Si en el verano de 2018 fue el mercado de los agentes libres no restringidos el protagonista de la agencia libre con todos los ojos puestos en el futuro de John Tavares, 2019 es el año de aquellos jugadores menos veteranos que finalizaban contrato el 30 de junio.

Algunos de esos jugadores ya han resuelto su futuro, Sebastian Aho tras responder Carolina a la oferta de Montreal o Jordan Binnington que seguirá defendiendo los tubos de los campeonísimos St. Louis Blues. Pero estos casos son la excepción, la mayoría de los agentes no restringidos (RFA por sus siglas en inglés) más golosos siguen sin firmar sus nuevos contratos.

Obviamente las circunstancias que envuelven a un grupo tan numeroso de jugadores son diferentes, y en el horizonte se observan desde situaciones que no parecen lejos de resolverse a otras que exigirán muchas horas de despacho y de consumo de batería de móvil.

Mikko Rantanen en Colorado y Zach Werenski en Columbus forman parte de ese primer grupo, sus equipos cuentan con margen de sobra respecto al límite salarial para concederles a los jugadores un contrato de acuerdo a sus intereses sin sacrificar los intereses del equipo.

En un punto intermedio tenemos a los Boston Bruins con los casos de Charlie McAvoy y Brandon Carlo y a Toronto Maple Leafs con Mitch Marner. Tanto los Bruins como los Leafs cuentan con algo de margen de maniobra pero las firmas de sus RFA supondrán el movimiento de algún jugador que si la decisión fuese solo deportiva, no saldría del equipo.

Winnipeg, Tampa Bay y Vancouver en el disparadero

Hay managers generales que este año deberán justificar y ganarse los sueldos, sobre todo los de los equipos que se encuentran en situación delicada respecto a sus RFA.

Podría parecer que la situación de los Jets no es delicada dado que a día de hoy según CapFriendly, cuentan con más de de 17 millones de dólares de margen en su límite salarial, pero se enfrentan a la renovación de Patrik Laine, un francotirador y uno de los grandes anotadores de la liga y de Kyle Connor, contratos que pueden devorar casi todo ese espacio teniendo solo 17 jugadores en plantilla y por lo tanto quedarían pendientes todavía numerosos contratos para la clase media y baja que aunque bajos requieren su gasto.

Tampa Bay se enfrenta hoy al mañana, y es que el hecho de que Brayden Point se haya convertido en un jugador del núcleo del equipo, exige darle unos emolumentos acordes a sus estatus, y en el verano de 2020, Andrei Vasilevskiy, Anthony Cirelli y Mikhail Sergachev serán agentes libres, y más que probablemente exigirán contratos mayores a los actuales. Desde la gerencia, intentar repartir los daños entre dos años en lugar de asumir el coste deportivo solo en uno parece la mejor jugada, pero no por eso es más fácil.

Point se une a la élite de los Bolts y eso tiene un coste |Foto: NHL.com
Point se une a la élite de los Bolts y eso tiene un coste |Foto: NHL.com

Por último tenemos a Vancouver, que tras firmar a Micheal Ferland, Tyler Myers y Jordie Benn, se queda solo con 5 millones en la reserva para firmar a Brock Boeser, insuficiente para llevar a término la negociación. Cuándo se firmaron los contratos de esos agentes libres se contaba con que Jim Benning ya tendría pensado como generar el espacio salarial necesario para firmar a Boeser, pero a finales de julio seguimos sin soluciones y sin saber como se salvará la parte financiera sin dañar de manera irremediable al equipo en lo deportivo.

El inicio de los campamentos de entrenamiento, el de la liga y el 1 de diciembre si aún quedan asuntos sin resolverse como el de William Nylander en 2018, marcarán los próximos puntos calientes de estas negociaciones.