El laboratorio de Fredi

El técnico del CD Boiro lleva cinco onces distintos en los cinco choques jugados.

El laboratorio de Fredi
Jugadores y cuerpo tecnico reunidos en un entrenamiento / Fuente: www.cdboiro.com
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Por Rodrigo Brion Insua

En la vida nunca es fácil ser el nuevo en nada. Normalmente el nuevo siempre sufre las novatadas por parte de los veteranos, pero con el paso del tiempo uno termina por adaptarse, encuentra su nuevo rol y lucha por mantenerlo y mejorar. En eso mismo se encuentra el CD Boiro, un novel en la categoría de bronce del futbol español que lucha a codazos para hacerse un hueco entre equipos de mayor alcurnia. Y comandando este difícil reto se encuentra Fredi Álvarez, alguien experimentado en Segunda B a pesar de su juventud y que tiene su propio sello personal, un estilo difícil de implantar en unos recién llegados y que está trayendo más de un quebradero de cabeza a entrenador, jugadores y afición a la hora de confeccionar el once tipo del cuadro barbanzano.

Muchas caras nuevas

Tras el histórico ascenso en Mieres el pasado mes de mayo ante el Caudal Deportivo, muchos héroes boirenses se vieron obligados a hacer las maletas ya sea porque no eran aptos para el nuevo desafío que tenía el Boiro ante sí o porque no se adecuaban a la idea de juego del nuevo míster. En cualquier caso, las salidas de gente como Sidibé, Yahvé o Kike Reguero propició la llegada de caras nuevas a Barraña. Con el adiós de tantos jugadores el club gallego reforzó con al menos un jugador cada línea del campo con nombres que ya se habían labrado un cierto prestigio en Segunda B pero sin renunciar nunca a confeccionar una plantilla joven y ambiciosa.

El guardián uruguayo

El Pato Guillén es de los pocos que tiene asegurado su puesto en el once celeste. Con la llegada de Fredi, el técnico moañés trajo consigo varios jugadores conocidos para él de su etapa en el Compostela. El cancerbero uruguayo arribó a Barraña con la vitola de ser un cancerbero curtido en mil batallas, por lo que dotaría a la meta boirense de veteranía y liderazgo. Por otro lado, su juego de pies encaja con la idea de fútbol de Fredi, que consiste en que todos sus jugadores deben ser duchos en el arte de sacar el balón jugado desde atrás.

El Pato ha disputado hasta ahora todos los minutos ligueros, mientras que Rodri, suplente también la temporada pasada de Reguero, jugó los noventa minutos del partido de Copa del Rey ante el CD Guijuelo. Mientras el meta de Ames espera su oportunidad en la banqueta, Guillén sigue defendiendo el arco barbanzano, sin mucha fortuna cuando actúa de local, pero con buenas actuaciones en la victoria ante el Valladolid Promesas y manteniendo la puerta a cero frente al Tudelano.

Experimentos en la retaguardia

Si hay una línea poco definida en este CD Boiro es la defensa. Soto, Catú, Crespo, Mateo Garcías, Jimmy, Romay y Juampa han disputado minutos en al menos una ocasión en alguna demarcación. La pareja de centrales, aunque parecía definida en un principio con el tándem Catú-Crespo, se ha visto modificada en los dos últimos enfrentamientos ocupando Mateo Garcías el sitio de Catú, aunque todo parece indicar que se debe a una posible lesión del central santiagués. Mientras que Crespo, Catú y Garcías se pelean por un puesto en el centro de la zaga, los laterales se llevan la peor parte en esto de las probaturas.

Soto y Jimmy son teóricamente los laterales titulares, pero ya hemos visto en ocasiones como esa idea se ha visto alterada. Romay jugó unos minutos en la primera jornada en el sitio de Soto tras la lesión del ex del Compostela. Por otro lado, la polivalencia de Soto le permite jugar de central, por lo que Fredi lo ha aprovechado para ocupar esa demarcación en situaciones en las que le fallaba un central, como en el caso de la visita a Valladolid. Ese día, el lateral derecho lo ocupó Juampa, que vio reconvertida su posición pasando del interior izquierdo al lateral derecho. La siguiente jornada, ante el Osasuna B en Barraña, Fredi probó con Juampa por la izquierda en detrimento de Jimmy, pero el experimento no funcionó y Juampa regresó al interior zurdo ante Tudelano y Ponferradina. Mientras, el central Borja Outeiral y el lateral derecho Axel Alain, el último en llegar al equipo, siguen inéditos en lo que va de campaña.

Se busca pareja de baile                           

Otra demarcación que aún no está consolidada es el centro del campo. Mientras que la creación corre a cargo del sempiterno Borja Yebra, la continuación del técnico moañés en el terreno de juego, la tarea de acompañar al cuatro boirense en el centro no tiene un propietario fijo. Quizá sea el puesto más exigente en la idea de futbol de Fredi Álvarez, ya que obliga al jugador a estar enchufado en labores tanto ofensivas como defensivas, lo que supone un desgaste brutal.

Pillado, Manu Rodríguez y Gonzalo han dejado su solicitud ahí en este arranque de campaña. Los tres son jugadores de un perfil parecido: técnicos, de largo recorrido, con llegada y un disparo potente. Además, los tres junto con Borja Yebra sobresalen a balón parado. Mientras que Pillado es uno de los pocos que permanece desde Tercera, Manu Rodríguez y Gonzalo llegaron este verano de Compos y Cultural Leonesa respectivamente, por lo que es entendible que aún se estén aclimatando a su nuevo equipo y que por eso Fredi de aún unos partidos más de margen para elegir quien acompañará al timonel Yebra en la sala de máquinas.

Las alas bien cubiertas

Los extremos apenas han sufrido cambios en los cinco encuentros disputados. Marcos Álvarez siempre ha ocupado la posición de interior derecho, ya que la potencia y desborde del ex del Racing de Ferrol han conquistado al adiestrador celeste. Por otro lado, las probaturas con Juampa en los laterales han llevado a Cano y Romay a ocupar intermitentemente el costado zurdo. Con todo, el bonaerense es el más capacitado para ocupar el carril del once. Por otro lado, cabe destacar que el argentino tiene dos recambios de garantías como son Cano y Romay, mientras que en la demarcación del de Ortigueira solo Herbert tiene experiencia para desenvolverse en el costado diestro.

Sin punta en la lanza

El mayor mal del cuadro boirense en este arranque es la falta de gol. Eso ha llevado a Fredi a probar todo tipo de combinaciones en busca de una que logre dar con la tecla que derribe la portería rival. Solo dos goles ha logrado el CD Boiro en liga, los dos en Valladolid en la victoria ante el Promesas, obra de Romay (el primero del club en Segunda B en toda su historia) y Cano.

Por la mediapunta ya han pasado Rivera, Romay, Cano, Herbert y hasta Gonzalo o Pillado adelantando su posición. El puesto de enganche es quizá la posición más huérfana de este equipo, ya que aunque hay varios jugadores que pueden ocupar ese puesto y rendir a buen nivel, no hay un solo jugador que sea un volante puro, ya que tanto Romay como Cano, los más asiduos en esa tarea, son jugadores que se desenvuelven con soltura en la banda o hasta de nueve.

La posición del nueve sí parece más definida con el intercambio semana si semana también de Beda y Rivera, llegando a jugar Herbert ocasionalmente como segundo delantero. A pesar del buen hacer del brasileño y del empeño del gallego, ninguno de los dos ha perforado las mayas rivales en partido oficial esta temporada. Además, mientras que el crédito de Rivera, gran capitán e ídolo por aclamación popular en Barraña, es infinito para la parroquia boirense, al ex del Lealtad le exigen un resultado inmediato, por lo que o empieza a resolver pronto de cara a gol o le espera una grada en contra al pobre Beda.

Esto no ha hecho más que empezar, y todavía faltan treinta y tres jornadas para definir la posición que ocupará cada equipo en la Segunda Division B. Solo los boirenses pueden revertir esta situación de sequía goleadora, nadie más les va a ayudar. Lo que sí que está claro es que están poniendo todo cuanto tienen para cambiar el rumbo del equipo y lograr el sueño de la permanencia. Jugadores, técnicos, directiva y afición ponen cada día su granito de arena. Empeño no les falta.