso la vuelta a los terrenos de juego en Liga tras una dura lesión.

Veremos a Raúl Navas del otro lado del derbi guipozcoano, algo tan innegable como el agradecimiento que muy probablemente le mostrará la parroquia armera. Así pues, sentimientos y fútbol confluyen de nuevo, enriqueciendo un encuentro ya atractivo en sí.