Demasiado bonito para ser cierto. Juan Martín Del Potro percibía en Delray Beach un ultimátum para ver cómo se sentía su muñeca izquierda en competición, y tras las tres primeras rondas, pasaba a verse como principal favorito al título. Los once meses sin competir pasan factura, y encadenar cuatro partidos en apenas seis días, ha de ser muy duro para todo jugador. El sueño se diluyó y no por falta de buen juego o molestias, sino por cansancio y gran nivel del contrincante.
Esto es la mejor manera de caer derrotado, e incluso tras este traspiés, las señales dadas por Del Potro son realmente halagüeños. El argentino ha de irse de Delray Beach con muy buenas sensaciones, y no martirizarse por su incapacidad para poner en aprietos a Querrey. Habiendo roto el hielo esta semana, se espera que el de Tandil navegue cada vez más libre por los turbulentos océanos del tenis mundial.
Querrey firma un partido perfecto
Sam Querrey perdió nueve puntos al resto. ¿En un juego? ¿En un set? No, en todo el partido. Esto resumen a la perfección el nivel dado por el jugador estadounidense de 28 años. El otrora 17 mejor jugador del mundo, está en franco proceso de recuperación de sensaciones, y este torneo en general, y el duelo ante Delpo en particular, pueden catapultarle a un estado de confianza plena.
El estadounidense perdió dos puntos con su saque en todo el segundo set
El primer set estuvo ligeramente abierto, con un Del Potro que se afanaba por tomar ventaja, a sabiendas de que no estaba preparado para un partido largo. Sin embargo, Querrey evitaba todo tipo de rebelión al resto del argentino, con cinco saques directos y un alto porcentaje de primeros saques, que le permitía meterse en pista y jugar con alegría. Juan Martín respondía bien en sus turnos al saque, pero en el undécimo juego se le escapó el tren de la victoria en la primera manga, a la primera opción de break del partido.
Querrey buscará el octavo título de su carrera. No gana uno desde 2012, en Los Ángeles
No se vino abajo el argentino, que siguió batallando duro y luchando por mantener en la retaguardia. Y es que no había sencillamente ninguna opción de hacer cosquillas a Sam. El estadounidense estuvo imparable y dio una exhibición al saque, perdiendo tan solo dos puntos. Fue demasiado esfuerzo mental para Del Potro, verse impotente al resto. Buscó con insistencia llegar al tiebreak, pero no lo consiguió debido a la audacia de Querrey en momentos cumbre.
Victoria merecida para un jugador que lleva años buscando sumar un nuevo título a su palmarés. Es el favorito para hacerlo, pero Rajeev Ram ha demostrado en sobradas ocasiones, ser capaz de ganar a cualquiera. Además, de las dos finales que ha disputado, se ha proclamado vencedor de ambas. El duelo está servido.