"Esta victoria es muy importante. Conseguir un título siempre da más confianza y la verdad es que ahora, cada vez que llegue a una final, mis rivales sabrán que ya gané y seré más respetada". Estas son las primeras palabras de Carla Suárez, rebosante de felicidad en la sala de prensa de Oeiras tras levantar su primer trofeo WTA ante toda una experimentada en este deporte como Svetlana Kuznetsova.
Aprovechó a la perfección la oportunidad que le brindó la tierra portuguesa de sacarse de encima la pesada losa de cinco finales consecutivas perdidas -dos en Marbella, una Estoril, una en Acapulco y una en Oeiras-. Este triunfo escribe un nuevo capítulo en su carrera y supone para la tenista canaria toda una prueba de libertad. Cinco años después de alcanzar su primera final, la número 15 del planeta, que el próximo lunes subirá varios escalones más, derriba un muro rocoso que le permite soñar todavía más alto y sin temor al futuro. Ahora Carla Suárez sabe lo que es tocar el cielo en el circuito profesional femenino.
Intensidad, agresividad y constancia
Gran parte del éxito de la tenista nacida en Las Palmas de Gran Canaria en 1988 viene ligado a la presencia en el banquillo de Xavier Budó. Un tipo con las ideas bien claras y con una extrema facilidad para sacar lo de mejor de una persona a través de la motivación. En la previa de la final, en declaraciones a Punto de Break, avisaba del cambio de Carla en estas últimas semanas: “En el día a día, ha dado un paso hacia adelante en niveles de intensidad, agresividad y constancia de juego. Lo noté en Katowice, en Stuttgart hasta que se lesionó y aquí, sobre todo, en partidos como el de ayer ante Irina-Camelia Begu".
Además, el técnico catalán, luchador y amante con pasión aquello a lo que se dedica, definía una de las citas más importantes en la trayectoria de su pupila desde como una ocasión especial para disfrutar. “Si llega el título bienvenido sea y si no, pues habrá sido un día de crecimiento y de ser jugadora que habrá servido mucho. En un deporte tan exigente como este, las finales son para disfrutarlas”. Un talento capaz de convertir aprendizaje en éxito, como en el caso de Carla, tiene todo el derecho a ser admirado y elogiado.
El trabajo de Budó como 'coach', una de las claves de su éxito
La evolución en cuanto a madurez de Carla dentro de la pista queda, perfectamente, retratada, este sábado en su comportamiento durante el definitivo tercer parcial. La española fue capaz de remidirse de sus errores, espantar los fantasmas que le tumbaron en el pasado y remontar una desventaja adversa ante toda una doble campeona de Grand Slam. Todo eso entre golpe y golpe para acabar derrotando a las ataduras negativas del pasado. "En el match point sólo estaba pensando en meter la pelota. Me sentí realmente bien cuando todo terminó. A día de hoy es el momento más especial de toda mi carrera".
Ya está en Madrid lista para el WTA Premier Mandatory de la capital española. Su primer obstáculo será la austríaca Yvonne Meusburger, número 38 del planeta. Como en los tres últimos años, llega con poco tiempo de margen para acoplarse a las condiciones que ofrece el torneo, pero con una gran diferencia respecto al pasado. Carla ha dado un paso adelante. No duda y, ahora, será mucho más difícil pararla.