A once jornadas para el final del campeonato en La Liga 1|2|3, el Granada Club de Fútbol ha decidido dar un giro completo a su situación. La racha de tres derrotas consecutivas que ostenta actualmente se cobró el pasado lunes una víctima: José Luis Oltra. El entrenador valenciano fue despedido al caer derrotado el domingo en Oviedo y ver como el objetivo principal del club, el ascenso directo, queda ahora a ocho puntos. Desde la dirección de la entidad nazarí se entendió que era necesario un cambio de guión para no dar al traste con la temporada y tomaron tan drástica decisión.
Para sustituir a Oltra, que deja al equipo en quinta posición con 49 puntos, se ha apostado por un hombre de la casa: Pedro Morilla. El hasta ahora entrenador del filial rojiblanco, el Granada B, toma las riendas de la primera plantilla para intentar reconducir la situación. Su buen hacer con los "chavales" le ha valido al sevillano la oportunidad de entrenar por primera vez en el fútbol profesional. En su debut, este domingo en Los Cármenes frente al CD Numancia, Morilla tendrá que hacer frente a la primera piedra que ninguno de sus antecesores en el cargo bajo el mandato de Jiang Lizhang ha conseguido superar: estrenarse con victoria.
Paco Jémez fue el primer entrenador que se sentó en el banquillo granadino tras la venta del club por parte de Gino Pozzo al empresario chino. El técnico canario se estrenó en el primer partido de La Liga 16/17 en casa, enfrentándose al Villarreal, con un empate a uno. Samu Castillejo abrió el marcador para los groguets y Ezequiel Ponce lo empató cuatro minutos después. Seis partidos duró el periplo de Jémez al frente de la nave nazarí, siendo despedido sin conocer la victoria en ninguno de ellos.
El relevo temporal de Jémez fue Lluis Planaguma, técnico del filial por entonces. El único duelo en el que dirigió al primer equipo fue ante el CD Leganés, en la séptima jornada, y se saldó con una dolorosa derrota por 0-1, obra de Alexander Szymanowski. Para la siguiente cita se optó por alguien que ya conocía la casa y que volvía con la pretensión de ayudar a su "madre". Hablamos de Lucas Alcaraz, que no pudo tener reestreno más duro. Sus pupilos comenzaron adelantándose en el Vicente Calderón pero se desmoronaron con el paso de los minutos y acabaron encajando un sonrojante 7-1 frente al Atlético de Madrid.
El ahora entrenador de la UD Almería no fue capaz de revertir el rumbo de la nave rojiblanca y fue despedido con siete jornadas por disputar. Su hueco lo ocupó Tony Adams, mítico jugador del Arsenal FC, en un intento desesperado por salvar un descenso ya inevitable. Venía a "patear el culo de los futbolistas" pero se llevó tantos puntapiés como encuentros restaban para el final liguero. El primero, en su debut, 0-3 a manos del Celta de Vigo.
El último en sufrir la maldición del novel ha sido el recién cesado José Luis Oltra. Reclutado por Manolo Salvador, Director Deportivo del club, para conducir la nave de nuevo a Primera, el preparador valenciano no tuvo suerte en su estreno. Empate a cero en casa ante un Albacete Balompié que defendió estoicamente y tuvo la fortuna de cara para resistir el asedio local.
No siempre fue así
Debutar con victoria dirigiendo al Granada fue la tónica habitual durante la etapa de Gino Pozzo como propietario y Enrique Pina como presidente de la entidad. De los nueve entrenadores que desfilaron por la ciudad de la Alhambra desde la temporada 2009/10 hasta la 2015/16, seis de ellos consiguieron los tres puntos en su primer partido al frente de los andaluces, dos no pasaron del empate y tres comenzaron con derrota. Cabe destacar que algunos de ellos estuvieron en dos etapas diferentes durante este periodo.
Míguel Ángel Álvarez Tomé, Abel Resino en suprimera etapa, Lucas Alcaraz, Joaquín Caparrós, José Ramón Sandoval y José González se alzaron victoriosos en su primer partido dirigiendo al Granada. Con empate lo hicieron Fabriciano González 'Fabri' y Abel en su segunda aventura. Los que no pudieron sacar nada positivo en su primera intentona fueron Juan Antonio Anquela y Joseba Aguado (como interino durante un partido).