Nada que perder y mucho que ganar. Esa es la máxima que se repite en el seno del equipo rumano, que se encuentra ante una oportunidad histórica de dar una alegría mayúscula a su afición. Se verán arropados en la ciudad de Cluj por entusiastas aficionados que desean ver cómo los favoritos muerden el polvo. Tras eliminar a Eslovenia con brillantez hace unos meses, los habitantes del país de los robles intentarán echar raíces en la élite del tenis mundial, sin tener ninguna presión para ello.
Cuentan con jugadores polivalentes y experimentados, sin miedo a nada y rebosantes de ilusión. Es el típico equipo que puede verse contagiado por ese espíritu mágico de la Copa Davis, presente en no pocas eliminatorias que parecían totalmente desniveladas hacia un lado, pero acabaron cayendo del contrario.
Marius Copil: en su hábitat natural
Se esperaba mucho de este jugador hace unos años, siendo muy apoyado por la Federación Rumana y recayendo en él la responsabilidad de ser una apuesta personal de Ion Tiriac, voz autorizada del tenis de los Cárpatos. Es un habitual wildcard aún hoy en el Mutua Madrid Open, como exigencia del susodicho, dueño del torneo, y en no pocas ocasiones ha brindado un gran espectáculo.
Copil tiene 26 años y es el 163 del mundo, siendo el jugador rumano mejor clasificado
Sin embargo, su inconsistencia es notable y le ha impedido alcanzar la élite. Pero cuando llega la Copa Davis se transforma. Las doce victorias que acumula por tan solo seis derrotas, dos de ellas en dobles, hablan muy a las claras del nivel de motivación que alcanza en esta competición. Es un fijo en la convocatoria de los rumanos y si está concentrado, podría dar la campanada ante Feliciano López.
Adrián Ungur: amante de la épica
El menudo y elegante jugador rumano se crece en esta competición, y saca a relucir su tremenda resistencia y amplia gama de golpes. Ungur es un tenista de otra época, un romántico de la raqueta que apuesta por la variedad de efectos y a pesar no ser excesivamente alto, se maneja bien en la red. Haciendo un paralelismo, podría comparársele con Adrian Mannarino.
Llegará crecido tras haber remontado cinco sets a Grega Zemlja en la anterior eliminatoria, siendo parte fundamental de que Rumanía se encuentre con la posibilidad de acceder al Grupo Mundial. A sus 31 años, no se espera que se arrugue en situaciones límite, y menos ante su público.
Mergea y Tecau: condenados a entenderse
Son dos de los mejores doblistas del mundo pero no se decidían a jugar juntos. Cada uno ha tenido parejas estables pero también optó por probar con otros jugadores, hasta que se dieron cuenta de su complementariedad y lo beneficiosa que podría ser su asociación para Rumanía.
Desde inicios de 2016 han probado suerte compitiendo juntos de manera discontinua, con la vista puesta en Copa Davis y Juegos Olímpicos. Esta eliminatoria podría ser una prueba de fuego para medir sus aspiraciones en Río de Janeiro, por lo que pondrán toda la carne en el asador. Llegan con buenos resultados en esta competición, y Rumanía da por seguro que se adjudicarán el punto del dobles.