El próximo domingo 21 de mayo de 2017, La Liga 2016-2017 se acabará para la Sociedad Deportiva Eibar. El elenco armero deberá visitar el Camp Nou para medirse ante Barcelona (20:00 horas), en el marco de la trigésimo octava jornada. El equipo catalán viene de imponerse en el Estadio Gran Canaria, reducto donde venció a la Unión Deportiva Las Palmas (1-4). Allí en el territorio del equipo pío pío un triplete de Neymar (25', 67', 71') y un tanto de Luis Suárez (27') certificaron la victoria a domicilio que contó con el descuento de Pedro Bigas (63'). Por su parte el representativo armero cayó en condición de local frente al Real Sporting de Gijón (0-1), partido en que Burgui (31') marcó el único gol del encuentro.
Escolta contra noveno
El enfrentamiento entre catalanes y vascos, representa un partido de equipos con caracteres protagónicos. Los de Luis Enrique se encuentran en la segunda posición con 87 unidades, las cuales fueron consecuencia de sus 27 victorias, seis empates y cuatro caídas. Asimismo el representativo culé es el equipo más goleador del certamen con un total de 112 goles. Por otro lado encajó 35. Mientras tanto el Eibar se posiciona noveno con 54 puntos producto de sus 15 triunfos, nueve igualdades y 13 derrotas. Además el cúmulo de anotaciones refleja una balanza positiva de siete goles con 54 a favor y 47 en contra.
Desde otra perspectiva en relación al siguiente choque, el Barça se halla en el segundo lugar en condición de local con un total de 45 puntos que representan el 52%. En el Camp Nou el bagaje decretó 14 victorias, tres empates y una derrota. Cabe recordar que los de la ciudad condal cayeron solamente frente al Deportivo Alavés, es decir, resignaron sólo nueve puntos en 18 juegos con lo cual su eficiencia es del 83%. En tanto los guipuzcoanos se encuentran ubicados en la novena posición a domicilio. Desde el inicio de temporada los de José Luis Mendilibar tuvieron un registro de 21 unidades como consecuencia de cinco triunfos, seis igualdades y siete derrotas. Estos puntos de visitante significaron un 39% y la eficiencia fuera de casa representa el mismo porcentaje.
Piqué, disponible
Con vistas al último compromiso liguero, la noticia más positiva para Luis Enrique ha sido la reincorporación de Piqué. El zaguero azulgrana que había causado baja frente a Las Palmas por un malestar general. Por otro lado las bajas confirmadas que tiene el entrenador asturiano vienen de un trajín extenso en la enfermería: Aleix Vidal (luxación de tobillo derecho), Jérémy Mathieu (problemas en el tendón de Aquiles) y Rafinha Alcántara (leve pinzamiento del menisco). De parte del Eibar Mendilibar volverá a contar con la presencia de Anaitz Arbilla que cumplió su ciclo de amonestaciones, en tanto que Antonio Luna (rotura de fibras), Nano Mesa (ruptura de fibras en el recto anterior del cuádriceps derecho) y Fran Rico (osteocondritis rodilla derecha), continúan lesionados.
Los imponderables llevaron al entrenador del Barça a estructurar una alineación inaudita, sobre todo en la última línea. Para enfrentarse ante la Unión Deportiva Las Palmas, el de Gijón conformó un sistema táctico de 4-3-3 en el que ubicaba a Marc André Ter Stegen bajo palos. Desempeñándose de laterales estuvieron Lucas Digne (derecha) y Jordi Alba (izquierda), acompañados de Marlon Santos (centro-derecha) y Samuel Umtiti (centro-izquierda). Desde la medular Sergio Busquets actuó en la función de pivote defensivo, estando reforzado por los interiores Iván Rakitic (derecha) y Andrés Iniesta (izquierda). Finalmente en la delantera estuvieron Lionel Messi (derecha), Luis Suárez (centro) y Neymar (izquierda).
Presión en conjunto
Desde los tiempos en que Josep Guardiola era el encargado de comandar la barca azulgrana, el conjunto culé había adoptado una intensidad pasmosa a escala global. Adhiriendo a este propósito, los de Luis Enrique se plantaron decididamente en el campo del reducto canario con el objetivo de recuperar rápidamente el balón y en base a ello gestionar las mejores opciones de cara a la portería de Javi Varas. Entre seis y siete futbolistas de la elástica catalana se posicionaban por delante de la zona medular estando mano a mano en un duelo de parejas entre sí. Como Las Palmas formaba un 3-4-3 en la salida, esa última línea de tres (Lemos-Bigas-Montoro) se encontraba en igualdad numérica frente al tridente (Messi-Suárez-Neymar).
Por delante estaban los laterales pegados a la banda lateral: Míchel Macedo-Hélder Lopes, estando custodiados por Neymar que oscilaba entre la delantera y cuarto volante como así también Rakitic. Por detrás de ellos Busquets marcaba la línea de presión con una zaga defensiva adelantada prácticamente en la medular con una reducción de los espacios notoria. Del mismo modo el conjunto amarillo replicaba el antídoto azulgrana sin el balón, en el que proponía un cinco contra cinco en la zona superior del campo: Digne-Marlon-Umtiti y levemente adelantados Busquets-Alba, frente a Boateng además de la línea de cuatro centrocampistas: Momo-Roque Mesa-Viera-Jesé. En consecuencia le exigía precisión y rapidez al elenco visitante.
El irremplazable: Busquets
Gran parte de su juego del Barça está supeditado a una presión efectiva. Por el contrario sus rivales suelen actuar con el mismo remedio y para superar ese ahogo, el conjunto culé necesita de una precisión en el primer pase. Busquets reúne las características inherentes a este estilo de juego, un futbolista que antes de recibir el balón ya sabe que debe hacer, el ritmo que necesita el equipo y hacia donde tiene que dirigirse el esférico. En más de una ocasión frente al equipo pío pío, el de Badía estaba hostigado pero exacto y le permitió en más de una ocasión funcionar de puntapié para la salida, en contadas oportunidades cediendo de primera. A partir de allí todo era más fácil con el balón salido desde atrás y la prolijidad para jugarlo.
Después que el esférico pasaba por los pies del internacional español, el combinado blaugrana formaba un 3-4-3 con los dos interiores haciendo las veces de doble pivote en compañía de los laterales antecediendo al tridente en ofensiva. A su vez este sistema se transformaba en 2-4-4 ó 2-1-3-4 dependiendo del adelantamiento de uno de los interiores y los laterales prosiguiendo en forma simultánea. Cuando Busquets se hallaba tapado o alejado del balón, tanto Iniesta como Rakitic retrasaban su posición habitual para dar concesiones en el primer toque.
Los laterales, una sorpresa
Poseer defensores en los costados que frecuenten una alternativa y sus prestaciones en ofensivas tengan un mismo automatismo, genera que el equipo rival se percate de esta circunstancia y le tome la partida al movimiento. Contrariamente a este patrón, los laterales del Barça puntualmente ante Las Palmas cumplieron su función: imprevisibles y decisivos en ataque. No frecuentaron insistentemente el tercio superior, pero cuando lo hicieron fue para marcar la diferencia a tal punto que dos incursiones en ataque terminaron en sendas asistencias: el 1-3 y 1-4 de Neymar, con sendas asistencias por parte de Alba y André Gomes respectivamente.
A lo largo de su último partido, los de Luis Enrique utilizaron otros sistemas que funcionaron de plan B al esquema inicial. Entre ellos ganaron consenso el 3-4-1-2,4-3-1-2, 3-5-2, 3-2-5 fueron algunos de los frecuentados. Los primeros dos como opción con un adelantamiento intercalado de uno de los laterales y Leo Messi de enlace, mientras que los dos últimos supeditado al avance o retroceso de los defensas de banda y Neymar como volante por la izquierda.
Principales falencias
Como cualquier equipo, el Barcelona también presenta flaquezas en su estructura de conjunto. En donde se evidencia una exposición mayor es al momento de efectuarse la salida, esos fallos en el primer pase que dejan desnuda a la defensa en el tercio superior y allí, las posibilidades de dañar a la última línea son propicias. Por otro lado, los rivales que más dolores de cabeza le proporcionaron fueron aquellos que supieron explotar las espaldas de Jordi Alba a quien le hacían el dos contra uno porque Neymar repliega pero no tiene los atributos de un centrocampista nato.
Del mismo modo en el costado opuesto, un desbarajuste que ha sabido subsanar Iván Rakitic como rueda de auxilio de Sergi Roberto, un interior devenido a lateral que sufre en demasía el mano a mano. Además sin el balón el equipo se vuelve más vulnerable, ya que es un combinado cuya existencia depende de y para el balón por lo que careciendo de él se siente incómodo. En efecto, Mendilibar tomará notas de los puntos débiles del rival para sacar provecho y que los defectos propios pasen desapercibidos.