El fatal destino parece estar escrito para el Granada que, una jornada más, no ha sido capaz de lograr una victoria que al menos dé una mínima esperanza de salvación. Los días como equipo de Primera División parecen contados para los rojiblancos, más tras la derrota sufrida en el Sánchez Pizjuán ante un Sevilla que venció por 2-0, con dos goles de Ganso que hicieron mucho daño por el momento en el que se produjeron, ambos al inicio de cada una de las dos partes del partido.

El Granada llegó a Sevilla con cinco bajas. Por sanción se perdieron el partido Wakaso e Ingason y por lesión Foulquier, Kravets y Adrián Ramos. Así, Tony Adams optó en el segundo partido al frente del equipo nazarí por un sistema basado en un 4-2-3-1. La alineación la formaron Ochoa en la portería; Vezo en el lateral derecho, Saunier y Lombán como centrales y Gastón Silva en el lateral zurdo. En la medular actuaron Uche y Krhin y, por delante de ellos, Carcela, Pereira y Héctor Hernández. La referencia en el ataque fue Ezequiel Ponce.

El Sevilla también tuvo ausencias. Vitolo no pudo jugar por sanción y Nasri y Rami por problemas físicos. Jorge Sampoli puso en liza a Sergio Rico, Mariano, Nico Pareja, Escudero, Lenglet, Nzonzi, Iborra, Sarabia, Correa, Ganso y Jovetic.

Se le complicó el partido al Granada CF muy pronto. En el primer minuto de juego, el mejor central con el que cuenta el equipo granadino, Matthieu Saunier, se lesionó cuando intentaba robar un balón. Una jugada desafortunada que le obligó a tener que abandonar el terreno de juego en camilla. Con un jugador más sobre el césped en ese momento, el Sevilla aprovechó para avisar con un disparo de Iborra peligroso. Y, un minuto más tarde, logró el primer gol del partido. Ganso batió a Ochoa tras recibir una asistencia en el área de Jovetic, cuando solo se llevaban tres minutos de partido.

Al Granada CF le tocaba reaccionar. El partido se le puso muy cuesta arriba desde el principio. Hongla entró en lugar del lesionado Saunier y el Sevilla fue el que cada vez se fue sintiendo más cómodo, más también con la ventaja que ya tenía en el marcador.

Sarabia gozó de un par de ocasiones, con un disparo de falta y otro chut desde fuera del área que detuvo por bajo Ochoa. El trabajo se le empezó a multiplicar al portero mexicano, que tuvo que emplearse a fondo para desviar cada uno de los disparos de los jugadores del Sevilla.

Ochoa se empleó a fondo en Sevilla | Foto: Fran Santiago
Ochoa se empleó a fondo en Sevilla | Foto: Fran Santiago

En el minuto 21, Tony Adams, que había consultado con su ayudante Manolo Lucena en varias ocasiones, decidió hacer un cambio táctico. El inglés retiró del terreno de juego a Gastón Silva y en su lugar entró Isaac Cuenca. El catalán fue uno de los salvadores del Granada en aquel partido inolvidable de la temporada pasada en el Pizjuán, pues anotó dos de los cuatro goles de la victoria que permitió al Granada asegurarse la permanencia en Primera. Cuánto ha cambiado la situación esta temporada para los nazaríes.

El conjunto sevillista continúo a lo suyo. Llegando al área con velocidad y peligro. Correa pudo ampliar la ventaja del Sevilla en una jugada en la que se plantó solo en el área y remató de cabeza un buen pase largo de Pareja, pero atrapó Ochoa (25'). Al Granada le costó mucho más. Solo Ponce y Cuenca remataron con algo de peligro. El equipo de Sampaoli estuvo a punto de anotar el 2-0 por medio de Mariano, pero su disparo cruzado se marchó cerca de la meta de Ochoa.

Al filo del descanso llegó el primer disparo entre los tres palos del Granada. Mehdi Carcela chutó con intención, pero atrapó el balón Sergio Rico. Tristes se marcharon al descanso los futbolistas del Granada, que estuvieron arropados por sus seguidores más fieles en el Pizjuán.

Otro mazazo tras el descanso

La segunda mitad no pudo empezar peor para el equipo granadino, que recibió un duro golpe casi nada más comenzar a rodar de nuevo el balón. El Sevilla hizo en el 46' su segundo gol, obra también de Ganso, que marcó un doblete. El brasileño recibió en el área y batió a Ochoa. Estaba ligeramente adelantado, pero no señaló nada el colegiado.

Ganso marcó un doblete | Foto: Fran Santiago | VAVEL
Ganso marcó un doblete | Foto: Fran Santiago | VAVEL

Al Granada le tocó volver a remar a contracorriente. Pero en situaciones así no ha sabido responder esta temporada. El Sevilla aprovechó el 'dolor' de los rojiblancos - de coral flúor esta vez- para gozar de más ocasiones que no terminaron en gol gracias al buen trabajo de Ochoa. 

Otro contratiempo más llegó para los nazaríes. Héctor no pudo continuar tras recibir una entrada de Iborra y un posterior pisotón de Sarabia. El vallisoletano, uno de los futbolistas que más se está dejando la piel en este tramo final, tuvo que dejar su sitio a Sergi Samper, el elegido para sustituirle. Cuenca pasó a ocupar el lateral izquierdo.

A pesar de todo, el Granada tuvo una clarísima ocasión para recortar distancias en las botas de Ezequiel Ponce. El control y recorte del argentino en el área fue sublime, como el pase de Cuenca, pero erró en el disparo porque el balón se fue lamiendo el palo de la meta de Rico.

Sampaoli quiso cerrar el partido definitivamente e hizo un doble cambio (80'). Se marcharon Jovetic y Ganso y entraron Ben Yedder y Vázquez. Poco después, Pareja dejó su lugar a Mercado. Parece que se marchó con algunos problemas físicos.

Por enésima vez, Ochoa desvió un disparo del conjunto hispalense, esta vez a bocajarro, de Vázquez. El Sevilla no amplió su ventaja por el buen trabajo del mexicano, de los mejores del Granada un partido más. 

El equipo de Adams tuvo dos ocasiones clarísimas para anotar un gol al menos. Una en las botas de Carcela, con un disparo desde la frontal que rozó el larguero (86'), y otra en el descuento, con un disparo de Ponce que se marchó fuera. Pero estuvo una vez más negado de cara a gol. Y así, es imposible puntuar.

La situación se complica mucho para el Granada con esta derrota en el Pizjuán. La cuenta atrás para bajar a Segunda parece ya inevitable y pronto puede confirmarse según los resultados de sus rivales directos. Un duro y doloroso golpe para todos esos granadinistas de corazón.