Remy Gardner abre las puertas de su casa para que darse a conocer un poco más. Remy muestra su casa en Sitges, Barcelona. Su familia se mudó a España cuando él tenía 14 años, para ellos fue un gran sacrificio. Sobre todo, los dos primeros años, era un país distinto, un idioma distinto, para aprenderlo tuvo que estar dos años dando clase español cada día. Pero Remy asegura que no fue hasta que conoció a su novia cuando empezó a hablar español de forma fluida.

Mucha gente cree que Remy tiene una presión extra por su apellido al ser hijo de Wayne Gardner. Pero Remy asegura que no siente ninguna presión extra al respecto, se centra en seguir su camino. Se concentra en conseguir grandes cosas para que la gente diga “Oh, es el padre de Remy Gardner”, bromeaba el australiano. Su padre sigue siendo un gran apoyo, siempre le está mandando mensajes de como debe hacer las cosas, pero trabajan separados ya que cuando se juntan siempre suelen acabar discutiendo. En un inicio su padre fue de gran ayuda, un apoyo fundamental, una guía, reconoce que no podría haber llegado a donde está hoy sin él. Pero hay un punto donde tiene que seguir su propio camino.

Para Remy es muy importante la playa y el mar, esta cerca de ello le hace sentir como en casa. Siempre le han gustado los deportes relacionados con el mar, surf, apnea… Además, fue de gran ayuda en su lesión en las dos piernas el poder hacer terapias en el mar y en la arena para completar su rehabilitación. “El mar sirve como una terapia para relajarse”.

Otra afición que tiene es la mecánica de coches y motos, cree que es importante entender de mecánica, “Es importante saber también lo que ocurre dentro de la moto”.

En cuanto a su fichaje de cara al año que viene, Gardner se muestra agradecido a Aki Ajo y a KTM por haber contado con él para dar el salto a MotoGP. “Ojalá podamos hacer un gran final de temporada y conseguir el título”, cree que debe mostrar los resultados en Moto2 antes de subir a MotoGP. “Saber que ya tengo un hueco al año que viene sirve de motivación”.