Poco a poco, retomándose a sus grandes virtudes para salir adelante en un mar de dudas, y haciendo víctima de un gran coraje. La resaca de la gloria parece haber pasado. Kerber recibió jarros de agua fría con sus derrotas en Doha e Indian Wells ante Zheng y Allertova, y parecen haber sido esos jarros de agua fría los que han hecho resurgir su mejor versión. Se está encontrando cómoda en el infierno de Miami, donde muchas perecen pero ella crece con vistas de futuro.
Espectacular nivel del que hizo gala en segunda ronda con Strycova, y consolidación entre dudas con Bertens. Le tocó jugar con la sacadora holandesa en el momento de mayor calor del día, y eso pasó factura a ambas, dando lugar a un duelo caótico. En el caos ganó la mejor.
Bertens se derritió
Procedente de la fase previa y con un claro esquema de juego, la holandesa salió a pista pletórica. Jugando con primeros servicios, Bertens fue imparable. La alemana no estaba con la intensidad necesaria para inquietar a Kiki, que entregó su servicio en una ocasión y aprovechó la debilidad de Kerber al servicio para castigarla una y otra vez. 1-6 para la holandesa y alarmas disparadas para Kerber.
Magistral reacción de Kerber en el inicio del segundo set
El panorama cambió radicalmente en un segundo parcial en el que la alemana pareció recordar que es la segunda mejor jugadora del mundo. Sacó el puño en cada punto ganado, tiró de coraje y garra y se aferró a la pista como si fuera un clavo ardiendo. Bertens rehuyó la pelea, teniendo que remar constantemente en los primeros compases del set y viendo cómo se le escapaba Kerber en el marcador, y el resuello en su cuerpo.
El festival de la alemana tuvo continuidad en el tercer set, pero con la connivencia de problemas físicos de Bertens auspiciados por el calor. La holandesa de blanca piel parecía haberse quedado dormida en una playa de la costa mediterránea, y la modorra y confusión la condujeron a la retirada. Kerber se medirá en octavos de final con Timea Babos.