Guillermo Ochoa es desde esta temporada el portero más goleado en un campeonato de Primera División. Con 82 tantos encajados ha dejado atrás los 78 que Ignacio Aizpurúa recibió con la UD Salamanca en la 1995 – 1996, campaña en la que su equipo también descendió. Aquel año la Liga todavía tenía 42 jornadas, y el meta español jugó 40 partidos.

El guardameta mexicano del Granada ha disputado todos los encuentros del campeonato doméstico, por lo que la media es de 2,16 tantos en contra por choque. Pese a ello, el Granada no es el equipo más batido de Primera. Lo es Osasuna con 88 goles encajados, a falta de la última jornada. Sin embargo, esos tantos están repartidos entre tres porteros.

Estos datos no coinciden con la realidad vista sobre el terreno de juego. No hay duda en que Memo es un portero con unos reflejos de lince, pero con otras muchas carencias. Su principio de temporada fue bastante dubitativo, pero el nivel de Ochoa ha experimentado una evolución muy positiva durante la campaña. La fragilidad defensiva del equipo es el principal motivo de que el guardameta nazarí sea el nuevo dueño de este récord.

Pese a la crudeza de la temporada, Ochoa declaró a la prensa tras el partido contra el Espanyol que no se equivocó en su decisión de venir a Granada. “La decisión fue bastante correcta. Este club me abrió las puertas, me apoyó y confió en mí, y pienso que a pesar de la situación negativa, el poder estar en la cancha durante todos los partidos fue por algo”, afirmó.

El meta aclaró que “la experiencia ha tenido cosas buenas”.  El azteca, que señaló la falta de profesionalidad de alguno de sus compañeros, subrayó su compromiso. “En los momentos difíciles seguí en el campo jugando todo el tiempo”, apostilló.