Atlético de Madrid y Sociedad Deportiva Eibar trataran de encarrilar el pase a cuartos de final de Copa del Rey el próximo jueves, 19:15 horas, en el Vicente Calderón y dejar los deberos hechos de cara al partido de vuelta que se disputará dentro de una semana en el Estadio Municipal de Ipurúa. Para lograrlo, una de las grandes bazas de los colchoneros será el ex-realista Antoine Griezmann, estrella indiscutible de los rojiblancos. Mientras que sus compañeros se encargan de defender con dureza, cerrar filas, el de Macón dota al equipo de la calidad y elegancia que le caracterizan. Es, sin duda, la figura que más destaca entre los Koke, Saúl, Torres, Godín, Oblak y compañía.
Durante esta temporada, el delantero ha jugado un total de 25 encuentros, en los que ha marcado 12 goles (7 en la Liga Santander, 3 en Liga de Campeones y 2 en Copa del Rey). Si bien no está tan acertado como en otras ocasiones, continúa siendo la arma ofensiva principal de los colchoneros.
Griezmann fichó por el Atlético de Madrid en 2014, dando de esa forma un salto importante en su carrera profesional al abandonar el club que le vio crecer, la Real Sociedad. En San Sebastián pasó de estar en segunda a llevar a la Real a la Liga de Campeones en tan solo cuatro años y fue en esa temporada, la de Champions, cuando Griezmann logró su mejor registro goleador con la Real, llegando a las 20 dianas, repartidas en 16 goles en liga, tres en copa y uno en Champions.
Ya en Madrid y tras un primer año en el que le costó un poco adaptarse al estilo Simeone, el francés explotó definitivamente la temporada pasada, convirtiéndose en la gran figura tanto del Atlético de Madrid como de la selección gala. En los 54 partidos oficiales que disputó la pasada campaña, el delantero francés anotó 32 goles (22 en Liga, 7 en Champions League y 3 en la Copa del Rey). Algunos de ellos de vital importancia, como los anotados al Barcelona y al Bayern de Munich en Liga de Campeones que sirvieron para que el conjunto colchonero llegase a la final de la mayor competición europea, y del mundo, a nivel de clubes.
Sin títulos, pero con muchas ganas de hacer algo con su selección, Griezmann llegó como una de las figuras del campeonato, y el francés no decepcionó en absoluto y, a pesar de que cayó derrotado en la prórroga de la final (como ya le sucedió en la Champions), fue elegido mejor jugador de la Eurocopa. Para cerrar el año, Griezmann terminó tercero en la votación por el Balón de Oro, por detrás de Cristiano Ronaldo (vencedor) y Lionel Messi.