El Real Madrid regresa a su casa, al estadio Santiago Bernabéu, tras una semana menos plácida de lo esperado, aunque sigue siendo el líder de La Liga. Enfrente tendrá una SD Eibar que posee potencial e ilusión para plantarle cara si juega con la serenidad que acostumbra tanto en defensa como en ataque.
No es causa perdida el encuentro para los de Mendilibar, desde luego, debido a que las posibilidades de conseguir puntos se multiplicarán en tanto que los merengues sigan con la dinámica de juego a que nos han acostumbrado en los últimos tres partidos, pues con el balón juegan apresuradamente y sin él lo pasan francamente mal. Atacan ardorosamente solo cuando se ven heridos y el resto del tiempo se desactivan. No obstante es un equipo que tiene la capacidad de lanzar zarpazos cuando menos se espera y que sabe que no puede permitirse fallar si quiere retener el liderato. Para colmo de males es muy probable que se vea a Luka Modric, la brújula madridista y el único factor diferencial en sí mismo que ha demostrado tener Zidane para ganar partidos. Los otros meten goles; él los concibe y los dibuja y los marca también.
Pensando a lo grande, obrar un milagro en el Bernabéu es casi imposible para los armeros, pero "casi" deja lugar a un resquicio a través del cual se filtra la luz de la dorada victoria, un resquicio por el que el Eibar debe respirar y hablar en fútbol.
De este modo lo que para el Madrid será un partido en el que no debe fallar, ante su exigente afición y ante la posibilidad de dejar de ser el líder de La Liga, para el Eibar se torna la oportunidad de ganar otros tres puntos (con peor suerte uno) demostrando que no se arruga ante nadie y que con esfuerzo y garra se logran milagros. Dejando a un lado la diferencia abismal de presupuesto, no se debe caer en el engaño porque el "bajón" de los blancos no es tal sino más bien una "racha no tan buena". "Bajón" es un término que, al contrario de "subidón", es utilizado para exagerar la magnitud del mal momento del Madrid, antes solo equipo y ahora también producto susceptible de espectáculo periodístico y social. A los armeros corresponde ahora intentar que esa hipérbole se vuelva real porque perder el liderato en el Bernabéu sí supondría un verdadero bajón, más aún: una "debacle madridista".