Sin medias tintas, sin la posibilidad de ir entrando poco a poco en el torneo. Dominic Thiem se encontró con situaciones límite a las primeras de cambio, viéndose obligado a ponerse el mono de trabajo y sacar adelante un partido en el que no jugó a su mejor nivel pero que aun y así supo ganar. Hay encuentros en los que es preciso renunciar al preciosismo y es momento de sacar el aura ganadora que solo tienen unos pocos privilegiados. El austriaco parece gozar de ella, además de un juego sublime.
Ambos jugadores se midieron en el Masters 1000 de Cincinnati, con victoria para Thiem
Tras un verano titubeante, Thiem busca con ansia encontrar el nivel que le llevó a entrar en el top-10 y le convirtió en semifinalista de Roland Garros. Tiene armas más que suficientes para ello y ganar a Millman en estos momentos es todo un premio. Y es que el australiano está progresando notablemente en el ránking, y llegaba con confianza tras ser semifinalista en Winston-Salem.
Victoria sufrida pero merecida
El primer set no podía hacer presagiar la batalla que se desencadenaría posteriormente. Thiem rompió el saque de su rival en el primer juego y se mostró muy cómodo en pista, repartiendo bien desde el fondo y mostrando un gran aplomo. Millman no parecía tener argumentos para sorprender al austriaco, como atestiguan sus nulas posibilidades de break en la primera manga.
Sin embargo, todo cambió en el segundo parcial. Thiem pareció relajarse sobremanera y cometió excesivos errores. Millman se ajustó desde el fondo y jugó con margen pero muy profundo y con tensión. Así forzó mucho a un inseguro Thiem que entró en una dinámica negativa. Tanto que también se le escapó la tercera manga, a pesar de volver a concentrarse. Millman echó el todo por el todo y con trece golpes ganadores y tan solo cinco errores no forzados, tomó ventaja en el electrónico.
Thiem acabó con 47 golpes ganadoresy 51 errores no forzados
La cuarta manga se erigió en la clave del partido. Ambos contendientes bajaron sus prestaciones al servicio y caminaron por un fino alambre constantemente. Thiem supo hacer equilibrios y salir indemne, logrando un break más que su rival y equilibrando el marcador. En el quinto set fue muy superior mentalmente e impuso su condición de favorito.
El siguiente rival del austriaco será el lituano Ricardas Berankis, un tenista contra el que deberá estar más atento si no quiere repetir un partido maratoniano y resuelto por pequeños detalles. La mejor actuación de Thiem en Nueva York es la cuarta ronda alcanzada en 2014, y repetirlo es el objetivo mínimo del austriaco.