Brazos al cielo. Como si de un dejavú se tratara, Andrea Petkovic sentía un cúmulo de sensaciones. Volvía a ser campeona en Bad Gastein, como ya lo hiciera en 2009 cuando ganó su primer título WTA. Por su cabeza pasaban muchos momentos malos. Lesiones en la espalda y en el tobillo que la hicieron replantearse su carrera en el tenis. Llegó incluso a odiarlo. Pero el tenis está enamorado de Petko como ella del tenis. Y por el momento lleva un 2014 para enmarcar, sumando dos títulos. El de hoy, en Bad Gastein, fue más fácil de lo esperado. Un doble 6-3 le valió para hacer moder el polvo de la arcilla a Rogers, la revelación del torneo, quien dejó a las puertas de la final a Sara Errani. Un tenis 'estilo' Petkovic, siendo fiel a su juego, olvidando el sufrimiento en semifinales ante Min.
Petkovic comenzó el partido sólida y segura. El objetivo, borrar de su mente el paupérrimo inicio de partido en semifinales, donde estuvo lenta de piernas y sin encontrar profundidad en sus golpes. Segura en su primer servicio, se llevó e juego en blanco, algo que repetiría Rogers después. Las cosas se torcerían para Petkovic, ya que perdió su siguiente servicio. Lejos de venirse abajo, incrementó su nivel de juego. Buscando constantemente el revés de Rogers, consiguió un contrabreak. A partir de entonces, la germana puso la directa. Su nivel de juego alcanzaba grandes cotas, apoyándose en su derecha, siempre metida en pista, agresiva en el resto. Cn 4-3 a favor, rompió el saque de Rogers para llevarse el juego en blanco y, posteriormente, el set. La estadounidense rayó a un nivel sólido, pero sin alcanzar el nivel ante Errani. Enfrente tenía a una Petkovic que no estaba dispuesta a perder la oportunidad de repetir trofeo en Austria.
Suma su cuarto trofeo WTA, tras Bad Gastein (2009), Estrasburgo (2011) y Charleston (2014), todos en tierra batida.
La segunda manga tuvo un escenario similar, aunque mucho más desigualado. Petkovic rompió el servicio de Rogers 4 veces, por 2 de la estadounidense. Rogers se mostró mucho más errática en sus golpes e insegura en el servicio. Solo ganó el 20% de los puntos con segundo servicio, ya que Petkovic siempre se mostraba muy agresiva al resto. Poco podía hacer Shelby ante Petko, siempre segura, cuya movilidad en pista era muy rápida. El público veía como su hija prodiga iba camino de coronarse de nuevo, 5 años después. Y así lo confirmó la alemana. 6-3, brazos en alto y sonrisa celestial. El título era suyo.
Mucho ha cambiado Andrea Petkovic desde aquella joven imberbe que levantaba su primer trofeo WTA en Bad Gastein. Entre medias, otros dos títulos más, Estrasburgo 2011 y Charleston 2014. Siempre en tierra batida. Su cuarto trofeo WTA sabe a gloria. Un sabor muy dulce tras tanto sufrimiento. Andrea se ha marcado 2014 como su gran año, mostrando al mundo su raqueta y su tenis, mucho más anárquico que aquel maravilloso año 2011, antes del calvario de lesiones. Petkovic ha hecho de la tierra batida su valle predilecto, allí donde impone su reinado y pocas tenistas en el circuíto son capaces de doblegarla. El día en que su país se juega la Copa del Mundo, Petkovic reclama también su parte de atención. Su segundo trofeo en Bad Gastein la pertenece. De nadie más. Su año 2014, para enmarcar. Su tenis, sensacional. La mejor manera de afrontar la temporada de pista rápida, para una tenista a la que es imposible no adorar.