El GP de Francia ha dado que hablar. Un revuelo entre las redes sociales y expilotos que cuestionan la capacidad de Charles Leclerc para ganar el mundial y de los ingenieros de la escudería Ferrari para tomar decisiones en momentos vitales. Además, la fiabilidad del F1-75.

El abandono de Leclerc

El abandono de Leclerc cuando lideraba el gran premio ha creado un boom de murmullo en el mundo del motor. Cada vez han salido a la luz más expilotos cargando contra el monegasco. Ralf Schumacher, Jacques Villeneuve, Rubens Barrichello e inclusive Felipe Massa.

Sin embargo, Mattia Binotto hace lo mejor posible para crear piña en el grupo y alejarse de las críticas de los medios tradicionales. De hecho, ante los medios defendió a su pupilo, “Le dije a Charles que es un campeón y que hay diez carreras para ganar, hemos perdido puntos de muchas maneras”.

“Estoy bastante seguro de que aprenderá. Siempre hemos visto que Charles reacciona muy fuerte cuando comete errores”, terminó de explicar, confiando aún en una posible remontada.

No solo tuvo el apoyo de Binotto sino de su compañero de equipo, Carlos Sainz: “Es una curva que llevamos todo el fin de semana peleándonos un poco con el coche en la parte de atrás. Yo he cometido errores, Charles los ha cometido, Verstappen los cometerá”.

Sainz pudo hacerse con un podio

Por otro lado, Sainz y su mala suerte finde tras finde. Esta vez fueron sus ingenieros quienes no fueron capaces de llevar a cabo las tomas de decisiones correctas. El madrileño, a falta de 10 vueltas, rodaba con unos neumáticos medios gastados y acababa de adelantar a Sergio Pérez para colocarse tercero cuando le pidieron entrar en boxes. En ese momento nadie daba credibilidad a la estrategia ejecutada por los de Maranello.

Nico Rosberg, fue de lo más crítico. “No podía creer lo que veía. ¿Qué pasaba en el muro de Ferrari? Tienen a un piloto que está luchando por el podio y todo el equipo está mirando a las calculadoras. Y justo en el momento en el que adelanta a Russell y puede ir a por Pérez, entonces su ingeniero le habla por radio para que entre a boxes. ¿Están locos?”, dijo el alemán.

No obstante, Carlos Sainz al final de la carrera no culpó a nadie y aclaró el buen trabajo del equipo a lo largo del fin de semana. “Yo pensaba que quizás en ese momento era mejor arriesgar, mantenerse fuera y ver qué pasaba con los neumáticos, incluso aunque el neumático medio estuviera al límite de su vida, pero acababa de escalar a la tercera posición y vi un posible podio. Creo que el equipo ha hecho un trabajo muy bueno en estrategia este año”, añadió el ´55´.

Una paz interna en la cual intentan animarse los unos a los otros, pero que desde fuera parece empezar a arder cada vez más. El siguiente premio en Hungría será un nuevo desafío pues tendrán todas las miradas captadas mirando hacía el paddock.