Que el Villarreal no está viviendo una temporada como la pasada, es un hecho contrastado, y solo hay que ver cómo estaba la situación hace exactamente un año: a días de enfrentarse al Sparta de Praga en cuartos de final de la Europa League, eliminado en Copa del Rey en octavos, y cuartos en liga con 57 puntos; salvo la situación en el torneo copero, el resto es diferente.
Cierto es, que el año pasado a estas alturas, se habían disputado 31 jornadas de liga a causa del adelantamiento de fechas por la Eurocopa que se disputaría en junio en Francia, pero es que, aunque el Villarreal venciera al Athletic mañana, no llegaría a la cifra de hace un año. Tal vez, una de las causas que expliquen el estado actual del conjunto amarillo es que ha perdido fiabilidad en casa.
Esta temporada, el equipo de Escribá ha perdido hasta el momento cuatro encuentros como local en LaLiga, frente al Alavés (0-2), Valencia (0-2), Real Madrid (2-3) y Eibar (2-3). Este dato no destacaría, si no se viniera de una campaña como la pasada, en la que el Villarreal fue uno de los conjuntos más fiables de toda la categoría.
El primer partido que perdieron los de Marcelino en casa fue en octubre de 2015, y el segundo que perdían en lo que se llevaba de temporada (8 jornadas); fue ante el Celta y el resultado fue de 1-2 para los celestes. Pasarían cuatro meses hasta que otro equipo se llevara los tres puntos de El Madrigal, Las Palmas en febrero del año pasado, y los de Setién vencieron por 0-1, rompiendo además una racha magnífica de resultados del Villarreal. Esa fue la segunda derrota del Submarino en casa, y solo cederían una vez más, en la penúltima jornada ante el Deportivo, y sin nada ya en juego para los pupilos del míster asturiano (0-2). Por lo tanto, solo en tres ocasiones cayeron la pasada campaña en la competición doméstica, y una de ellas cuando el partido era intrascendente.
Si sumamos los partidos de otras competiciones, tanto en esta campaña como en la anterior, las estadísticas siguen sin favorecer al actual Submarino, ya que el curso pasado no cayeron derrotados en Europa League, y fueron capaces de derrotar a todos los rivales que pasaron por Vila-real: Viktoria Plzen (1-0), Dinamo Minsk (4-0), Rapid de Viena (1-0), Nápoles (1-0), Bayer Leverkusen (2-0), Sparta de Praga (2-1) y Liverpool (1-0). Solo perdieron un encuentro más, sumando todas las competiciones, la vuelta de octavos de final en Copa del Rey ante el Athletic (0-1), haciendo un total de cuatro derrotas en la temporada 2015/2016 entre las tres competiciones que disputó el Submarino.
La única mejora es en Copa del Rey, que pese a ser eliminado también en octavos de final, no se ha perdido ningún encuentro en casa (1-1 ante Toledo y Real Sociedad). En Europa League ya no se conservan esos buenos datos que se obtuvieron hace una temporada, ya que en la misma competición, los de Escribá han caído derrotados en dos ocasiones, contra el Osmanlispor (1-2) y ante la Roma (0-4). Es más, frente a los turcos encajaron dos goles, dato que empeora lo obtenido en la campaña anterior, en la que solo el Sparta de Praga fue capaz de perforar la portería amarilla del Madrigal, y tan solo en una ocasión, por lo que la victoria otomana rompió dos grandes estadísticas, la de imbatibilidad como local y la de los pocos goles recibidos en casa. Además, hay que sumar la dura derrota sufrida en la previa de Champions ante el Mónaco (1-2), y que sentenció las esperanzas amarillas de poder jugar en la máxima competición continental. Así pues, sumando todas las competiciones jugadas por el Villarreal en la actual temporada, ha caído derrotado en siete ocasiones.
Es más, de estas siete derrotas, cuatro de ellas han tenido lugar tras el cambio de nombre del estadio, de El Madrigal a Estadio de la Cerámica: ante el Valencia (0-2), Roma (0-4), Real Madrid (2-3) y Eibar (2-3). Si el Villarreal cae de nuevo en los próximos cuatro encuentros que tiene programados en su estadio de aquí a final de temporada, doblará las derrotas sufridas con respecto a la campaña anterior. Con todos datos en la mano, es evidente que la seguridad que consiguió el Villarreal el año pasado en su propia casa ha disminuido, y puede terminar siendo clave para la consecución del objetivo europeo.